CAPITULO 8

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ELIZABETH

-Lo siento, generalmente ella no es así.

-No tienes que disculparte, que desconfíen de mi ya es normal. Mejor sigueme mostrando tu castillo.

Su sonrisa volvió al igual que la mía.

-De acuerdo.

Salimos de ahí y volvimos al pasillo donde había una puerta que ya conocía.

-Aquí esta la tan conocida sala de juntas.

Ahora que no había nadie, la larga mesa parecía mas grande, las sillas se veían muy cómodas y la gran pizarra esta vacía.

-¿Puedo hacerte una pregunta aparte de esta?

La primera vez que le pregunte si podía hacerle una pregunta, el respondí que ya la había hecho, razón por la cual nos habíamos acostumbrado a hacernos preguntas de esta manera.

-Por supuesto.

-He notado algo.

-¿Que es lo que notaste?

-Casi no hay personas aquí. ¿por que?

Dudó antes de responder.

-Esta es un área por así decirlo privada, solo las que tienen tarjetas de identificación como la mía pueden acceder a esta parte de la base.

Salimos de la sala de juntas y me condujo por los pasillos hasta que entramos a un elevador.

Después de unos segundos las puertas se abrieron dejando ver un largo pasillo con puertas a los costados.

-Este piso es únicamente de habitaciones.

-¿Para quien?

-Bueno, esta la habitación de Gabriel, de Arwen, de Andrew, de Briana, la mía y dos habitaciones desocupadas.

Volvió a cerrar la puerta del elevador y subimos otro piso.

Las puertas se abrieron para ahora mostrar a varias personas sentadas frente a su computador y con varios papeles desperdigados en su escritorio.

Todos parecían estar concentrados en su trabajo, solo unos pocos nos voltearon a ver.

La estancia era gigante.

-En esta planta puedes observar a nuestros mas grandes investigadores.

Señalo a las personas en sus computadoras. Caminamos algunos pasos, a mi izquierda habían dos pequeñas habitaciones.

-Estas son las oficinas de Gabriel y Andrew.

-¿Por que tu no tienes una?

-Esa es una buena pregunta.

Se oyó un pitido proveniente de la muñeca de Alex.

-Mira, que suerte, justo es la hora de comer.

Me señalo el camino.

-Vamos.

Frente a nosotros se extendía una gran entrada en forma de arco, al interior había muchas mesas, las personas comenzaron a caminar hacia ellas, dejando su trabajo.

Algunas pasaban por nuestro lado y saludaban a Alex. Las puertas del elevador se abrieron dejando salir a mas personas, estas vestidas con un uniforme azul marino.

Alex tomo mi mano y me llevo entre las personas, hasta una larga barra.

-Nani.

Llamo a una señora mayor.

En El Bosque © √Donde viven las historias. Descúbrelo ahora