Ludovica
Entré a la casa de mi familia rodando los ojos mientras tenía mi labio inferior atrapado entre los dientes. Resoplé de cansancio haciendo reír a todos, menos a mi abuelo y Anahí que venían atrás de mí. Lo habíamos llevado al hospital simplemente para que se haga los chequeos médicos correspondientes y no paró de quejarse en todo el trayecto, incluso nos tuvo media hora hablando con el doctor sobre cosas sin sentido..., iba a pensar dos veces el aceptar cuando me lo propongan de nuevo.
—¡No lo llevo más! Están avisados —grité dejando las llaves en la mesa. Todos volvieron a reír y yo solo podía rodar mis ojos. Me senté suspirando por finalmente haber llegado.
—Posta que es insufrible este viejo, la próxima vas solo...
—¡Pero si yo no hice nada! Ustedes no saben apreciar mi compañía... —se defendió el con una sonrisa entre sus labios, estaba buscando complicidad porque sabía que las cosas no eran como las estaba planteando—, ahora hija dame un mate que estoy cansado.
—¡Encima viene con pretensiones! —se rió Khal, dejando su celular de lado e incorporándose en el sillón para poder prestarnos atención, su semblante era completamente divertido.
—Uf, gracias —le dije a mi mamá cuando me pasó el mate, necesitaba relajarme después de una tarde demasiado tediosa.
—¡Era para mi! Yo te pedí primero.
—Yo lo merezco más —peleé a mi abuelo por su reproche. Él me sacó la lengua y yo claramente se la devolví.
—En todo caso yo también lo merezco, eh —comentó Anahí, concentrada en su celular, lo tenía en la oreja por lo que se suponía que estaba escuchando un audio.
—Bueno..., ahora que estamos todos ¿Podemos hablar de lo importante? —dijo mi hermano llamándonos la atención. Enarqué una ceja y a juzgar por su mirada cómplice hacia mí, ya sabía de qué se trataba.
—No estamos todos, faltan los más chiquitos y papá —contesté haciéndome la desentendida, pero con el mismo semblante que él. Khal rodó sus ojos y simuló bufar de cansancio.
Mis hermanos menores estaban en el colegio y jardín respectivamente, mientras que papá estaba trabajando como siempre. Era el primer día que nos veíamos después de la semana y media que estuve afuera por la gira de Mateo, obviamente mi familia sabía que iba a irme pero estoy segura que las fotos y vídeos que anduvieron circulando fueron de su total sorpresa. Incluso lo era para mí, porque nunca establecimos empezar de nuevo con nuestra relación o ser algo más. Simplemente dejamos que todo fluya, y fluyó demasiado bien para ser verdad.
—Deja de hacerte la boluda y explica YA que son esas fotos chapando con Pache —me impuso Khalil aparentando ser serio y duro, algo que no pasaba porque sus comisuras elevadas lo delataban. Enarqué una ceja desafiante— ¿Por favor?
—¡Ay, hija! La verdad que nos sorprendiste a todos. Cuando tu hermano me mostró no entendía nada... —agregó mamá, su cara en cambio era de preocupación. La sentí tragar— ¿Por qué no nos dijiste nada?
—¡Pero mirá que policía resultaste ser Khalil! —se rió Ani por el comentario de mamá, la vista en mi hermano duró dos segundos porque al instante pasó a mi, rodé mis ojos— Igual se iban a enterar de una u otra manera porque hasta Camilo me mostró fotos ¡Estuvieron por todos lados?
—Igual no entiendo qué les sorprende, era obvio que iban a volver estos dos..., yo se los dije desde el primer día —comentó el abuelo mientras tomaba su mate, finalmente mamá se había dignado a darle uno. Me crucé de brazos escuchando atenta la discusión porque claramente no me iban a dejar hablar, ya lo había estado intentando pero ni siquiera me daban tiempo a abrir la boca.
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Entre versos y otros recuerdos | Segunda Parte
Teen FictionNo creo que lo primero que tenga que hacer sea presentarme, soy consciente que ya me conocen y si no... ¿Qué estás haciendo acá? Solo voy a decir que podes decirme Ludo, porque solo me llaman por mi nombre completo cuando están enojados y dudo que l...