3 Lara Jean

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Ha pasado poco más de una semana de que comenzaron las clases, y por lo tanto, desde la última vez que hablé con Peter.

No lo he buscado, enviado mensaje o llamado, y el a mi tampoco. No he sabido nada de él, más que lo que Kitty me ha contado en las videollamadas. Ella mantiene contacto con Owen, y dice que Peter está trabajando los fines de semana como instructor de Lacrosse, ha comenzado a faltar a más entrenamientos del equipo y se le ve cansado todo el tiempo.

Siento feo por él, porque eso no es lo que quisiera que estuviera sucediendo; pero que puedo yo hacer desde aquí, a tres horas y media. Si tan solo respondiera mis llamadas y mensajes, si no colgara el teléfono... eso me hace enojar demasiado, me ha colgado la llamada varias veces.

Salgo de mi ensoñación y vuelvo a la realidad cuando percibo el volumen bajo de la música en los audífonos. Subo un poco el volumen mientras sigo corriendo en la caminadora.

Hoy es mi tercer día en el gimnasio y siento un profundo dolor en las piernas y los brazos, incluso reír me duele en el abdomen; afortunadamente casi no he reido en los últimos días.

Comienza a sonar Nobody compares to you y me atrevo a subir la marcha, ahora he pasado de trotar a correr um poco mas. Los pulmones me queman y las piernas me duelen, pero sigo corriendo, corro porque se que me ayuda a estar bien, porque soy más fuerte.

Finalmente termino la rutina de veinte minutos de trote y bajo de la caminadora. A este gimnasio vienen los chicos que hacen deporte en la Universidad, así que hay puros Max Steel y Barbie para donde sea que mire. Además de que la mayoría son rubios y bronceados, salvo por algunos chicos de color que lucen grandes músculos también. En cambio yo soy delgada, mitad coreana y sin chiste, aunque pensándolo bien, algo especial debo de tener.

Voy a estirar un poco, pero no dejo de quejarme de dolor. Cada movimiento que hago pica como si me estuvieran clavando agujas en todos lados.

-Vaya, cuantas quejas-. Escucho que alguien dice y levanto la mirada.-Hola Lara Jean-. Tardo un poco en reconocerlo, pero finalmente lo hago.

-Eliot-. Comento sorprendida.

-Nunca imaginé que nos volvieramos a encontrar aquí-. Comenta con una sonrisa encantadora. Luce una playera deportiva ajustada, lo que lo hace verse mas fornido.

-Pues... de hecho nunca imaginé que nos volvieramos a encontrar, y punto-. Digo algo avergonzada, suena más como si le estuviera diciendo "hasta nunca", pero la verdad es que luce muy lindo.

-¿Qué sucedió con tu chico?... el tal
... Pe-. Pregunta pero no termina de decir el nombre.

-Peter-.

-Exacto, él-. Dice y hago una mueca. No se exactamente que responder a eso, por suerte él no pregunta mas al respecto, solo asiente.

-La UNC-. Comenta tratando de cambiar el tema.

-Así es-. Digo asintiendo. Eliot me mira con insistencia, así que dirijo la mirada al suelo simulando que algo me ha pegado en el pie. Lo cambio de posición y levanto de nuevo la mirada.

-Luces muy atlética-. Comenta y me hace reír, él finge indignarse y prosigue.- ¡Es cierto!-. Dice llevándose una mano al pecho y levantando la otra mostrándome la palma, en señal de juramento.

-Pero eso no es cierto-. Digo riendo aún.

-Esta bien, no me creas-. Añade también riendo.- Podemos preguntarle a cualquiera-.

-No se si sea buena idea-.

-¿Porqué no?-. Pregunta y antes de que pueda responder se gira y camina hacia el chico mas cercano.-Oye, una pregunta-.

-Claro, dime-. Responde el chico parando su rutina y quitándose un audífono.

-¿Tu crees que esa chica luce atlética?-. Pregunta señalándome... vaya... el color me ha subido a las mejillas. Quisiera salir corriendo de aquí.

-Si, se ve bien-. Responde el chico con una sonrisa mientras me mira y asiente. Luego vuelve a sus ejercicios.

-¿Lo ves?-.

-¡Eso no prueba nada!-. Le suelto, aunque siento bonito por el hecho de que dijera eso, y alguien más lo corroborara.

-Contigo no se puede-. Añade rascándose la nuca, fingiendo derrota. Pero ambos estamos sonriendo, todo esto ha sido divertido... de hecho ha sido lo más divertido que he hecho desde que volví de casa.

-Ya debo marcharme-. Digo cuando miro el reloj del celular, son las 5 y tengo clase a las 6. Debo cambiarme y teminar una tarea para esa hora, así que manos a la obra.

-Si quieres te acompaño a tu habitación-. Dice y yo me enderezo de golpe.

-Vaya... -. Es lo único que logro decir. Y siento una punzada de culpabilidad en el pecho. Yo estoy con Peter.

Entonces recuerdo que me colgó las llamadas, que no responde mis mensajes, que nisiquiera se despidió de mi...

Conocer a Eliot no es traicionar a Peter, es poder acercarme a alguien que es real.

¿Hice mal en seguir con Peter aún cuando sabia que iría a una Universidad lejana? ¿Debo seguir con Peter, o ver por alguien que esta cerca, es real y se preocupa por mi?...

Pero que digo, apenas conozco a Eliot, solo quiere ser mi amigo. Al menos eso es lo que le permitiré por ahora.

-Esta bien-. Le respondo y él sonríe, hace un gesto de victoria con el puño y camina junto a mi saliendo del gimnasio.

Cruzamos el campus y llegamos al edificio de dormitorios, busco el mío y Eliot me deja justo en la puerta

-Un gusto verte, Lara Jean-.

-Lo mismo digo-. Sonrío y extiendo la mano detras de mi para tomar la manija de la puerta. La giro y abro.-Hasta luego-.

Me meto en la habitación sin esperar a que responda y cierro la puerta.

-¿Porqué sonríes tan raro?-. Me dice Lissa, que está en su cama haciendo tarea. Se pone en pie y abre la puerta haciéndome a un lado.-Mi pregunta mas bien es: ¿Por quien sonríes tan raro?-.

Yo siento el corazón en los oidos, la mente revuelta y un fuerte deseo de que la tierra me trague.

Cuando ya no funcionemos. (Fanfic 2: "soy Lara Jean en casa").Donde viven las historias. Descúbrelo ahora