Capítulo 15: Fiebre

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Narra Rubius

Desperté de pronto y me di cuenta que Vegetta ya no estaba, no me dí cuenta cuando se fue, incluso se preocupó por mi y me tapo para que no sintiera cuando se fue, una sonrisa se formó en mi rostro... Vegettita es muy atento y amable. Me levanté de la cama y me dirigí a la cocina para tomar un poco de jugo que tenía en el refrigerador. Al acercarme pude ver la nota que Vegetta me había dejado "Gracias por dejarme dormir, tengo que hacer algunas cosas en casa así que decidí irme temprano. Atte. Vegetta". 

Rubius: De seguro se fue sin comer nada, espero que llegara bien a su casa, me dije a mi mismo bostezando, aunque estamos hablando de Vegetta, es suficientemente fuerte para cuidarse solo...

Aunque sabía que era de los mejores héroes que existe en Karmaland, sentía ganas de saber de él ¿había llegado bien a casa? ¿habrá comido? no le pude ofrecer el desayuno... busqué mi celular rápidamente y le escribí a Vegetta: 

R: Hola Vegettita, espero que llegaras bien a casa

R: Yo recién me levanté...

R: Siento no haberte ofrecido nada para comer, 

me quede profundamente dormido.

V: No te preocupes, después de todo lo de tu casa debes seguir

agotado, ¡mejor descansa y recupérate! 

R: Gracias Vegettita, entonces volveré a dormir que  aún me siento cansado.

Dejé mi celular en la cocina, no quería hablar con nadie más así que no habría problema. De verdad me sentía cansado, todo mi cuerpo dolía de seguro por el trabajo de los últimos días. Volví a mi cuarto y me eché en la cama. Al hacerlo sentí un agradable y ligero olor a lavanda, era muy suave y relajante que en pocos minutos volví a quedarme dormido.

Con el pasar de los días fui ampliando mi casa, le agregué un segundo piso donde puse mi habitación, tenía de las mejores vistas en Karmaland, invité algunas veces a Vegetta y a Alex a que me dieran su opinión con la decoración y todo eso. Me gustaba bastante mi nueva casa y quería que fuera hermosa así que seguí trabajando para que se viera cada vez mejor. 

Un día me encontré a Lolito por la zona de mi casa, me comentó que el se estaba reformando y que se iba a construir una casa cerca de la mía, lo acompañe a ver el lugar para su nueva casa y parecía que sería un buen lugar.

Rubius: Has encontrado un buen lugar, Lolito. Incluso puedo visitarte viniendo en barco desde mi casa ¿cómo encontraste este lugar? 

Lolito: Pues..., se lo veía algo inseguro de contarme, Rubius, esto no se lo puedes decir a nadie ¿vale?

Rubius: ¿Es tan grave? ¿no te estabas reformando Lolito?

Lolito: No es eso... solo promételo.

Rubius: Vale, no le diré a nadie. 

Lolito: Ven, dijo parándose. 

Empecé a seguirlo y en un lugar de su terreno, quitó un poco de tierra y apareció un ascensor debajo de ella. 

Lolito: No puedes decirle a nadie lo que veas aquí.

Asentí por reflejo y lo seguí bajando con el ascensor. Aparecimos en una enorme sala de cristal rojo reforzado con una puerta de escáner de retina. Un escalofrío recorrió mi cuerpo, ¿qué estaba escondiendo Lolito esta vez?

Mi alfa es un tontito// RubegettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora