El entrenamiento de hoy ha estado muy pesado, no he rendido lo que puedo. Tengo la mente en otro lado, menos en donde debería; no he entendido muchos de los temas de clase, también tengo que leer hasta tres veces los mensajes que me envían, porque de primera lectura no entiendo nada.
-¡Hey, Kavinsky!-. Me llama el entrenador, que está en el pasillo saliendo de los vestidores. Me he cambiado el uniforme por unos jeans y una camiseta de manga corta color mostaza.
-¿Qué pasa?-. Digo acercándome al entrenador, que me mira con esa expresión de preocupación que le acompaña cuando algo no sale como le gusta.
-Dimelo tú-. Pide, guardo silencio porque nisiquiera se por donde empezar. -Estoy esperando una respuesta. Ese Peter Kavinsky que vi hoy en los entrenamientos y que he visto últimamente no es el mismo del semestre pasado-.
-Lo siento, me esforzaré más-. Respondo con una punzada de culpabilidad en el pecho. Se que estoy fallando, pero no se como hacer que los fracasos paren.
-Eso me queda más que claro-. Me suelta algo molesto. Lo miro de reojo y agacho la cabeza, cierro los ojos y aspiro todo el aire que soy capaz.- ¿Tienes algún problema?-.
Me gustaría decirle que mamá ya no tiene empleo, que debo dar clases, que mi novia está a tres horas y media de mi y que no tengo forma de irla a ver, que no entiendo nada de lo que leo o veo en clase, que solo quiero dormir y quedarme tumbado en la cama... pero lo único que digo es:
-Todo va bien-. Y esbozo una sonrisa Kavinsky, aunque sin mucha convicción.
-Cualquier cosa, por estúpida que sea, puedes decírmela-. Añade el entrenador dándome una palmada en el hombro. Es en ese momento en que anhelo que papá esté en mi vida como se supone que debería estar, que pudiera aconsejarme, que pudiera ser sustento de casa... ese gesto paternal por parte del entrenador no hace más que remover viejas heridas.
-Gracias-. Digo y él se marcha, se acomoda la gorra y se aleja por el pasillo directo a su oficina y silbando algo que no distingo.
Me quedo de pie, en silencio en el pasillo, mirando el suelo y esperando que me trague...
Pero no lo hace, así que al cabo de unos minutos, cuando todos se han marchado del vestidor, avanzo y salgo del edificio; y me voy directo a mi dormitorio.
Will me saluda haciendo un gesto, y yo le respondo de la misma forma. Subo a la litera y me recuesto mientras mi compañero de cuarto toca la guitarra. Suena una versión de Everything I Wanted, una acustica y un poco más animada que la canción original.
-Suena bien-. Le digo a Will mirando al techo, con los brazos detras de la cabeza.
-La estoy aprendiendo apenas-. Explica el chico.
-Va muy bien-. Digo y el chasquea la lengua en señal de agradecimiento. He aprendido a interpretar sus sonidos y su comunicación no verbal.
-¿Qué tal el americano?-. Pregunta y yo me giro para mirarlo.
-Es Lacrosse-. Digo y él hace un ruidito agudo.
-Lo que sea, ¿qué tal?-.
-He tenido días mejores-. Comento.
-Yo también-. Dice y lo miro de nuevo.
-¿A tí que te sucedió?-. Le pregunto con interés real y genuino, estas acciones son las que me hacen perder la atención en mi y enfocarme en otros... tal vez sea cobarde, pero funciona.
-Alison me terminó-. Explica dándole un golpe a su guitarra y dejándose caer sobre la cama.
-Mierda-. Digo y de nuevo me hallo mirando al techo. Me quedo así durante un rato hasta que recuerdo que tengo tarea... demasiada. Pero solo hago una parte, el resto lo dejo para hacerlo durante las clases.
Finalmente ha llegado la hora de dormir, pero antes tomo una ducha, el agua caliente me ayuda a pensar mejor, me aclara la mente y me da esperanza.
Un chico en otra regadera comienza a cantar y yo me río. Cierro la llave y me visto. Traigo un short y una camiseta lo bastante cómoda como para dormir bien en la noche.Salgo del baño y me meto en mi habitación, subo a la cama y me recuesto sin taparme con las cobijas.
Miro el movil y veo un par de mensajes de Lara Jean. No los abro, solo miro que tengo mensajes pendientes y, por alguna razón me siento inquieto, preocupado. Incluso siento mi corazón latir mas rapido de lo que debería... espero no morir de un infarto.
Respiro hondo y trato de relajarme, pero los latidos son cada vez más fuertes, más intensos. Hasta que llega un punto en que todo se vuelve más tranquilo, ese punto en que puedo volver a sentirme normal y respirar mejor.
Incluso he sudado a causa de la taquicardia... en fin. Es momento de dormir, aunque mi mente patine como disco rayado, aunque no tenga idea de que es lo que me sucede, se que voy a estar bien... todo lo que se tenga que resolver, se resolverá.
Caigo rendido en mis sueños, y de nuevo todo es oscuridad.
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Cuando ya no funcionemos. (Fanfic 2: "soy Lara Jean en casa").
FanfictionCONTINUACIÓN DE Soy Lara Jean en casa. ¿Qué pasaría si de pronto Peter no me quisiera? ¿Qué sucedería si de un momento a otro descubro que ya no lo amo tanto? ¿Realmente sería malo solo tener un novio en toda mi vida? ¿La pareja perfecta existe? S...