Cuarenta y siete

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Sentí que me movieron fuerte y me desperté.

—Despierta luego, Diego — escuché y caché que era mi papá.—Toma — me tiró un par de lentes de sol y me dejó en el velador un vaso de agua y una pastilla.—Te quiero abajo en cinco minutos — habló pesao y se fue.

Me senté en la cama y sentí el dolor de cabeza. Me llevé las manos a cada lado de mi rostro.

—¿Por qué tomé, hueón? — susurré al aire. Me di la vuelta y tomé la pastilla para echármela a la boca y tomé del vaso del agua.—Ah la huea — dije.

Me levanté con dificultad de la cama y busqué mi celular. Al prenderlo, me di cuenta que tenía mensajes de un número desconocido.

+569 83...

+Tsss te dejaron rapidito
+ya nomás te reemplazarán por alguien más
+hasta acá llegaste nomás perrito🤪

Bloqueé el número.

Tomé los lentes que me pasó mi papá y me los puse, porque sabía que estaba y me veía como el hoyo. Salí de la pieza y bajé las escaleras para encontrarme a mi papá con su nueva esposa desayunando en la cocina.

—Buenos días, Diego — me saludó la Lore.

—Buenas — respondí pesao.

Estaba con caña, ¿ya?

—Saluda bien, Diego — me retó mi papá.—Desayuna que te voy a llevar a la casa — susurró y chisté.

—La huea — susurré y me senté en la mesa.

[...]

—En la mañana hablé con tu mamá — me habló mi papá. Íbamos en el auto de camino a la casa.

—¿Y que te dijo? — le pregunté. Todavía llevaba puesto los lentes, además me dolía un poco la cabeza y sentía que estaba pasao a copete.

—Omitiré los comentarios que dijo tu mamá...— dijo, pero lo interrumpí.

—Te mandó a la mierda, ¿verdad? — le pregunté en tono de burla.

—Tampoco te responderé eso, pero mañana mismo tomarás terapia — habló autoritariamente y me quedé analizando lo que dijo.

Miré hacia la ventana y suspiré.

—¿Y quién va a pagar eso? — le pregunté y lo miré.

—Yo — respondió y me reí.

—¿Ahora te preocupa mi salud mental? — le interrogué y se quedó callado.—Eri chistoso, papá — agregué. Miré nuevamente hacia fuera.

—Sé que no he sido el papá del año, pero te necesito fuerte — me dijo.—¿Ya no estás con la Rebe? — me preguntó y negué.—Bueno, entonces necesito que ahora estés con alguien más, por eso te llevare a terapia — lo miré inmediatamente.

—¿Qué? — le pregunté.—¡Estai hueon! — grité.

—Necesito que te pongai a pololear con la María José, lo más rápido posible, porque nos traerá muy buena imagen y contratos junto a su papá — me explicó y negué.

—Yo no voy a ser esa huea, tampoco voy a jugar con la Cote — le aclaré.—A mi ponme fuera de tus negocios sucios, pero ni se te ocurra andar prometiendo hueas — caché que ya íbamos llegando a donde vivía.

—Tendrás que hacerlo — dijo como si fuera una obligación.

—No, córtala de pensar de que yo soy un juguete culiao. Soy tu hijo po hueon, deja de cagarla — le dije y paró el auto al frente del bloque de departamentos.—No es no y punto — le dije y me bajé del auto.

Caminé con rabia hacia la entrada.

¿Cómo mierda se le ocurrían esas hueas?

Como si fuera cualquier huea.

[...]

Ya me había bañado y estaba acostao de pana en mi cama, eran como las cinco de la tarde más o menos. De repente, vibró mi celular.

Cote

+podemos juntarnos mañana?
+es urgente, Diego

Sí, dale
Dime donde y a qué hora

+a las 4
+y después te mando la dirección
+pero anda, es urgente

Sí, sí iré
Tranqui
Mañana nos vemos

Sabía que estaba igual de acomplejá que yo, pero debíamos resolver esto juntos, porque yo no estaba preparao para tener una relación y menos si era falsa y solo por intereses económicos.

N//A: ola, perreamos safaera xfis?👊🏻😔

—WeaOriginal🌚✌🏻

Pa callao'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora