El Rey de las bodegas

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Azul, como se mencionó anteriormente, había sido la mejor amiga de Joaquín desde la primaria. ¿Cómo una chica con mutismo selectivo hace y mantiene una amistad? Para empezar, eligió a la persona más rara de la clase, con una imaginación extremadamente activa.
A los seis años, Joaquín Bondoni sólo tenía dos cosas en mente: uno, construir un enorme castillo de arena y llenar el sótano de su fortaleza con máquinas para imprimir dinero y así comenzar su ascenso para convertirse en Emperador del Mundo. Y dos, en caso de que el fuerte no pudiera construirse, aceptaría un pequeño sótano iluminado por velas debajo de la casa de sus abuelos. Dibujó planos e incluso comenzó a cavar por su cuenta. Aparentemente se conformaba con facilidad.

Joaquín no estaba muy en contacto con la realidad, así que aceptar que Azul era su amiga imaginaria no estuvo fuera de las posibilidades en ese momento. Para cuando descubrió que Azul era un ser humano real, ya se había vuelto demasiado apegado a ella como para enojarse de que se hubieran convertido accidentalmente en amigos.

¿Y cómo una niña se vuelve muda selectiva? Joaquín lo buscó en la Wikipedia, y descubrió que el mutismo selectivo es un trastorno de ansiedad social. Ahora deberán estar pensando que seguro Azul tuvo una infancia traumática y por eso no habla en la escuela, pero pues verán, se equivocan. Los niños con mutismo selectivo no tienen más probabilidades de haber sufrido traumas que los niños que no lo padecen, y por lo general son bastante seguros de sí mismos en otras situaciones, como en casa.
Además, los padres de Azul eran realmente geniales, aunque flotaban por la casa como fantasmas altos y vaporosos igual que ella. Las experiencias más traumáticas que infligieron a su hija fueron llamarla Azul y dejar que ella se vistiera sola. Pero fuera de eso eran buenos tipos, y Azul era normal y feliz.

Cuando descubrió que otras personas también podían ver a Azul, Joaquín comenzó a invitarla a su casa después de la escuela, y como no podían comunicarse realmente, jugaban mucho en la computadora y veían películas. Joaquín le debía a Azul el haber encendido su amor obsesivo por la ropa, pues gracias a eso, supo que quería trabajar como diseñador de vestuario.
Para cuando estuvieron en la preparatoria, Azul había perdido el interés por las películas y en cambio, se obsesionó con los reactores nucleares de sal fundida de cuarta generación (definitivamente iba a ser una supervillana) y con ser física, así que era seguro decir que sus intereses encontraron una bifurcación en el camino. Lo bueno de tener una mejor amiga muda era que no intentaba hablar demasiado con él sobre tetrafluoruro de uranio, y Joaquín no la molestaba con con el error más reciente e imperdonable en el vestuario de una serie de época, así que realmente eran la pareja perfecta.

Así que fue a Azul a quien Joaquín le envió un mensaje el mediodía del lunes después del miedo 3/50 (que era sobre los puentes, o más específicamente saltar de puentes; para variar, esa ocasión Joaquín también terminó mojado) para que fuera a ayudarles a él y a Renata a limpiar la bodega que su abuelo rentó cuando se mudó al San Rafael.
Joaquín no estaba muy seguro de qué era lo que motivaba a alguien que padecía demencia a rentar una bodega para todas sus posesiones mundanas -¿la esperanza de una cura súbita e inesperada, quizá?-, pero eso fue lo que Roger hizo, y ahora la renta en plan prepago se había terminado y sobre sus nietos cayó la responsabilidad de revisar todo lo que había guardado de su vida y decidir qué quedarse y qué tirar, lo cual era una tarea muy deprimente como para hacerla sin Azul y, como decidió en el último momento, Emilio Marcos.

Las unidades de "El Rey de las Bodegas" estaban en una bodega enorme que tenía una vibra como de Matrix. Cada pasillo era una copia muda del anterior, un ciclo infinito de déja vu. El espacio que Roger había rentado estaba tan al fondo del almacén que Joaquín comenzó a preguntarse si lograrían encontrar la salida de ese laberinto, pero luego la vieron, la pequeña cortina metálica gris detrás de la cual su abuelo había encerrado todas las cosas que más amó en su vida.

Una lista casi definitiva de mis peores pesadillas (AU EMILIACO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora