CAPITULO 9

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ELIZABETH

Llevaba una semana desde que había conseguido el permiso de Gabriel para salir y me sentia de una forma grandiosa, había hecho algunas amistades en las horas de almuerzo en las que Alex no se encontraba conmigo.

En este instante estaba en el elevador, había acabado de comer junto con Arwen, ella había ido a atender a un soldado que al parecer se había roto la mano en un entrenamiento. Mientras que Alex se encontraba en su entrenamiento junto con Andrew.

Yo me dirigía hacia la biblioteca para continuar ordenando los archivos que Gabriel me había asignado hace dos dias, así que en cuanto llegue a la biblioteca fue lo primero que hice o al menos intente hacer ya que había estado distraída todo el día, debido a una cosa: los recuerdos.

El ultimo era de hace dos días, en el cual había un hombre frente a mi, me decía algunas cosas y yo le respondía otras, las únicas que recuerdo son:

-Ellos tienen que saber y lo harán, sabrán la verdad.

Me golpeaba en la cara.

-No, ellos jamas se enteraran y de eso me encargare yo.

Volvía a golpearme y todo se volvía negro.

Todo tenia un poco de sentido, mi teoría era que yo había descubierto algo y ellos por miedo me habían encerrado, pero ¿que era eso que había descubierto?

Cada que una pregunta se respondía otras cinco sin respuesta aparecían. Todo era muy extraño...

Mi vista se volvió negra y senti como un par de manos se posaban en mis ojos.

Por un momento me asuste, hasta que reconocí el olor de su perfume.

-¿Quien soy?

Sonreí, su voz era inconfundible.

-No lo se, tal vez ¿Alex?

Mi vista regreso cuando quito sus manos de mis ojos, me di vuelta y ahí estaba el con una gran sonrisa.

-Creí que hoy tu entrenamiento duraba mas.

-Si, pero alguien se lastimo y Andrew decidió terminar el entrenamiento.

-¿Ya comiste?

-Pase a la cocina por una manzana antes de venir aquí.

-Deberias comer bien.- le dije severamente.

-¿Que estas haciendo?- pregunto evadiendo mi regaño.

Lo deje pasar, pero mas tarde lo obligaría a comer.

-Organizando estos archivos que Gabriel mando.

Me miro, analizando mi rostro.

-¿Como estas? ¿Dormiste bien hoy?

Ya le había contado acerca de mi sueño, tambien que esa era una de las razones por las cuales no había estado durmiendo bien.

-Dormí mejor, las ojeras no se notan ya- dije señalando mi cara y regalándole una sonrisa que me devolvió, nos quedamos viendo a los ojos por un rato hasta que sentí como me sonrojaba y desvíe la mirada.

-¿Quieres que te ayude?- dijo después de carraspear.

-Por supuesto, claro que si no tienes otra cosa que hacer, no me gustaría ser una distracción...

-Tu nunca serias una distracción.

•••••

Llevámos un rato hablando hasta que recordé algo.

En El Bosque © √Donde viven las historias. Descúbrelo ahora