Mamá se ha quedado sin empleo; tuvimos que quitar la tienda, transportarlo todo a casa, donde comenzaremos a vender por internet. Sin embargo no me siento bien, debo renunciar a Lara Jean por poder ayudar a mi familia, y se que es lo justo.
Este sábado comienzo a dar clases de Lacrosse, un pequeño campo de entrenamiento para niños me ha dado la posibilidad de apoyar con el entrenamiento los fines de semana y recibir una muy buena paga por ello.
Me siento sin ganas de hacer las cosas, incluso he dejado sin responder los mensajes de Lara Jean, más por no querer lastimarla que por otra cosa.
Conduzco sin ganas, llevo la última carga de la tienda pero no puedo contener todo esto que siento. Todo habría sido más fácil si Lara Jean ae hubiera quedado en la Universidad de Virginia, ahora ella iría junto a mi en el asiento del copiloto, justo donde me gustaría que estuviera, animándome y mirándome como siempre hace.
Ella me reconfortaría en este desastre. Pero el hubiera no existe, y las cosas son como son. Yo estoy en Virginia y ella en la UNC, a más de tres horas de distancia;
Esta mañana Lara Jean ha vuelto a la Universidad, quise irme a despedir de ella pero no pude... por una parte el dueño del negocio amenazó a mamá con penalizarla por demorarse en sacar las cosas y abandonar el sitio, y por otro lado, no tuve las agallas para decirle en persona a Lara Jean que no podré ir a verla los fines de semana y que por lo tanto la vería dentro de meses...
Una opción sería que ella viniera aquí, pero no le haría eso. No le insistiría en que comdujera tres horas y media todos los fines de semana solo porque yo no puedo ir por ella. Se lo mucho que le cuesta conducir, y no la expondría a viajar tanto en carretera, sola y con los nervios que se carga.
En este momento me siento mal, siento que no puedo darle lo que se merece, que no puedo ser el hombre de su vida. No puedo serlo desde la distancia...
Aparco el auto frente a la casa y golpeo el volante con fuerza, estoy furioso.
Mamá se acerca al auto y saca las cosas de la parte de atrás. Owen le ayuda a bajarlas y las meten a casa, al espacio provicional que hemos hecho en la sala.
Me gustaría que papa estuviera aquí, pero es mucho desear. Ni siquiera es capaz de recordar mi cumpleaños, menos apoyaría en esto.
Bajo de la camioneta y cargo un viejo ropero en los hombros. Ya casi anochece, así que las sombras en la calle son alargadas y distorcionadas. No mido bien el escalón y trastabillo un poco, pero recupero pronto el equilibrio y sigo subiendo.
-Mierda-. Digo cuando me atoro en el siguiente escalón, por suerte Owen me ve y empuja un lado del ropero lo justo para evitar que me caiga de lado.
-Gracias-. Le digo y asiente, abriéndome la puerta de casa para que pueda entrar con mayor facilidad.
Bajo el ropero y mamá lo recibe para enderzarlo con calma. Me mira con los ojos cansados que ha tenido últimamente y me acaricia las mejillas.
-Te amo-. Me dice con voz tranquila. Las lágrimas comienzan a escurrirle por las mejillas, y yo la abrazo. Sin darme cuenta también comienzo a llorar, Owen se una al abrazo y los tres lloramos sin contenernos, lloramos porque es lo que mejor podemos hacer por ahora, lloramos por lo que hemos perdido, lloramos porque estamos juntos los tres y eso es lo importante.
Cenamos empanadas y nos vamos a la cama, mamá se queda en el escritorio empezando a subir fotos de los productos a una página de ventas por internet, mientras que yo me recuesto mirando al techo. Miro sin poner mucha atención a eso, me revuelvo en mis pensamientos y los percibo como un torbellino. Hay mucho que procesar pero el tiempo corre, corre y no se detiene, el tiempo no espera, el tiempo es cruel.
Cierro los ojos y me recuesto de lado, hace algo de calor asi que me tapo con una sola manta. Miro el mueble y encuentro en él una carta de Lara Jean... por ahora no tengo fuerzas para luchar por ella, asi que, si por su bien debo dejarla ir, eso haré; aunque me parta el alma y me duela el corazón; porque se que encontrará a alguien mejor, y alguien que le pueda dar todo lo que yo haría, y más.
Ella se lo merece, y yo no soy quien para impedírselo.
Me quedo dormido, con un sueño demasiado pesado como para soñar, todo es oscuridad la unica diferencia entre este sueño y estar despierto es que ahora he cerrado los ojos, aunque el dolor sigue presente.
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Cuando ya no funcionemos. (Fanfic 2: "soy Lara Jean en casa").
FanfictionCONTINUACIÓN DE Soy Lara Jean en casa. ¿Qué pasaría si de pronto Peter no me quisiera? ¿Qué sucedería si de un momento a otro descubro que ya no lo amo tanto? ¿Realmente sería malo solo tener un novio en toda mi vida? ¿La pareja perfecta existe? S...