Tres

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—No le dijiste a nadie, ¿cierto? — me preguntó con cierta exaltación en sus ojos.

—No, tranqui — respondí y la quedé mirando.

—¿Qué?

—Alguien está sospechando de nosotros, ¿verdad? — le pregunté y su mirada bajó hacia sus piernas. Estaba incómoda.

—Diego, está huea era pa callao' y ahora el Joaquín está sospechando, la Camila está detrás de mí y el Martín me pregunta a cada rato si tengo algo contigo. Se supone que nos odiamos y que ni siquiera nos miramos, pero no sé por qué mierda están tan encima de mi — me explicó la Rebeca.

—Si se supone que nos odiamos, ¿por que estamos juntos entonces? — le pregunté y resopló.

—Tu empezaste con la tontera de que me odiabai, ¿o queri que te recuerde cómo empezamos? — me preguntó. Se estaba molestando, la conocía bastante bien.

—Ya, mi amor, cálmate — susurré.

—Es que igual po, Diego, me da cosa que nos descubran — me contestó.

—¿Y tú creí que me gusta estar a escondidas contigo? — la pregunta la bajoneó un poco.—Créeme que me gustaría andar contigo por los pasillos de este colegio de mierda. Me molesta saber que llevamos seis meses escondidos y me sorprende que ahora recién vengan a sospechar — hablé con más suavidad.

—Nos arriesgamos mucho, pero me gusta — respondió con una sonrisa. Abrió sus brazos y me abrazó tiernamente. Nos quedamos callados un momento y comenzamos a escuchar voces femeninas, rápidamente, la tomé de la mano y nos metimos a un cubículo.

—Algo le pasa a la Rebe, hueón — escuchamos y me subí a la tapa del inodoro, para que no vieran cuatro pies y nos pillaran.

—Deberíamos preguntarle al Diego, porque la huea es con él. Estoy segura — escuché que habló la Camila, que es mejor amiga de mi polola.

Nos quedamos mirando con mi polola y negué, pero ella asintió. Sabía lo que iba a hacer, la tomé del brazo, pero se zafó y salió del baño.

—¿Y por qué deberían preguntarle al Diego? — preguntó en voz alta mi polola. Yo solo me quedé callado, no salí del cubículo y solo escuchaba e intentaba imaginar la escena.

—Pucha, Rebe, andai súper rara y sabemos que te pasa algo con él — respondió otra niña, no reconocía muy bien su voz.

—No, hueón. Odio que me relacionen con el feo culiao — habló y me dieron unas ganas de reírme. Eso no decía cuando estaba conmigo en mi pieza o cuando hablaba con mi mamá.

—Ya oh, no te volvemos a preguntar más de él — habló la Mila.

—Dale, voy al tiro a la cancha — les dijo y escuché que se fueron.

Esperé unos diez segundos, hasta que escuché pasos.

—Ya, sale — abrió la puerta y salí.

—Juré que nos iban a pillar, hueón — le comenté y negó.

—Ya, me voy a clases — susurró y me dio un corto beso en los labios.

—Oye, pero, ¿nos vamos a ir juntos a mi casa? — le pregunté y asintió.

—Sí, te espero en la esquina. Vo sabi donde — eso fue lo último que dijo y se fue.

Salió y conté unos quince segundos, más o menos y salí del baño de mujeres. Vi hacía ambos lados y comencé a caminar relajadamente, hasta que escuché una voz masculina y me detuve.

—¡Diego! — me di vuelta y vi al Martín.

—¿Que onda, Tin? — le pregunté y arrugó la frente.

—¿Tabai saliendo del baño de las minas? — me preguntó con un tono de voz medio dudoso.

—Ah sí, vo cachai que en nuestro baño nunca hay confort y ando con alergia a cagar — respondí y me sobé la nariz.

—Mejor deja de andar aspirando hueas — me molestó y me reí, negando.

—Dejé eso hace seis meses — le recordé.

—Me sigo preguntando el por qué — levantó sus cejas y me quedó mirando. Yo simplemente me encogí de hombros.

—¿Estai en educación física? — le pregunté y asintió.—Ya hueón, te dejo — le di unas palmaditas en el brazo y me di vuelta para irme a mi sala.

Llegué a mi sala y entré nomás. El profe me había dejado ir al baño y yo aproveché de ir donde la Rebe, porque sabía que estaba en educación física.

[...]

N//A: chales no me gustó mucho esta wea, pero alv, las tkm🥰

-WeaOriginal🌚✌🏻

Pa callao'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora