Pache
Era consciente que hacía más de diez minutos estaba con el motor encendido del auto, sin la intención de soltar el embrague para salir del estacionamiento. Mi mente no dejaba de maquinar, al punto que no me creía ni un poco capaz de manejar. Con un suspiro frustrado lo apagué, antes de apoyar mi cabeza sobre el respaldo y cerrar los ojos para poder volver un poco a mí. Fueron días duros, muy difíciles, en donde tuve que ponerme en automático y accionar para no levantar sospechas de absolutamente nada.
No puedo decir que fui quien peor la pasó porque era mentira, pero la prensión había caído tanto sobre mi, que muchas veces no me sentí capaz de poder hacerlo. Hubo situaciones donde me sentía un inútil con la suficiente estupidez para decir "no puedo con esto" e irme corriendo. Claramente no fue lo que hice, porque nada se trató de mi.
Por un lado, estaba Renata con sus malestares y síntomas dignos de un embarazo a los que claramente tuve que responder por ser la mitad responsable de lo sucedido. Agregando que no solo se trataba de eso, sino de mi futura hija o hijo.
Por el otro, estaba Ludovica que desde que se enteró de su embarazo no me despegué de ella en ningún momento, ni siquiera cuando tenía que dejarla para ir a hacerme cargo de mis responsabilidades. Estábamos todo el día en contacto, solía irme unas horas para poder ver a mi novia (que para preservar la intimidad de Ludo le dije que estaba internado en el estudio por mi música) y después volver para asistirla en lo que necesitara. La verdad que me preocupaba bastante la situación, aunque me decía que estaba bien y solo necesitaba reposo. Después de dos días, logró que le haga caso y me vaya a hacer mi vida normal.
Claramente lo hice solo con la condición que me llamara. Hoy iba a ser la primera noche que dormíamos separados.
¿Cómo me sentía al respecto? No podía detallarlo, primero porque no hablaba bien de mí el hecho que me aproveche de la situación para estar y dormir con ella. Segundo porque mi vida estaba tomando otro rumbo y tercero..., porque a pesar de todo lo anterior, no podía sacarmela de la cabeza. Decir que me alegró la situación sería horrible porque no fue para nada lindo, pero que confíe en mí para que pueda acompañarla, me hacía bien.
—Hey, al fin viniste —saludó Sede entrando al estudio principal. Le sonreí y choqué su palma cuando la levantó—. Te diría que tu novia te está demandando mucho, pero vino un par de veces buscándote. No quiero saber en qué andas hermano.
Hice una mueca. Claramente no le iba a contar, sabía muy bien qué era lo que se imaginaba, sinceramente no me importaba mucho lo que pensara. Sé muy bien que Rena me estuvo buscando por el estudio porque era justamente donde le dije que iba a estar, pero por suerte Sacha supo cubrirme muy bien sin necesidad de detalles. No estaba haciendo nada malo pero como dije, lo que más me importaba era que Ludo tuviera la privacidad que la situación requería.
—Fueron días complicados —me encogí de hombros despreocupado, sentí en su gesto cómo se desilusionó un poco por mi respuesta tan nula—. Acabo de escuchar lo que me habías mandado, está muy piola.
—Tarde Pacheco, tarde —exageró tocándose la frente como si fuera un caso perdido. Se rió y me empujó un poco— ¿Viste que genio soy? A mi también me gustó.
—Me imagino que ya lo mandaste... —contesté. Él asintió en respuesta, iba a seguir contándome pero el insistente timbre nos interrumpió. Fruncí el ceño porque muy pocas veces se usaba, ya que siempre nos avisaban por mensaje que habían venido..., básicamente porque invitábamos, no porque caían de la nada— ¿Estás esperando a alguien?
—Mm, no que yo sepa —murmuró confundido y se levantó para ir a ver de quién se trataba. Mientras tanto, agarré mi celular para contestar los mensajes que tenía pendiente.
ESTÁS LEYENDO
Entre versos y otros recuerdos | Segunda Parte
Novela JuvenilNo creo que lo primero que tenga que hacer sea presentarme, soy consciente que ya me conocen y si no... ¿Qué estás haciendo acá? Solo voy a decir que podes decirme Ludo, porque solo me llaman por mi nombre completo cuando están enojados y dudo que l...