Capítulo 4: Las salidas misteriosas

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Narra Vegetta

Ya van varias veces que Rubius me cancela los planes, la otra noche teníamos que salir a cazar Enderman, pero justo antes de que anocheciera me dijo que no podía ir y que quizá debería ir a comprar las ender pearls en la tienda de Karmaland y así me ahorraba el trabajo, y no fue el único día en que me hizo eso. Pasó lo mismo en una de nuestras salidas por arenisca y madera, de pronto parecía recordar algo y me dijo que debía irse y que con suerte habría arenisca en la tienda de Karmaland. 

Pero vamos a ver, ¡Que no quiero comprar materiales en la tienda, que quiero pasar tiempo contigo!, pensé viéndolo irse a su casa, este chico me va a volver loco. Ese día, al volver a casa lo vi irse hacia el bosque, no quise seguirlo, son sus asuntos no debía meterme en eso. Solo esperaba que no hiciera alguna ilegalidad

Al día siguiente lo fui a buscar a su casa, pero no estaba ahí, un poco inquieto lo busqué en la iglesia y en la tienda de Karmaland, pero no se encontraba ahí. Pregunte a Luzu y Alexby si lo habían visto, pero nadie sabía nada de él. La idea de que no volviera del bosque me asustó un poco, aunque sabía defenderse de los mobs, si lo rodearon quizá estaba herido o algo. Estaba perdido en mis pensamientos cuando Willy apareció a mi lado.

Willy: ¿Qué pasa compañero?, dijo algo preocupado

Vegetta: Me preocupa Rubius, nadie lo ha visto en el pueblo.

Willy: Tranquilo, seguro fue a otro pueblo y regresa en un par de días. No imagines cosas, ya regresará.

Vegetta: Sí tienes razón...

Después de eso pasé el día con Willy, me mostró su casa por primera vez, ya que aunque la puedo ver desde el pueblo, no sabía cómo era por dentro. Y debo admitir que su casa es muy ordenada y que tiene realmente muchas cosas en ella. 

Me quedé con Willy, hablando sobre cómo nos estaba yendo en la construcción de nuestras casas, a él solo le faltaba terminar la copa del árbol y a mi empezar a crear secciones funcionales en mi casa. 

Después de eso, alguien llamó a Willy y nos tuvimos que despedir, al parecer era una llamada urgente y debía salir del pueblo por una semana, le desee que le vaya bien y me fui a casa.

Pasaron cuatro días y Rubius no volvía y cuando me dispuse a ir a buscarlo al bosque lo vi saliendo de él, quise saludarlo, pero al verlo desmayarse fui corriendo hacia él. Parecía que no había comido, lo tomé en brazos y lo llevé al médico del pueblo, tenía muchas cicatrices en sus manos y su ropa estaba llena de tierra y rastros de pólvora.

Merlon era el doctor de la clínica, era un gran sabio en medicina mágica, usó un par de pociones arrojadizas de curación y después de un rato, Rubius se levantó de la camilla. 

Rubius: ¿Dónde estoy?, ¿cómo llegué aquí?

Vegetta: Te encontré desmayado cerca del bosque y te traje aquí, de verdad macho, cómo se te ocurre salir en un viaje de cinco días sin llevarte comida.

Rubius: (en voz baja) así que esta vez fueron cinco días...

Vegetta: ¿Qué dijiste?

Rubius: Que de verdad tengo dos de IQ para hacer eso jajaja, rió nervioso.

Esa risa me hizo sospechar de que no me estaba diciendo la verdad, pero en este momento quería llevarlo a casa darle de comer y hacerlo descansar. 

Vegetta: Pues bueno, ahora que ya te despertaste te llevaré a casa, no creo que te hayas recuperado del todo.

Rubius: No te molestes, puedo ir por mi mismo.

Mi alfa es un tontito// RubegettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora