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Hoy iba a hablar con Mateo para ver que era lo que me tenía que decir. La verdad es que estaba bastante nerviosa, si bien suponía que me podía llegar a decir no estaba completamente segura de que fuera eso de lo que quería hablar.

Con Mateo habíamos quedado juntarnos en mi casa así que en cualquier momento ya estaría por llegar.

Todavía seguía en pijama así que para no subir las escaleras me quede así, era un short blanco con corazones negros y una mosculosa blanca que me quedaba de pupera

Me puse a preparar el mate y en un platito puse unas galletitas de vainilla y otras de chocolate. Lleve todo hasta el desayunador y me senté con el celular a esperar a Mateo.

Cinco minutos habían pasado cuando sonó el timbre. Me paré, me acomode la remera y fui a abrirle.

—Teito—le di un beso en la mejilla y me corri para que entre.

—Hola Chanchi—dijo un poco más seco de lo normal.

Fuimos hasta la cocina y nos sentamos en el desayunador enfrentados. Empecé a servir el mate mientras él se bajaba todas las galletitas.

—¿Y bueno?¿de que querías hablar?—apoye ambos codos sobre la mesa y puse mi cara entre mis manos.

—Em si—habló un poco nervioso—de varias cosas—se llevó otra galletita a la boca.

—Bueno empeza—ya me estaba empezando a poner nerviosa yo también.

—primero quiero que hablemos de lo que hiciste en el upd—dijo serio.

No tenía idea a qué se refería ¿los besos? Pero si fuimos ambos, ademas estábamos borrachos no es tan importante como para hablarlo. Y después de otra cosa no me acordaba.

—¿Que hice?—le pregunté sirviendo otro mate.

—¿No te acordas de nada?—negué con la cabeza—primero te sacaste toda la ropa y te metiste a la pileta—largue una carcajada—Te estoy hablando en serio—dijo con cara de culo.

—¿Mateo vos viniste acá a darme un sermón por meterme a la pileta en ropa interior?—pregunté con un sonrisa que fue desapareciendo cuando vi su cara de enojo—ósea yo entiendo que sos mi mejor amigo y que me queres cuidar y todo eso pero, no hice nada malo Matu—le agarre las manos para calmar la situación.

—Estuviste re mal en hacer eso, todos los pajeros te chiflaban y te decían un montón de cosas y como si fuera poco vos se la seguías—levantó la vista para clavarla en mis ojos—le dijiste a Agustín que cuando quería te podía hacer suya—dijo serio.

Bueno quizás si me había excedido un poco pero tampoco es para tanto, estaba en pedo y no pensaba lo que decía, obviamente que no me voy a acostar con Agustín y que solo lo dije por el alcohol que tenía encima.

—Mira Matu, primero te voy a decir que estaba en pedo, no era consciente de lo que hacía, y segundo—hice una pausa y sonreí—me parece que estas un poquito celoso—rápidamente negó con la cabeza.

—No estoy celoso Micaela—dijo mi nombre entero, eso solo significa que se estaba enojando—sos mi amiga boluda y te quiero cuidar pero si vos te pones en ropa interior adelante de cualquiera me lo estarías complicando.

Ahora me estaba empezando a enojar yo, encima que no quiere reconocer que esta celoso me hecha la culpa a mi.

—Mateo banca un toque—hable sería—yo te agradezco que me quieras cuidar pero eso no quiere decir que me vas a decir que hacer y que no—en mi tono ya se empezaba a notar la bronca que acumulaba—y nadie te mando a que me cuides, se cuidarme sola—me termine de desahogar.

Enséñame //Mateo Palacios//Trueno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora