Ludovica
—¡Ay, hola! —chillé dejando el celular de lado cuando las caras de mi equipo aparecieron en la pantalla. Ya me había aburrido de esperar y desilusionado con que no podíamos vernos, Eze estaba intentando hacía bastante—¿Cómo andan?
—¡Ludo! Estás re negra loca, le diste al sol —comentó Lisa, mi productora. No sabía de qué hablaba, solo estuve en contacto con el sol cuando fuimos al camping con mi familia el fin de semana. Nada que ver a ella que estaba en Brasil con su novio y se le notaba mucho. Su pelo está más castaño que siempre y el bronceado que llevaba resaltaba mucho sus pecas y ojos miel.
—Solo lo está diciendo para que notemos su bronceado —se burló Juampa. No sé muy bien dónde estaba pero se encontraba exactamente igual de como lo había visto hacía tres semanas atrás. Acomodó su gorra hacia delante ocultando sus ojos marrones oscuros, dejándonos ver su sonrisa. A sus treinta años se estaba quedando pelado así que siempre ibas a verlo con algo encima en la cabeza.
—¡Eso es envidia mi amor! —gritó haciendo un gesto como si fuera una persona exitosa y no le importara lo que digan de ella.
—Envidia les tengo yo..., las próximas vacaciones me voy sola a algún lado, no vuelvo a este pueblo de mierda ni en pedo —bufó Samantha. La más joven del equipo y cercana a mi edad. Ella era de Juárez, un pueblo de la provincia de Buenos Aires. Cuando nos enteramos de las vacaciones todos empezamos a planear qué hacer, ella dudó hasta el último momento si volver por la mala relación que tenía con su familia. Intentó correr su pelo colorado pero al tenerlo arriba de los hombros, no logró mucho.
—¿Va muy mal para allá?—le pregunté. Ella asintió rodando sus ojos claros..., creo que era la única colorada que no los tiene.
—Bueno, bueno. No los convoqué para que se actualicen —nos llamó la atención Eze a mi lado.
—¡Callate gorra! —se quejó Juampa.
—Pegale por mi, Lu —me dijo Lisa y obedecí, ganándome un empujón de su lado.
—Te compadezco, tenes que seguir soportandolo incluso en las vacaciones —se rió y exageró Sam.
—Lo soporto desde que tengo memoria, no es algo nuevo...
—Es mutuo querida.
Más allá de la joda, no sé qué hubiera sido de mí sin estas personas, siempre me hicieron sentir cómoda y en casa. Después de tres años ya los consideraba parte de mi familia y aunque no extraño para nada el ambiente, a ellos sí al punto que cuando propusieron videollamada en el grupo, no dudé en aceptar.
Salvo Sam, ninguno quería volver aunque claramente era una obligación y después de tantos años con pocas semanas de descanso, era lógico. Aunque estaba segura que lo que me estaba pasando a mi, a ellos no les pasaba. Intuía que Eze ya notaba mi nostalgia porque las semanas se me estaban acabando y por eso, propuso hacer la reunión improvisada para conectarme con mi nueva/vieja vida.
Cuando se hicieron las siete de la tarde, les impulsé a terminar de hablar porque necesitaba que Eze se vaya, ya le había dicho pero se colgó hablando. Por suerte, Sara estuvo al tanto de la hora y lo apuró, también la había echado a ella.
—¿A quién te vas a coger? —me preguntó Eze cuando cerré la notebook y me levanté para ir a bañarme. Rodé mis ojos con una sonrisa y seguí haciendo lo mío. Sara se rió— ¿Vos sabes?
—Pues claro, soy más importante que tu.
No iba a decirle a Ezequiel que había invitado a su primo a cenar y no porque me diría algo sino porque prefería decírselo después que pase, con detalles verdaderos. Habíamos estado hablando porque le pidió mi número a Sacha y tengo que admitir que no me insistió tanto para que le diga que sí. No era algo que me molestara porque me caía bien y no veía porqué no darle una oportunidad. Aunque obvio, no es que estaba buscando algo u piense coger, solo no estaba rechazando la idea. Sé que Eze se va a hacer toda una película si se lo digo.
ESTÁS LEYENDO
Entre versos y otros recuerdos | Segunda Parte
Genç KurguNo creo que lo primero que tenga que hacer sea presentarme, soy consciente que ya me conocen y si no... ¿Qué estás haciendo acá? Solo voy a decir que podes decirme Ludo, porque solo me llaman por mi nombre completo cuando están enojados y dudo que l...