Capítulo 1

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Hace un año.

-¡Suéltame, no me toques! –dice la chica entre lágrimas soltándose del agarre para luego salir de ese lugar que le hacía daño.

-Reagan, escúchame. –dice un chico a medio vestir tras de la chica castaña. –Cariño...-ella se detiene para encararlo.

-¡No me digas así, maldito infeliz! –dice ella afincando su dedo varias veces en el pecho de él que la mira con desespero. – ¡Me engañaste con esa zorra, Adam! ¿¡Cómo pudiste hacerlo!? ...-su voz sale entre cortada. –Te amaba. –dice cubriéndose la boca, pero él la logra oír y la rodea con sus brazos. –Te amaba, cretino. –él era el único, a parte de sus hermanos que la había visto llorar, que la había visto débil, no le gustaba verla así, menos por una estupidez de él.

-No hicimos nada, Reagan, créeme...-ella se enoja.

-¿¡Y qué hay con esos chupones!? ¿¡Dirás que estoy loca!? –dice con furia alejándolo.

-No grites y...

-¡No me importa si me oyen, Adam! ¡Me prometiste que no la verías, te dije que te alejaras de ella, pero no!

-Rig...

-¿¡Y qué es lo que haces!? ¡Vas y te la follas! –le cubre la boca.

-Cariño, cálmate...-ella trata de soltarse. –Me vas a escuchar, así tenga que obligarte. –patalea. -Ella y yo no tuvimos sexo...-se suelta bruscamente. –Rig, mi amor...

-¡Vete al maldito infierno Adam West, porque tú y yo terminamos! –se comienza a alejar y él la detiene.

-Yo te amo, sé que metí la pata, pero...-dice con desespero en su voz. Era cierto, la amaba como un desquiciado, haría lo que fuera por verla feliz, porque ella era de él, pero le encantaba estar con otras chicas, sexualmente y eso Reagan no lo sabía, hasta ahora.

-No sólo metiste la pata, jodiste esta mierda y en grande. –ella sonríe sin gracia. –Felicidades Adam West, eres libre de follar con quien se te de la maldita gana. –se suelta y se va. Adam se pasa las manos por el cabello con frustración.

-¡Maldita sea!

Al día siguiente Reagan está encerrada en su habitación, al ver esa extraña actitud sus hermanos mayores se miran entre ellos.

-¿Ahora qué le sucede? –dice Jordan. El hermano del medio.

-¿Cómo voy a saberlo? Después que llegó anoche no ha querido salir de su habitación. –dice el mayor. Aiden. –Sube y pregúntale.

-No quiero morir. –se escucha un golpe.

Estaba definitivamente enojada, pero más que todo, dolida de saber que su novio la había engañado y que lo tendría que estar viendo todos los días, dolida de no haber sido suficiente para él. Le dolía hasta comprimirle los pulmones y su único escape para la ira, era aventar sus cosas.

-Está enojada. –dicen ambos. Tocan la puerta y Aiden abre, es Adam. Luce cansado, con ojeras y despeinado, ciertamente no había dormido nada pensando en una forma de que Reagan lo perdonara.

-Miren, quien vino, el idiota de Adam. –dice Aiden cómicamente. –Y al parecer vienes amanecido, luces de la mierda.

-Sí, sí, vine a ver a tú hermana.

-Sólo porque me caes bien no te destruyo por manosear a mi hermanita. –dice Aiden apoyándose en la puerta y Jordan se coloca a un lado de su hermano.

Después de cierto tiempo Aiden y Jordan dejaron de ser tan quisquillosos con él lo cual era un gran alivio o eso era hasta ahora.

-Me apiado de ti. –dice Jordan cruzándose de brazos con una expresión cómica en su rostro. -Reagan está enojada y no creo que quiera salir de ahí, a menos que te atrevas. –ambos hermanos se ríen.

-Correré el riesgo. –dice entrando para luego subir las escaleras

Ambos hermanos se quedan en la parte de abajo observándolo atentamente, sabían que el extraño comportamiento de su hermana tenía algo que ver con él.

Adam se detiene fuera de la habitación de Reagan y toca la puerta. Ella mira la puerta con lágrimas en sus ojos, no había dormido tampoco en toda la noche, sus ojos estaban hinchados y su habitación era un desastre, estaba dolida y no quería lidiar con nadie en ese momento.

-¡Lárguense, imbéciles! –Adam toca hasta que ella abre la puerta y lo mira con una expresión de sorpresa en su cara.

Sus sentimientos eran ahora un huracán al verlo parado frente a ella luciendo afligido y con la expresión de preocupación en su rostro. Ella perfectamente sabía que la estaba pasando mal, pero no le importaba, él se lo había buscado y no había nada más por hacer, aunque le doliera tenía que sacarlo de ahí.

-Rig, cariño...-al pronunciar esas palabras ella se enoja.

-¿¡No te dije que no te quería ver!? –le grita derramando lágrimas nuevamente.

-Escúchame, sé que lo arruiné...

-¡No!

-Por favor. –dice suplicante con su voz casi quebradiza.

-¿¡Tan fácil fue revolcarte con esa zorra!? –sus hermanos se miran sin comprender el problema realmente.

-¿Podemos hablar sin que grites? –dice agarrando sus manos y ella se suelta.

-¡No! ¡Vete! ¡Te dije que esta mierda se acabó! –le golpea el pecho.

-Por favor. –dice suplicante de nuevo. Se merecía que lo golpeara, pero no quería que ella se alejara, la amaba y le dolía haberla lastimado.

-Vete con la zorra, Adam... ¡Lárgate! ¡Te odio...!

-Rig...

-¡Jordan, Aiden, sáquenlo de aquí! –ellos suben y Adam suspira resignado.

La había perdido, pero la recuperaría, buscaría un plan y ella volvería a estar con él.

-Bien, me iré. –baja pasando por en medio de Aiden y Jordan. No quería problemas, sabía que iba a ser peor.

-¿Nos dirás qué sucedió? –dice Jordan serio y su hermana entre sollozos se sienta en el suelo de su habitación.

-Reagan...-dice Aiden y ella solloza aún más.

Se sientan a un lado de ella que apoya su cabeza en el hombro de Jordan y él la consuela. Ambos sabían que aunque ella fuera cruel, cuando estaba mal siempre terminaba desahogándose con ellos, porque a fin de cuentas, los quería.

-Anoche... fui a darle una sorpresa a Adam por nuestro aniversario y...lo encontré follando con Bella... pensé que era diferente...-dice mirando un punto fijo en el suelo.

-Lo voy a asesinar. –dice Aiden levantándose y sale.

-Espero que le rompa su inmundo rostro. –dice Jordan viendo fijamente por donde su hermano acaba de salir.

-No quería creerle a Sydney cuando me dijo que Bella estaba detrás de Adam, ni siquiera le di importancia porque me había dicho que me amaba, confié en él... ¿Y para qué? Me engañó. –una lágrima cae por su mejilla.

-Hay más chicos, Rig, no puedes morir sólo por él.

-Pero lo amo. –comienza a llorar de nuevo y la abraza. –Aún lo amo, Jordan.

-Maldito infeliz. –dicefurioso. –Me las va a pagar.

Toxic LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora