Apenas termino la tarea, salgo a trotar un poco por el campus. Kara se une a mi a la altura de la biblioteca, y ambas trotamos; mi situación con Peter ha pasado a un segundo plano, por lo que por ahora me siento bien.
He comenzado a resolver mi lista de metas para este año, y hoy fue mi primer curso de francés... vaya que es un muy bonito idioma.
Lo complicado es que se escriben muchas letras que no se dicen, sin embargo, suena muy bello.
-¿Cuanto llevamos?-. Pregunta Kara con la voz ahogada por el trote.
-Diez minutos-. Le respondo después de mirar el reloj. Hoy tengo clase a las 10, por lo que aún me quedan dos horas. Kara tuvo clase a las 7, asi que esta algo cansada por levantarse temprano.
-¿Y cuanto haremos?-. Pregunta, ella es del equipo de atletismo, asi que puede seguir corriendo por horas. Solo que es viernes, y el cansancio se siente el triple.
-Quince-. Le recuerdo mientras sigo corriendo. El campus es muy bonito, y lo es aún más por la mañana. El sol le da un toque agradable y lo convierte en un espacio en el que quieres permanecer por mucho tiempo. Y menos mal, porque permaneceré aqui mínimo cinco años.
Para cerrar el trote, volvemos a los dormitorios, ella se va al suyo y yo al mío. Tomo mis cosas y me dirijo a la ducha.
El baño está casi vacío, lo que es bueno. Un par de veces he tenido que hacer fila para entrar a la ducha, y vaya que esas chicas se demoran mucho.
Abro el agua y sale tibia. Es un alivio para mis músculos doloridos, tomo la botella de shampoo de moras y me lavo el pelo. La espuma hace remolinos a mi alrededor, y recuerdo por un momento cuando Kitty era solo una bebé y mamá la bañaba. Era tan traviesa que siempre intentaba caminar y salirse de la bañera, mamá le cantaba y la enjabonaba, la enjuagaba, le ponia talco y crema y la vestía, casi siempre con el mameluco rosa que tan tierno se le veia.
Las cosas cambian mucho, estan siempre moviendose y nunca paran. Ahora Kitty usa sostén y mamá ya no está... ella ya no está... Es dificil hacerse a la idea, pero ella ya no está.
Aún me cuesta trabajo no poder llamar a mamá, no verla caminando por la casa, y eso a pesar de que llevo más tiempo viviendo sin ella que con ella.
Termino de ducharme y me envuelvo en la toalla. Me voy a la habitación y me arreglo, me pongo el vestido vintage que me regaló el dueño de una casa vieja, aquella primera vez que fui con Peter a comprar para la tienda de su madre.
La nostalgia me invade y una lágrima me escurre por las mejillas, Lissa no lo nota y agradezco que no lo hiciera. Comenzaría a hacerme muchas preguntas y no tengo ganas de responder todo eso.
Miro el reloj y son las 9:15, tengo tiempo de ir por un licuado de Yogurth y de ahí irme a clase. Salgo de la habitación y reviso el celular, tengo seis mensajes, pero ninguno de Peter. Hay uno de Margot.
¿cómo estás, Lara Jean?
Comienzo a escribir una respuesta, tecleo con rapidez y finalmente lo envío:
Hola Margot, estoy bien, incluso mejor de lo que esperaría. Sigo sin saber nada de Peter, aunque me he metido al grupo de francés y hoy cumplí una semana de ejercicio.
No aguardo a que responda y guardo el teléfono en mi bolsillo. Salgo del edificio, y escucho que alguien me saluda:-Lara Jean, buenos días-. Me giro y descubro a Eliot, recargado en la pared junto a la salida.
-Hola Eliot-. Le saludo y sonrío. Él me mira sonriente y se acerca.
-¿Vas a clase?-. Pregunta, mira el cuaderno que llevo en el brazo y se da un golpe en la frente con la mano.- pues claro que vas a clase-.
Río un poco, su expresión me da mucha risa.
-¿Tienes clase en la tarde?-. Me pregunta después de unos minutos de silencio.
-Tengo una de dos a tres-. Le digo y él asiente pensativo. Me detengo en la cafetería y pido un batido de yogurth.
-¿Te gustaría salir conmigo en la tarde?, harán una fogata a un par de minutos de aquí-. Dice y hace una pausa.- ¿Vendrías conmigo?-.
Me pregunta y me entusiasmo, me emociona la idea de que me inviten a salir, que sea aquí cerca y que además sea un chico que puedo ver a diario. Alguien que parece más real que la fantasía con Peter.
-Claro, estaría bien-. Le digo y asiente contento.
-Te acompaño a tu salón-. Me dice y caminamos hasta el edificio donde tendré clase. Llegamos y dice:
-Paso por ti a las cinco-.
-A las cinco-. Confirmo y Eliot asiente. Entonces se inclina hacia mi y me da un beso en la mejilla. Yo me quedo helada, ahi de pie en medio de la puerta, y me meto al salón unos segundos después.
En cuanto veo que se ha marchado recupero la calma y mi corazón se normaliza. Sea lo que sea, una fogata no es mala idea... suena bastante bien.
La clase comienza y entonces vuelvo a la realidad. Abro la libreta y escribo lo que capto conforme el profesor habla.
Cuando termina la clase me encuentro con Kara, y juntas vamos a coreano. Le platico sobre Eliot y la invitación, y ella escucha atenta, no es del tipo de chica que se la pasa haciendl gestos cuando le cuentas las cosas. Permanece seria y cuando le toca hablar hace la expresión acorde a lo que dice.
Entonces, cuando termino ella dice:
-Lara Jean, esta muy bien que conozcas a más personas; esa es la unica forma de que resuelvas tu duda con Peter-. Dice y yo asiento, sonrío y la abrazo.- Tu sabes que lo mas importante es que tu te sientas bien, y decidas conforme a lo que quieres, piensas y sientes-.
Ella tiene razón, conociendo a Eliot podré definir si realmente quiero a Peter o es momento de pasar la página.
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Cuando ya no funcionemos. (Fanfic 2: "soy Lara Jean en casa").
FanfictionCONTINUACIÓN DE Soy Lara Jean en casa. ¿Qué pasaría si de pronto Peter no me quisiera? ¿Qué sucedería si de un momento a otro descubro que ya no lo amo tanto? ¿Realmente sería malo solo tener un novio en toda mi vida? ¿La pareja perfecta existe? S...