T u m b a s n u e v a s

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CARL
Íbamos a buscar armas, las necesitaríamos para la próxima guerra que se avecinaba. Alex venía atrás conmigo, papá y Michonne adelante, aún no me caía bien esa mujer en la que Alex confiaba tanto.
Un hombre gritando por ayuda me saco de mis pensamientos, sin embargo el coche no se detuvo ni siquiera para pensarlo, Alex y yo nos volteamos a ver, esto estaba mal, sin embargo no dijimos nada.
El coche se había atascado y los caminantes no tardaron en rodear la camioneta.
—Tápense los oídos.—dijo papá y comenzó a dispararles por la ventana.

—Hey Carl.—me dijo mi papá para que le ayudará con el auto.
—¿Por que la trajiste?.—le pregunté molesto—Ella no me agrada.—era obvio que me refería a Michonne.
—No me iba arriesgar a que se quedará en la prision. Hey, tenemos intereses en común es por eso que está aquí. Además es amiga de Alex, lo dijo como si eso pudiera convencerme.
—No importa.—me volteó a ver sorprendido.
—Se irá en cuanto termine esto.
—¿Y qué hay con Alex?.
—Creí que no importaba.—rodeé los ojos.
Sacamos la camioneta y seguimos nuestro camino hacia el barrio donde solíamos vivir. Estaba bastante cambiado, había caminantes quemados, trampas por todos lados.
—Alguien ya estuvo aquí.—dijo papá.
Llegamos a la estación de policía y estaba vacía. Él estaba bastante molesto.
—¿Hay algún otro lugar donde podamos conseguir armas?.—habló Michonne.
—En algunos bares y negocios debe haber, lo sé porque yo firme el permiso.
Salimos pero un hombre comenzó a dispararnos tomándonos desapercibidos.
—¡Dejen todo!. ¡Los zapatos, las armas y esa espada!.
—Vayan a la camioneta.—nos susurró papá.
—¡Tienen 10 segundos!.—gritó el hombre.
—Necesitamos esa arma.—dijo Michonne—Distráelo y subiré.
—...3, 2,1!.
—¡AHORA!.—nos gritó papá.
Nos escondimos detrás de una pared el hombre bajo y casi le dispara a papá pero yo lo hice primero y este cayó al suelo. Todos me miraban sorprendidos pero no me arrepentía de nada, de no haberlo hecho papá hubiese muerto.

—Tengan cuidado con las trampas.—nos advirtió papá mientras subíamos al hombre a lo que ahora era su casa, pues papá decía que lo conocía.
Alex me detuvo en seco, por poco y pisaba un hilo para que me pasara quién sabe qué cosa.
—Le enseñe la estación cuando estuvimos juntos, pero no había ni la mitad de armas que tiene ahora. Ha estado ocupado.—dijo papá viendo todas las armas que había.
Comenzamos a ver el lugar, las paredes estaban pintadas y rayoneadas, en todas estaba escrito "limpio" con rojo o con sangre.
—Yo digo que está loco.—dijo Alex.
—No, él no era así. Tenía un hijo...—se callo de inmediato como si se hubiese dado cuenta de algo. Empezamos a tomar las armas y meterlas en nuestras bolsas.
—Esperaremos a que despierte.—dijo papá.
—Ya lo trajimos hasta aquí, ya hicimos mucho por él.—dijo Michonne.
—Esperaremos a que despierte.—repitió enojado.

—¿Ahora también nos comemos su comida?.—le dijo a Alex y a Michonne quienes estaban comiéndose una barra de cereal.
—En el tapete decía bienvenidos.—dijo Alex con la boca llena alzando los hombros y yo no pude evitar soltar una pequeña risa, no había cambiado nada.
—¿Puedo salir?. Quiero encontrar una cuna para Judith, esta muy cerca.
—Iré contigo. Vas a necesitar ayuda. Es pesada y no podrás solo.—me dijo la mujer.
—Bien.—dijo papá no muy convencido, pero si están en problemas griten.
—Vamos.—codeé a Alex.
—No, me quedaré con Rick, por si sucede algo.—volteó su vista hacia el hombre desmayado.

