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Recién me levantaba, eran las 4 de la tarde del domingo. Había aprovechado a dormir todo lo que no pude en Bariloche.
Me levante con todavía un poco de sueño y me dirigí al baño a darme una ducha y después ya cambiarme para ir de Manu ya que estaba desesperado porque lo ponga al día y le cuente todo.
Salí y me puse un top negro con un jean y un cinturón, agarre la bolsa donde tenía el regalo que le había comprado a Manu en Bariloche y volví al baño a sacarme una foto para subir a la historia.

Salí y me puse un top negro con un jean y un cinturón, agarre la bolsa donde tenía el regalo que le había comprado a Manu en Bariloche y volví al baño a sacarme una foto para subir a la historia

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Vista por isaa_gonzales, trueno y 1287 personas más

Bloquee el celular y baje las escaleras para saludar a mis viejos y comer algo antes de irme.

—Buenas tardes—dije teniendo en cuenta la hora.

—hola mi amor—me saludo mi vieja con un beso.—te prepare unas milanesas.

Asentí y me senté en la mesa para empezar a comer.
Termine bastante rápido y no repetí, algo raro en mi pero no tenía hambre, así que agarre las cosas y les avise a mis viejos que me iba a lo de Manu y que no sabía a qué hora volvería.

(...)

—Al fin boluda—dijo al abrir la puerta.

—Bue che encima que vengo—rodee los ojos y lo salude.

—le diste duro a la cama—se rió.

—Y si boludo, en Bariloche apenas dormía—dije mientras pasábamos a la cocina.—¿tus viejos?—pregunté al ver la casa en silencio.

—salieron a pasear, no se a que hora vuelven—dijo para luego ponerse a preparar el mate.

—bueno mejor porque te tengo que contar muchas cosas—me senté en el desayunador.

—empeza entonces—dijo sacando unas galletitas y poniéndolas en un plato.

—antes te traje esto—dije mostrándole la bolsa que tenía en la mano.

—¿que es eso?—pregunto con el ceño fruncido.

—un regalito que te compre en Bariloche—sonreí y le di la bolsa.

—no hacía falta boluda—dijo abriendo la bolsa y sacando el buzo que había adentro, este era de color blanco y tenía un estampado negro en el centro.—esta buenísimo—dijo sacándose la camperita que tenía puesta y probándose el buzo.

—bien ahí que le pegue con el talle—dije y ambos nos reímos ya que siempre que le compraba algo le quedaba grande.—te queda re cheta boludo.

—la verdad que, me encanto—me abrazo—gracias beba.

—no es nada Manucho—me puse en puntitas y le di un beso en la frente.

Enséñame //Mateo Palacios//Trueno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora