Capítulo 19: Tarta

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"Good Omens es una serie de Amazon Prime y un libro de Terry Pratchett y Neil Gaiman"

Crowley llegó con miedo a la librería de la calle Soho, había huido de forma cobarde mientras el ángel esperaba algo más, su mirada llena de amor lo sedujo y un inocente beso de mejilla fue la propuesta audaz del pelirrojo, el rubio lo miró anonadado y cuando sintió que iba a pasar algo más, se puso de pie de manera abrupta, saliendo de la habitación de manera atropellada, condujo su Bentley por la ciudad hasta el local de aquella brujilla.

Ahora regresaba de nuevo con un nudo en la garganta y una tarta de manzana, de una forma irónica le daría el hechizo; Encontró a Aziraphale en su hogar acomodando libros, tenia el ceño fruncido e ignoro su presencia al escucharlo entrar por la puerta de los clientes de la librería.

— Si vienes a disculparte por huir, es muy tarde — le recrimino, certero y al grano, mientras le daba la espalda para acomodar un libro de hechizos en su colección.

Crowley sintió un tirón de culpa inundarlo, pero no daría un paso atrás, así que puso frente a él, una tarta con el hechizo que le dio Anathema, dejándolo como una ofrenda de paz con su ángel quien lo miro atónito.

— ¿Una tarta? — le recrimino, ante la sonrisa amplia del pelirrojo que le tendió un cubierto de plástico, para que le hincara el diente a tan tentador postre.

— No mientas, se que te gusta Nordic Bakery*, así que pedí esto pensando en ti, fui un imbécil — se culpo de inmediato, ante la sonrisa radiante del ser celestial, quien se acerco a él, Crowley lo conocía muy bien, amaba los postres, y aquella pastelería de Soho era de sus preferidas, podía sentir el amor fluir en ambos, como una cuerda que los ataba, aunque tuvieran miedo de admitirlo.

— Eres un demonio taimado — se burló, dándole un bocado al postre y sintió algo que jamás había experimentado, una adrenalina consumirlo y sus miedos disiparse, la mirada expectante del pelirrojo fue la respuesta que obtenía mientras devoraba aquel manjar, era tan diferente, tan sublime a cualquiera que hubiera probado.

Y un calor cubría su cuerpo, uno que comenzó a hacerlo sudar, corrió a la ventana asustando al demonio, quien pensó en haber dañado al rubio, quien empezó a abanicarse de una manera desesperada sentando en su sillón.

— Creo que me ha dado algo con el golpe de azúcar — se apenó el ángel, haciendo sentir mal a Crowley por casi envenenarlo, Anathema seria castigada por aquel atropello, pero el rubio hizo algo que el pelirrojo no espero, se quito aquella graciosa corbata de tartán ante sus ojos bífidos, los cuales fueron desprovistos de los lentes para más detalle de la actitud desinhibida del ángel.

— ¿Puedo usar un milagro demoniaco? — sugirió, pero Aziraphale negó con la cabeza, y lo acercó de golpe, causando que el demonio se sonrojara, estaba anonadado, ¿Qué diablos tenía la pócima de Anathema? — ¿E-estás bien? — tartamudeo, sintiendo las manos del ángel recorrer su espalda.

Y sus labios fueron devorados por el rubio, callando sus protestas, si, eso era terriblemente malo, pero aquella boca era suave, demasiado para ser ignorada por un pecador como Crowley, quien dejo sumergir sus deseos insanos en aquel acto.

Las manos del pelirrojo tomaron la cabeza de Aziraphale para profundizar el beso, y como la serpiente que era, enrosco su cuerpo sobre el del ángel quien jadeo en respuesta, para después caer en un estado de sopor en el sillón, definitivamente el demonio aprovecho el ultimo resquicio de voluntad del ser de luz, besando su cuello, marcándolo.

La piel de Aziraphale estaba caliente, sentía su temperatura demasiado elevada, y Crowley necesitaba todo de él, pero no, no con un hechizo, no así.

Y con la voluntad que no tenía, se separó un poco del rubio, quien no parecía dispuesto a parar.

— ¡Me odiare por esto! — se lamentó, observando a Aziraphale con la camisa mal puesta por el arrebato de pasión y el rostro sonrojado con los labios hinchados, y tronando los dedos, el rubio cerro los ojos, dejando caer su cabeza en el sillón.

Mañana definitivamente le agradecería a Anathema por aquello, mientras veía a su ángel plácidamente dormido en sillón, y el mismo con una poderosa erección.

N.A. Regrese con una palabra más, supongo que el siguiente capitulo acabare estos drabbles con la trama de Anathema ayudando a Crowley. Ódienme con amor jajajaa

Gracias por leer.

* Pasteleria fina que se encuentra en Soho, Londres.

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