Nos levantamos con la Rebe y encontramos a mi mamá desayunando.
—¡Siéntense conmigo a tomar desayuno! — dijo apenas nos vio.—¿Cómo durmieron? — preguntó mi mamita.
—Bien, aunque soñé puras tonteras — respondí.
—Yo dormí bien — contestó la Rebe.
—Que bueno, mis amores — respondió mi mamá súper amorosa.
—¿Y qué onda el tipo con el que estabai ayer? — le pregunté a mi mai, mientras le servía té a mi polola.
—Ah nada, un amigo — dijo y le dio un mordisco a su pan.
—Conozco esa mentira — huebee y la Rebe me miró.
—Lo mismo le dije a su hijo — susurró la Rebe, mientras se sentaba a la mesa.
—Yapo mamá, dinos la verdad — le pedí. Me senté igual y me serví un café.
—Pero Diego, no te vayas a enojar — me advirtió.
—¡Solo dinos! — dije emocionado porque quería que lo dijera.
—Ya sí, es mi pololo — admitió y me reí.
—No tiene mal gusto — dijo la Rebe y mi mamá la miró.
—¿O no? Es súper atractivo — le contestó mi mai y comenzaron a hablar entre ellas.
Mientras hablaban entre ellas, yo me quedé pensando y las miraba nomás.
[...]
—¿Estai lista, bonita? — le pregunté a la Rebe.
—Sí — respondió con una sonrisa.
Salimos de la casa y caminamos hacia el estacionamiento para entrar al auto. Mi mamá nos iba a llevar a la clínica, porque ella iba a estar cerca de ahí.
—Si me demoro mucho, me llaman nomás — nos dijo mi mai, antes de bajarnos.
—Bueno, chao, te quiero — le dije y cerré la puerta.
—Chao, nos vemos después — mi polola le dio un beso en la mejilla y se bajó.
—¡Que salga todo bien, mi niña! — le dijo mi mamá y sonrió la Rebe.
Partió y nos dejó al frente de la clínica.
—Creo que te quiere más a ti que a mi — la molesté y se rió.
—Naaaa, tu mamita es un amor — me dijo y me tomó de la mano.
—De ahí salí todo amoroso, ah — la volví a huebear. Comenzamos a caminar hasta la entrada de la clínica.
—Muy amoroso — confirmó mi polola hermosa, preciosa, divinidad de dioses, a mi lado.
Una vez adentro, tuvimos que esperar un ratito sentados.
—Oye Rebe, ¿estai segura que es acá? — le pregunté bajito. Habían puras personas de edad y algo me decía que acá no era.
—Me acabó de dar cuenta que no es acá — me dijo y se rió.—Es al otro lado — dijo y se sonrojó.
Nos paramos y tuvimos que subir al tercer piso. Caminamos por un pasillo largo y al final, estaba el papá de la Rebe, pero antes de llegar a él, nos encontramos de frente a dos personajes. Con la Rebeca nos quedamos mirando, mientras dejábamos de caminar.
—Mi ex favorita — comentó el hueon al frente de nosotros.
—Agustín, no ahora, por favor — dijo la Rebe con rabia.
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Pa callao'
Fiksi RemajaUn secreto entre dos es la cosa que más adrenalina crea... > Inicio; 17/09/2019