ALEX
Estaba leyendo todo lo que estaba en las paredes pero no era muy claro.
—Quizá su hijo se murió.—le dije a Rick quién se acercó a mi lado pero me no dijo nada.
—Alex.—volteé a verlo—Lamentó haberlas dejado en la granja, yo... si tan solo hubiera sabido que estaban ahí, jamás me hubiera marchado.—lo decía realmente arrepentido.
—Lo sé, Rick.—y me sonrió.
—También quiero darte las gracias.—lo miré confundida—Ya estaba olvidando la risa de Carl.—Abrí la boca pero no supe que contestar en eso el loco; amigo de Rick, se despertó y se lanzó hacia nosotros, se tiró encima de Rick y estaba apunto de clavarle un cuchillo en el corazón pero tomé mi cuchillo y lo clavé en su pierna, él gritó y Rick se lo pudo sacar de encima y lo ató mientras le vendaba la herida que le había causado.
—Gracias.—yo le asentí con la cabeza—Tu me conoces Morgan, soy Rick Grimes.—hablaba con el hombre—Yo te di esta radio, te dije que me llamarás cada mañana.—le seguía diciendo yo solo estaba atenta apuntando con el arma.
—¡No es verdad usan la cara de los muertos!.—eso que dijo me intrigó bastante.
Luego de que Morgan se acordara de Rick le contó sobre su hijo, y sentí un poco de pena por él.
—¿Tu hijo está muerto?.
—No.—le contestó Rick.
—Pues lo estará.—yo fruncí el ceño—Las personas buenas como tu siempre mueren, las malas también, pero los cobardes como yo nunca.—y comenzó a llorar.
Rick me hizo una seña para que bajara el arma y no muy convencida lo hice. Le estuvo insistiendo para que fuera con nosotros pero él se negó, aunque estaba más calmado. Bajamos con varias armas y vimos Carl y Michonne se acercaban.
—Ya íbamos a ir a buscarlos.—dijo Rick.
—Ya estamos aquí.
—Vámonos.
—¿Está bien?.—preguntó Mich al ver a Morgan.
—No, no lo está.—le respondió Rick.
—Lamentó dispararle, tenía que hacerlo.—le dijo Carl.
—Nunca te disculpes, hijo.—le dijo.
Nos marchamos pero aún me sentía intrigada por lo que dijo.

Llegamos a la prision y estaba viendo las armas junto con Carl.
—Michonne me agrada.—lo miré sorprendida.
—Te dije que era una de los nuestros.—él asintió con su cabeza.
—Papá quiere vernos.—me dijo.
—Bien.
Estábamos todos reunidos aunque no veía ni a Michonne, papá o al tío Merle por ningún lado pero no le preste mucha atención deberían estar vigilando.
—Cuando me reuní con el gobernador.—comenzó a hablar Rick—Me propuso un trato. Entregarle a Michonne a cambio de una tregua.—me miró y agachó la cabeza—Y yo acepté.—abrí los ojos sorprendida de sus palabras—Pero me arrepentí, ahora Merle y Michonne ya no están y Daryl salió a buscarlos, pero no sé si ya haya sido muy tarde.—las miradas estaban puestas en mi pero yo seguía sin reaccionar, ¿como podía haber actuado de esa manera?—Se que me equivoqué, lo lamento. Aquella primera noche después de la granja cuando dije que esto ya no era una democracia, estaba equivocado, yo solo quería el mayor beneficio, pero todos somos el mayor beneficio y si estamos vivos no es por mi, es por todos nosotros. Así que votaremos, si nos quedamos y peleamos o nos vamos...—Me levanté de ahí enojada y noté que Rick venia detrás de mi.
—Alex, espera. Alex.—me tomó del brazo.
—Suéltame.—me safe de su agarre—¡No te importo que Michonne fuera mi amiga!. La ibas a entregar. ¡Ibas a dejar que mi tío hiciera el trabajo sucio!. Y ahora mi papá no está tampoco.—le dije con las lágrimas a punto de salirme, pero no lo permití.
—Lo lamentó, en verdad lo siento, pero yo solo quería que nadie de nosotros saliera herido.—vimos algo a lo lejos—Es ella.

CARL
—Debería estar allá—dije cuando se empezaron a escuchar los disparos.
—Ni que lo digas—bufó Alex.
El plan había sido que fingiríamos que dejábamos la prision para que cuando el gobernador y su gente llegaran los tomáramos por sorpresa; pero Alex, Beth, Hershel, y por supuesto Judith nos escondimos en el bosque para que no nos pasara nada; palabras de mi padre no mías. Los disparos empezaron a sonar y la gente de Woodbury salió corriendo. Cobardes, pensé.
Escuché los pasos de alguien y todos levantamos nuestras armas, era uno de ellos, yo le estaba apuntando.
—No dispares.—dijo asustado.
Alex se puso del otro lado apuntándole también—Baja el arma.—le ordenó ella y él le hizo caso.
—Carl...—apenas Hershel iba a hablar cuando le disparé justo en la cabeza.
—Bien.—dijo Alex.
La expresión de horror en la cara de Hershel me hizo sentirme mal.

—Tampoco nos llevarán a Woodbury, ¿cierto?.—le pregunté a Alex, pues iban a acabar con toda esa gente.
—No.—bufó enojada.
—Carl.—me habló papá y ella se estaba alejando—No te vayas Alex.—habló con tono autoritario. Ella me miró confundida y regresó a su lugar—¿Le disparaste a ese chico?.
—Iba armado—le dije.
—¿Pero bajo el arma?.
—Era uno de ellos.—dijo Alex defendiéndome.
—Niños.—dijo pasando la mano por su cara—Hershel dijo...
—No le disparaste al preso y mamá murió, cuando te encontraste con el gobernador lo dejaste ir y mató a Merle.—volteé hacia Alex a quien se le cristalizaron los ojos—Yo lo hice para evitar más tragedias. Ahora ve allá y mátalo antes de que acabe con más de nosotros.—él parecía bastante sorprendido por lo que le acaba de decir, me marché de ahí pero pude escuchar lo que Alex le dijo.
—Hizo lo que tenía que hacer.

ALEX
Antes de irse la mirada de Daryl y la mía se cruzaron, supongo que Hershel le había contando lo qué pasó. En fin, ya aguantaría su discurso cuando regresaran.

Llegaron con mucha gente de Woodbury, al parecer el hombre se había vuelto loco y mató a todos y Rick también porque trajo a toda esa gente para que vivieran con nosotros.
—¿Qué hacen aquí?.—escuché a mini Grimes preguntándole a su padre.
—Ahora están con nosotros.—dijo él y Carl se alejó enojado.
—¿Dónde está Andrea?.—pregunté.
—No sobrevivió.—me dijo papá con su mano en mi hombro, yo volteé hacia Michonne—¿Él la mató?.—dije con rabia y papá me miró.
—La dejó encerrada y amarrada con un caminante, ella no lo logró.
—¿Y dónde está él?.—pregunté con odio.
—No lo sabemos.

Lori, T-Dog, Merle, Andrea. Al parecer las muertes nunca terminarían. Era de noche yo estaba afuera sentada mirando hacia el cielo llorando por mi tío y Andrea.
—Hey.—se acercó Carl y yo limpié mis lágrimas. Tomó mi mano y la apretó en forma de apoyo yo lo volteé a ver y me recargué en su hombro y el puso su cabeza sobre la mía—Supongo que ahora las cosas van a cambiar—dijo—Quizá pueda funcionar este lugar.
—Si, quizá si.
—Solo prométeme una cosa.
—¿Qué cosa?.—le pregunté curiosa.
—Ya no me dejes más.—me tense, no sabía cómo reaccionar.
—Te lo prometo.—terminé diciendo. ¿Qué estaba pasando?.

TWD-Carl Grimes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora