Narrador omnisciente:
Tzuyu infló sus mejillas llevando sus palmas contra su abdomen, en un completo silencio se mantuvo observando el techo de la habitación de la mayor acompañada de la absoluta oscuridad intentando fallidamente el poder despejar su cabeza de todo lo que había sucedido en su vida en tan poco tiempo. Eran las tres y media de la madrugada, o esa fue la hora en la que tomó por última vez su teléfono, a pesar que tenía bastante sueño, no podía conciliar el sueño por el temor de tener una pesadilla. Mina dormía a su lado, podía escuchar el suave suplido deslizándose por sus labios indicando que estaba en un profundo sueño libre de preocupaciones, que envidia, pensó Tzuyu, agotada se incorporó sobre el colchón siendo consciente que terminaría despertando a la chica, con cuidado tomó las sábanas y las dejó hasta los hombros de la pelinegra asegurándose de que su pie enyesado siguiese manteniéndose elevado con ayuda de las almohadas.
La castaña deslizó sus pies descalzos sobre las pantuflas de su hermana, y tomó prestado nuevamente su chaqueta para abrigar sus brazos desnudos de aquel frescor nocturno. Con los labios apretados y el cabello completamente desordenado ante los giros que realizó sobre la cama en un vano intento por conciliar el sueño, la más joven de la familia Zhou huyó de la habitación de su hermana cerrando la puerta sin llegar a despertar a la pelinegra. Tzuyu caminó por el corto pasillo sin importarle que las luces estuviesen apagadas-hace mucho tiempo dejó de temerle a la noche-, en la madrugada su hogar daba bastante mal rollo ante lo oscuro que estaba, pero no le tomó mayor importancia; lo que menos necesitaba en esos momentos era el llenar su cabeza con monstruos inexistente, tenía suficiente con la vida real. Lentamente descendió cada escalón hasta llegar al primer piso.
Tzuyu se quedó quieta observando el panorama; tenía dos opciones caminar hacia el sofá y dormir ahí, o ir a la cocina donde se serviría un merecido café para luego simplemente salir a la parte trasera de su casa deseando que aquello fuese suficiente para aclarar su mente. La castaña llevó su dedo índice contra su mentón golpeando aquella zona mientras que pensaba que era la mejor decisión, si lo pensaba fríamente ninguna de las dos era buena, en la primera terminaría con un horrible dolor de espalda, y en la segunda el dolor de cabeza nadie se lo quitaría, pero necesitaba una solución, de inmediato si era posible.
Al final la muchacha tomó la segunda opción. Con la caliente taza de café envuelta en su palma derecha la muchacha abrió la puerta trasera sintiendo como la brisa nocturna acariciaba sus mejillas. Por instinto con su mano libre empuñó uno de los borde de la chaqueta de su hermana mayor intentando cubrir su torso, para luego simplemente caminar hasta llegar las sillas de playa que estaban frente a la piscina, tomó asiento ahí apoyando sus codos sobre sus muslos desnudos sintiendo como el frío envolvía su piel expuesta, pero no le importó, que más daba un poco de dolor, de todas formas debía acostumbrarse a él. Tzuyu llevó la taza contra sus labios mientras que veía de forma atenta como el agua de la piscina se movía con suavidad producto de la misma corriente que el agua entrando y saliendo del pequeño motor provocaba. ¿Estará durmiendo? y el hecho de pensar en Sana no ayudaba que su mente se mantuviese tranquila, pero no podía evitarlo, literal, estaba sintiendo que comía, dormía y respiraba netamente por la muchacha, y una parte de ella era consciente que eso no estaba bien. Estaba dejando de lado sus propios sentimientos, sus propios temores para mantenerse fuerte y estable para no asustar a la japonesa. Tzuyu suspiró luego de tragar, ¿Mañana será peor? el cuestionarse el cómo estará Sana la siguiente vez que la visitara comenzaba siendo un horrible tormento, porque sabía, una parte de ella estaba más consciente que sus propias acciones de que llegará un punto donde ya no existirá esa rubia de bonita sonrisa, y tendrá que ser fuerte ahí, valiente demostrando que seguirá su lado, porque lo haría, sin importar lo físico, sin importar si ella la alejaba, no la dejaría.
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Scary Love
FanfictionZhou Tzuyu era la clase de adolescente que prefería estar encerrada en su cuarto que estar perdida en una fiesta de adolescentes hormonales, era la típica chica de 17 años que creía tener el mundo a sus pies a pesar que desconocía la maldad de este...