Capítulo 19: Suéter

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Narra Rubius:

Me sentía rodeado de una sensación cálida y podía sentir el olor a lavanda muy cerca mío, no veía, ni oía nada, pero ese olor me hacían sentir tranquilo. De pronto, esa sensación comenzó a desvanecerse, como si se alejara de mí, así que traté de mantenerlo a mi lado y lo conseguí me aferré a lo que estuviera emitiendo esa sensación que tanto me gustaba. 

Mis sentidos poco a poco se empezaron a despertar pude escuchar que alguien decía algo, pero no podía distinguir nada. De pronto una mano empezó a acariciar mi cabeza y me relajaba cada vez más, pero también lanzaba pequeñas descargas por mi cuerpo que me hacían querer moverme hasta que me desperté descubriendo que Vegetta era quien estaba acariciando mi cabello. 

Vegetta: Buenos días príncipe.

Rubius: Bu... buenos días, alcancé a decir mientras apartaba mi mirada para darme cuenta que estaba abrazándolo y mi rostro solo alcanzó a sonrojarse, yo...perdón no me di cuenta cuándo comencé a abrazarte.

Vegetta: Pues, parecía que no querías soltarme... no te dejaré solo ¿ahora si me dejas ir?, dijo sonriendo.

Esa sonrisa me puso muy nervioso y al procesar sus palabras y darme cuenta que aún no lo había soltado me levanté rápido de la cama y puse la mejor excusa que pude y entré al baño para ducharme. Vegetta me alcanzó a decir que mi ropa debería estar seca y si no lo estaba podía usar algo de su armario así que entré a la ducha y cuando salí pude ver que Vegetta ya no estaba. Me cambié con casi toda mi ropa, aunque mi sudadera estaba aún húmeda, así que me quedé solo con la polera. 

Bajé las escaleras y pude ver a Vegetta en la cocina alistando algunas cosas así que entré y me senté. En un rato Vegetta me alcanzó unas tostadas, mantequilla y una taza de café. Aún me sentía algo avergonzado por lo que había pasado al despertar, pero no quería pensar en eso, así que traté de concentrarme en mi comida, aunque eso solo hizo que mi mente divagara a otras cosas que me inquietaban: la curiosidad de Vegetta... él me dijo que esperaría a que yo esté listo para contarle sobre mi pasado y eso me alivia, pero por alguna razón hay algo que me inquieta sobre eso... 

Además... yo aún recuerdo lo que pasó en mi periodo amnésico y aunque sé que Vegetta siempre es así conmigo... el haber pensado que estábamos saliendo por alguna razón... me aceleraba un poco el corazón... pero no tiene sentido, pensaba mientras negaba con la cabeza, Vegetta, el alfa más cotizado de Karmaland fijándose en mí... además no creo que Vegetta quisiera a un alfa... pero pensar en la posibilidad de nosotros saliendo, de que sea así solo conmigo...

Vegetta: Rubén, ¿en qué piensas?, dijo susurrándome al oído haciendo que todos mis nervios se activaran di un salto en la silla y voltee y al ver sus hermosos y morados ojos mi sonrojo se hizo más fuerte, el haber estado pensando en él y que ahora esté tan cerca de mí estaba volviendo loco a mi corazón así que aparté la vista de él.

Vegetta: ¿Qué pasa chiqui? ¿Te sientes mal?, dijo algo preocupado.

Rubius: No, no... solo me sorprendiste, dije evitando verlo tratando de calmarme.

Vegetta: ¿Y por qué no me quieres mirar a los ojos?, dijo  bajito haciendo que todo mi cuerpo se estremeciera, así que hice lo único que se me ocurrió en ese momento que era terminar el desayuno y huir.

Subí a su cuarto y no sentí que Vegetta me estuviera siguiendo, lo cual agradecía porque mi corazón aún necesitaba calmarse. Cerré la puerta del cuarto de Vegetta y me senté en el piso con mi espalda apoyada en la puerta mientras regulaba mi respiración y ponía mis manos en mi rostro para que el sonrojo que sentía pasara un poco. 

Rubius: ¿Qué me pasa?, me dije a mí mismo, no puedo hacerle eso a Vegetita, de seguro que lo incomodé... ¿y si ya no quiere hablar más conmigo? después de todo fui muy irrespetuoso con él... simplemente huí a pesar de que él solo fue bueno conmigo... hasta me preparó el desayuno y cuidó de mí. Debo disculparme con él... 

Mi alfa es un tontito// RubegettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora