E l a m o r e n m e d i o d e l c a o s

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ALEX
—Es hora de cambiar tu venda.—le dije a Carl entrando con las gasas y el alcohol.
—No quiero.—me respondió cortante, odiaba que se pusiera así.
—No es si quieres tengo que hacerlo porque...
—Vete Alex, déjame en paz.
—Oye, ¿que pasa...
—¡Que te vayas dije!. Quiero estar solo.—algo estaba pasando.
—Tu no eres así, te conozco.—soltó una risa sarcástica.
—¿Entonces como soy, eh?.—se acercó amenazante a mi pero yo no me moví.
—Sé que hemos pasado por cosas horribles, que hemos hecho cosas horribles de las que nos arrepentimos pero te conozco, joder eres la persona más maravillosa del mundo, darías la vida por las personas que amas, eres el mejor hermano que alguien pudiera pedir y...eres el mejor compañero de vida que alguien pudiera tener. Se que esto no es fácil Carl, pero hemos superado cosas peores.
—No lo ves Alex, no soy nada de lo que dices. Maté a mi madre, he matado gente, soy un monstruo. Luzco como uno.—señaló el parche de su ojo—No te merezco...
—Cierra la boca Grimes, estamos juntos en esto, ¿no es así?.—le dije seriamente.
—Ya basta Alex, éramos unos jodidos niños cuando hicimos esa estupida promesa.—nada en el mundo me había dolido tanto como eso.
—Vete a la mierda, Carl.—fue lo último que dije. Si, esa era yo y no la que le rogaba a alguien para que hablara. Salí de ahí, dolida, enfadada e indignada.

Estaba sentada leyendo una historieta en el tronco donde Carl y yo solíamos pasar el rato.
—Hey.—me dijo Carl acomodándose a un lado mío. Me levanté rápidamente pero él me tomó del brazo haciéndome caer sobre su piernas, nos miramos a los ojos y nos besamos, pero este no era un beso como los otros, era un beso mas intenso y me estaba dando mucho calor...pero que mierda.
—Lo siento mucho.—me dijo cuando nos separamos, no sabía exactamente si era por gritarme o por lo que acababa de ocurrir así que lo tomé como la primera opción.
—Carl, tu no eres un monstruo—.dije mientras acariciaba su mejilla.
Maldita sea, odio actuar así con él pero no puedo evitarlo.
—Yo, escuché lo que me dijiste la noche que me dispararon.—me quedé pasmada.
—¿Qué no te habías desmayado?.—le dije titubeante. Junto su cabeza con la mía y nos quedamos así por unos segundos.
—Yo también te amo.—y besó mi frente.
—¿Crees que nos hubiéramos conocido si esto no hubiera pasado?.—habló de repente desconcentrándome de mi lectura y lo voltee a ver—¿Qué?. No te lo preguntas.
—Veamos...yo vivía en el sur de Atlanta, tu padre era policía y el mío prófugo. No, no nos hubiéramos conocido.
—Vaya, que pesimista.—me alcé de hombros y se rió un poco moviendo su cabeza en forma de negación.
Luego de un rato me fui de ahí, tenía cosas que hacer, así que entré nuevamente y Carl se quedó afuera porque vio a Michonne y Spencer merodeando por el bosque.

Después de estar toda la tarde con Carol ayudándola y evadiendo sus preguntas acerca de Carl salí de ahí para ir a buscar a mi novio y lo encontré con Judith en brazos. Me senté a un lado suyo y tomé la mano de la menor de los Grimes.
—Michonne me contó lo qué pasó allá afuera, después de que me fui.—él suspiró y se estaba preparando para darme una explicación—Entiendo porque lo hiciste, en serio lo sé y esta bien.—el me sonrió y tomó mi mano pero rápidamente la soltó cuando Michonne apareció.
—Llevaré a Judith adentro.—dijo nervioso.
—Carl.—lo llamó Michonne.
—Yo la llevó.—dije tomando a la pequeña dejándolos solos.

Papá y Rick habían salido y aún no llegaban, seguro que ya no tardarían pues ya era de noche y eso pasó. Llegaron, pero con otro sujeto que parecía indigente, al cual encerraron en las celdas y Daryl lo estaba vigilando.

—Bien, ya debo irme.—le dije a Carl en susurro para que no me escucharan, pues estaba en su habitación y eran las 2 de la mañana.
—Nooo.—dijo jalando mi brazo—Quédate.—abrí los ojos.
—¿Estas loco?. Si Rick me ve aquí...
—No te verá.—me iba a besar cuando escuchamos un ruido, tomamos nuestras armas, salimos del cuarto y vimos al indigente.
—¿Qué haces en nuestra casa?.—dijo Carl apuntándole con su arma, yo estaba en la misma posición que él.
—Sentado en las escaleras, viendo este cuadro, esperando a que tus padres se vistan. Me llamo Jesus.
—¿Qué?.—dijimos los dos al mismo tiempo, confundidos por la última parte sobre "tus padres"—Espera, si tú estás aquí ¿donde está mi padre?.—dije yo poniéndole mi arma en su cabeza, en eso salió Rick...sin playera.
—Rick...—dije.
—¿Alex?.—dijo Rick al mismo tiempo que yo, bastante sorprendido.
—Michonne.—dije yo igual al verla detrás de Rick.
En eso llegaron Glenn, Abraham y papá. Mierda lo que faltaba.
—¿Alex?.—dijo papá con un tono enojado y sorprendido—¿Qué haces aquí?.
—Yo...yo...¿Qué hace él aquí?.—dije tratando de evadir las miradas incómodas del resto.
—Bien, hablemos.—dijo Rick.

—¿Entonces tienes tratos con otros grupos?.—le preguntó Maggie al indigente después de que nos contara que su grupo necesitaba provisiones, decía que el lugar donde provenía era muy parecido a Alexandria.
—Su mundo se va a ampliar.—dijo él con una sonrisa.

—Aquí tienes.—le dije extendiendo unos garrafones de gasolina a papá, iban a ir al lugar de donde venía Jesús, Hilltop, se llamaba. Rick aún no está muy seguro pero pues...era Rick y papá lo seguía a donde fuera.
—Aún tenemos que hablar.—dijo bastante serio.
—Mmm, claro ¿sobre que?.—le dije.
—Sobre lo de anoche, aún eres muy pequeña...
—¡Oh por Dios, papá!. Yo solo estaba leyendo un par de historietas con él.
—Hablamos cuando regrese. Cuídate—y me abrazo fugazmente.
—¡Vamos a gastar el asfalto!.—gritó Abraham subiéndose al automóvil.

—¿Tu padre te dijo algo sobre lo de anoche?.—le pregunté a mini Grimes viendo cómo salían la camioneta de Alexandria.
—Él y Michonne, se dió anoche, estoy feliz por ellos.
—Si, me gustan juntos.—concorde con él.
—También dijo que nos cuidáramos, ¿qué quiso decir?.
—No, no quieres saber.—le dije y me marché.

—Hola, prepare galletas. Son de avellana con betabel.—me dijo Carol.
—Y como siempre son las mejores.—le dije masticándolas.
—¿Cómo has estado? Desde lo qué pasó has estado muy distante o muy ocupada.—ya sabía a qué iba su doble sentido.
—Solo eh estado ocupada ayudando a reparar el lugar.
—¿Y qué pasa con Carl?.—solté un suspiro.
—Realmente, no sé. Somos novios o algo así, no estoy muy segura, nunca le hemos puesto nombre, es decir, ¿realmente podemos tener una relación?.
—Yo creo que es lo mejor que pueden tener entre tantos problemas.
—Realmente lo quiero.—le dije sinceramente.
—Lo se, cariño.—dijo acomodando mi cabello.
—Nadie lo sabe, sería mejor si lo mantuvieras en secreto.
—No hay problema.—y me sonrió, esa sonrisa tan llena de amor que me hacía querer abrazarla hasta llorar.
—¿Que hay contigo y Toby?.—ella vacilo—Yo te conté, lo justo es que tú hagas lo mismo. Vamos, ya no soy una niña, eh crecido ahora tengo 17, puedes contarme lo que sea.
—Lo se.—dijo algo sentimental—Pues creo que tampoco sé, solo se dio. Es un buen hombre, creo que he estado muy sola últimamente, por el momento me siento bien con él. ¿Pasa algo?—dijo al ver mi expresión.
—No nada...solo creí qué tal vez...tu y papá.—dije alzando los hombros.
—Amo a tu padre y también te amo a ti, eso nunca va a cambiar.
—¡Llegaron!.—se escuchó que gritaron.
Carol y yo nos levantamos y fuimos hacia la camioneta donde ellos estaban.
—Dile a Olivia que haga un inventario de todo lo que tenemos.—le dijo Rick a Aarón y reúnan a todos en la iglesia.
—¿Pasa algo?.—preguntó.
—Ya lo sabrán.
—¿Hay comida?.—preguntó Rosita.
—Si como para un mes.—le dijo Michonne ya abajo.
—¿Qué es lo qué pasa Rick?.—preguntó Carol quien estaba a un lado mío.
—Habrá que pelear.

TWD-Carl Grimes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora