CAPITULO 26

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ELIZABETH

Una vez que nos separamos debido a la falta de aire, nos tomamos de la mano y comenzamos a caminar recorriendo el pueblo.

A lo largo de nuestro paseo Alex va señalando lugares o cosas y en el proceso me va contando datos de estos, los cuales yo escuchaba atentamente evitando perderme de algún detalle.

-Y ahí venden los mejores helados de la zona.

Señalo un local que se encontraba cruzando la calle, era muy colorido.

-¿Quieres uno?- preguntó.

-¿Un helado?

-Si.

-Esta bien.

Cruzamos la calle y entramos al local en el cual no habían muchas personas, nos acercamos a un empleado.

-Bienvenidos, ¿que es lo que van a pedir?

-Quiero dos helados dobles, por favor.

-Claro.

Tecleo algo y posteriormente le tendió un ticket a Alex. Nos acercamos a una barra en la que había muchos sabores para escoger.

-Me permite su ticket- una vez lo leyó nos pregunto de que sabor serian nuestros helados.

Alex me volteo a ver y yo me encogi de hombros.

-No se de cual escoger.

En verdad había de muchos sabores.

-Lo se, hay muchos sabores pero te recomiendo el de Supremo que contiene mucho chocolate o el de Frutos del bosque que tiene fresa, frambuesa, arándano, entre otras frutas.

Aun así no pude elegir, así que le propuse algo.

-¿Y si yo pido de uno y tu de el otro para compartirnos?

-Me parece una gran idea.

Una vez que nos dieron nuestros helados, salimos de ahí y continuamos caminando hasta llegar a un lugar con arboles y algunos bancos alrededor, pero lo que mas me llamo la atención fue que en medio de este pequeño espacio, había una pared alzándose imponente que atravesaba la mitad de este lugar.

-¿Que es eso?

Le pregunte a Alex mientras nos acercábamos a la pared, cuando estuvimos lo suficientemente cerca pude apreciar que en este había imágenes pintadas.

-Este es un mural muy importante, muestra la historia del pueblo.

Las imágenes ahí pintadas eran maravillosas.

-¿Podrias contarmela?

-Por supuesto, pero que te parece si nos sentamos.

Caminamos a una de las bancas cercanas.

-Todo empieza hace setenta y cinco años, cuando el pueblo de Skogen no era lo que es ahora, pues en ese tiempo estaba dividido por este muro, el cual se extendía a lo largo de todo el pueblo dividiéndolo así en dos, el pueblo de Skogen que era gobernado por mi abuelo, y el otro lado Skigan gobernado por su hermano, todo iba relativamente bien, hasta que una rivalidad que ya habia existido desde antes creció debido a que mi abuelo estaba logrando que el pueblo de Skogen sobresaliera en cuanto a su economia, su hermano al ver esto quiso todo para el, provocando así que iniciara a lo que hoy se conoce como La Revuelta, un enfrentamiento bélico en el que se lucho por el territorio completo, el cual por supuesto gano mi abuelo, debido a esto ahora es un solo pueblo y se llama Skogen.

-¿Y que paso después? ¿Y su hermano?

-Nadie lo sabe, no murió en La Revuelta, solo desapareció en el bosque, de echo es curioso el hecho de que justo después de que el y los sobrevivientes de su ejército desaparecieran en el bosque, las personas comenzaron a desaparecer tambien.

-¿No han pensado que tal vez este relacionado?

-Mi papa lo pensaba así, pero nunca se llegó a nada claro, muchos lo descartan debido a que no hay pruebas, aunque yo tambien lo estuve investigando un tiempo, desafortunadamente no se a podido saber si esto es verdad ya que cada escuadrón que mandamos a investigar desaparece.

Yo tenia el presentimiento de que esto se conectaba con las desapariciones, Skigan era algo que ya había oído antes pero por mas que intente esforzarme en recordar donde, no logre hacerlo y solo provoque que me comenzara a doler la cabeza.

••••••


Íbamos camino a esa posada en donde nos quedaríamos, al parecer Arwen ya se encontraba ahí, esperándonos para presentarnos al dueño.

-¿Todos se quedaran ahí?

-Si, menos Arwen.

-Ella se quedara en su casa.

-Así es.

-¿Tu ya has ido a esa posada?

-No, hace mucho no salgo de La Base.

-Pero, ¿sabes en donde esta? porque no quiero perderme en mi primer día aquí.

-Claro que se en donde esta, de echo ya llegamos.

Señalo una a la construcción que estaba frente a nosotros, la observe y me sorprendí con lo hermosa que era, la recorrí con la mirada, en la planta baja había ventanales hermosos, en las otras tres plantas se podían ver balcones, todo se veía maravilloso.

-Es hermosa.

-Lo es.

Los dos la observábamos embelesados, era de las construcciones mas bonitas que había visto.

-Lo mejor sera que entremos.

Se adelanto y abrió la puerta, dejandome pasar a mi primero.

Había una sala muy espaciosa, con sillones en colores claros y al fondo estaba la recepción, en la que se encontraban dos personas dándonos la espalda, al parecer observaban una fotografía colgada en la pared.

A Arwen fue fácil reconocerla, pero no sabia quien era el señor a su lado, este al parecer era mayor, esto lo pude apreciar gracias a sus cabellos entrecanos.

Alex y yo avanzamos lentamente tomados de la mano mientras observábamos todo a nuestro alrededor, si por fuera esto era hermoso por dentro lo superaba.

Cuando llegamos al frente Alex toco la pequeña campanita que se encontraba sobre el mostrador, la primera en voltear fue Arwen que inmediatamente nos sonrió.

-Al fin llegan, mire señor Gibson, aquí están las personas de quienes tanto le hablaba.

-Ya te dije que me llames Adrien.

El señor se dio la vuelta con una sonrisa, pero en cuanto me vio esa sonrisa desapareció y fue sustituida por una cara de sorpresa, incredulidad y añoranza...

Por una cara de reconocimiento.

-Estela...

Susurró.

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Val

En El Bosque © √Donde viven las historias. Descúbrelo ahora