CAPITULO 7

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ALEXANDER RATHERMEN

Al fin después de dos días Gabriel me había dado la autorización para que Eli saliera de su habitación, claro que no fue fácil convencerlo y como ya era su costumbre puso algunas condiciones.

Con respecto a la especie de discusión que habíamos tenido, comprendía perfectamente su preocupación, pero mamá siempre decía que papá y yo teníamos una especie de capacidad para reconocer a las personas sinceras y de buen corazon, algo que yo logre identificar en Eli desde el primer momento que la mire a los ojos.

Así que, en este momento iba a darle la noticia, estaba seguro de que la emocionaría tanto como a mi me emocionaba mostrarle todas las instalaciones, claro que solo podría mostrarle las que me fueron autorizadas por Gabriel, sin embargo esto no me quitaba la emoción.

Y aquí estaba, frente a la puerta.

La maldita puerta que por alguna extraña razón en ocasiones olvidaba cerrar, aunque siendo sincero no solo ocurría con esta puerta.

Estaba a punto de sacar mi tarjeta de identificación cuando la puerta se abrió y por esta apareció Arwen, en cuanto me vio, me regalo una sonrisa nerviosa y continuo su camino con claro nerviosismo que me hizo preguntar me hacia donde se dirigía.

Me adentré a la habitación.

-Tengo que decir que tardaste menos de lo que creí, pero ya te dije que no muerde.

Estaba de espaldas por lo que deduje que no me hablaba a mi, lo mas seguro es que le hablara a Arwen.

-¿Quién no muerde?

Al oír me voz se giró sorprendida.

•••••••••••••••

ELIZABETH

-¿Quién no muerde?

Demonios.

Voltee a verlo sorprendida.

-Creí que eras Arwen.

-¿Quién no morderá a Arwen? Se veía muy nerviosa al salir de aquí.

-Nadie.

Me vio por lo que parecieron largos minutos, hasta que pareció recordar algo.

Sonrió tanto que sus oyuelos se le marcaron.

-Te tengo una gran noticia.

-¿Cuál?

-Gabriel accedió a dejarte salir de esta habitación.

-¡¿De verdad?!

Asintió con la cabeza.

-¡No lo puedo creer!

-Claro que no podrás ingresar a todas las instalaciones pero aun así...

La emocion fue tan grande que sin pensarlo me lance a abrazarlo, cuando me di cuenta de lo que había hecho e intente separarme, el rodeo con sus brazos mi cintura, atrayendome hacia el.

-Gracias.

-¿Por qué?

-Se que tu lo convenciste.

-No me parecía justo que estuvieras aquí encerrada.

-¡¿Es cierto?!

Rápidamente nos separamos, voltee a ver a Arwen que parecía avergonzada.

-¿Qué es cierto?- pregunto Alex.

-¿La dejaran salir?

-Si, lo haran- respondí yo.

-Espera, ¿quién te dijo?-preguntó Alex.

-Gabriel.

Intentando contener una sonrisa voltee a ver a Alex, quien ya me estaba mirando confundido, hasta que pareció atar cabos y una enorme sonrisa ilumino su rostro.

-¿Asi que Gabriel?

Las mejillas de Arwen se volvieron totalmente rojas y desvío la mirada.

-Alex sera mejor que lleves a Eli a conocer las instalaciones, no queremos que se pierda ¿verdad?

-Tienes razón- me tendió su mano- acompañeme por aquí.

Tome su mano y juntos salimos de la habitación.

-Tienes razón, a pesar de lo que demuestra Gabriel no muerde.

Solte una carcajada.

Estaba muy emocionada, por conocer las instalaciones, conocer mas personas, aun no podía creer que enserio Gabriel había autorizado que saliera.

-He estado pensando que te podría enseñar primero, como ya dije hay lugares a los que no podrás entrar. Y...

-¿Que?

-Le dije a Gabriel que podrías ayudarnos a organizar algunos archivos, espero que no te moleste, pero creí que tal vez así no te aburririas.

-No te preocupes,eso es excelente, así tendré en que distraerme.

Llegamos a una puerta que abrió, adentro se podrían ver infinidad de estantes con cajas que al parecer contenían documentos.

-Aquí es donde organizaremos los archivos, pero te explicaré como se hace mas tarde, por ahora continuemos con el recorrido.

Había dicho organizaremos, eso significaba que los dos lo haríamos y que pasaríamos mas tiempo juntos, cosa que me emocionó.

Salimos de ahí y ahora abrió la puerta que estaba adelante.

-Este es el laboratorio.

Cuando abrió la puerta y vi todo lo que había una indescriptible emoción me invadió, había algunas personas con cubrebocas, batas blancas, guantes y gafas de protección. Al parecer cada uno tenia una mesa de trabajo asignada, en la cual había documentos esparcidos.

Me fije en todos los aparatos que había ahí y por mas extraño que parezca, supe que era cada cosa, sus nombres comenzaron a inundar mi cerebro provocando que me aturdiera.

Entonces lo comprendí, yo ya había estado en un lugar parecido.
Todo se me hacia conocido y la sensación de tranquilidad que me invadía solo cuando estaba con Alex se hizo mas fuerte.

-¡Alex!

Gire mi cabeza hacia donde provenía esa voz, una de las personas caminaba hacia nosotros mientras se quitaba las gafas, los guantes yel cubrebocas, así fue que la reconocí.

Briana.

Se acerco a Alex y beso con entusiasmo su mejilla.

-Has estado muy desaparecido últimamente, casi no te había visto.

-Si he estado mas ocupado de lo normal.

-Si, ya veo porque.

Fue en ese momento en el que al fin se giro a mirarme, como si apenas se hubiera dado cuenta de mi presencia. Por alguna extraña razón la forma con la que me miraba era como de enojo.

-Se que ya se conocen, pero Briana ella es Elizabeth, Eli ella es Briana, la hermana de mi mejor amigo Andrew.

A Andrew aun no lo tratado directamente, sin embargo Alex a menudo hablaba de él y por lo que me había contado deducía que era una persona agradable.

-Si, ya la conozco, interrumpió una de nuestras reuniones diciendo que era la supuesta creadora del suero que casualmente encontramos en su organismo.

La sonrisa de Alex desapareció.

-Briana, ¿Que estas tratando de decir?

Me miro de arriba a abajo.

-Nada, sera mejor que regrese a trabajar- sonrió con malicia- recuerda que aun me debes una Alex.

Después de decir eso se giro para irse. La forma en que dijo su nombre no me agrado en lo absoluto.

Definitivamente yo no era de su agrado, pero ¿Por qué razón?

En El Bosque © √Donde viven las historias. Descúbrelo ahora