C o n f e s i ó n

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ALEX
Estaba entrando cuando vi que Rick y Pete; el padre de Ron, estaban peleándose. Corrí hacia ahí al igual que Glenn y Nicholas.
Pete estaba arriba de Rick y Jessie intentó quitarlo pero solo la empujó, esto sirvió para que Rick pudiera recuperarse y cambiar de lugar. Carl hizo lo mismo con su padre; no sé en qué momento había llegado, pero él solo lo hizo a un lado porque estaba apunto de matarlo.
—Si vueles a tocarlos te voy a matar.—le dijo Rick a Pete de una forma amenazante.
—¡Maldita sea, Rick dije basta!.—llegó Deanna bastante enojada.
Rick sacó su arma y le apuntó a ella, a su esposo Reg y a los metiches que estaban ahí—Ustedes todavía no lo entienden.—decía Rick con la cara toda ensangrentada por los golpes recibidos, eso lo hacía que se viera más tétrico—Nosotros sabemos lo que debemos hacer y lo hacemos. Somos los que sobrevivimos. Tu te sientas en una silla a mandar. Pretendes que sabes lo qué haces pero no lo sabes. Quieres sobrevivir, pero tu modo de hacerlo no sirve.—ese es mi Rick, pensé—Las cosas no van a cambiar solo porque tú lo desees.—los sollozos de Jessie se escuchaban—Debes vivir en el mundo real. Debemos controlar a la gente que vive aquí.—Rick tenía razón, ellos no saben cómo sobrevivir. Así que estaba orgullosa de lo que decía.
—Eso nunca estuvo más claro ahora.—dijo Deanna.
—¿Yo...?. ¿Te refieres a mi?.—decía señalándose a sí mismo soltando una risa sarcástica—Tu sistema va a cobrar vidas. Ya cobró vidas. Sí quieres vivir hay que luchar. Sí quieres...—antes de que pudiera terminar llego Michonne y lo golpeó en la cabeza. Lástima, estaba disfrutando el show.

Me fui de ahí a dar vueltas hasta que me aburrí y fui a casa con Carol y cuando entré me llegó un exquisito olor.
—¿Qué cocinas que huele tan delicioso?.—le pregunté.
—Son unas galletas, toma una.
—Están riquísimas.—le dije con la boca llena—¿Puedo quedarme con todas?.—sentí la presencia de alguien recargado en la puerta de la cocina, volteé y ahí estaba Carl pero lo ignoré y me volteé de nuevo dándole la espalda.
—Alex, ¿podemos hablar?.—me dijo serio.
—No puedo estoy ocupada.—le contesté de la misma manera.
—De hecho ya no te ocupo, cariño.—habló Carol, la miré feo negando con la cabeza. Al fin y al cabo Carol Peliter era Carol Peliter.

Subí las escaleras con mini Grimes detrás mío, entramos a mi habitación y me tumbé en la cama.
—A ver qué es eso tan importante de lo que quieres hablar.—le dije sarcástica.
—Te he visto con Ron.—dijo enojado.
—¿Y qué?.—le dije apoyándome en mis hombros.
—"¿Y que?".—repitió mis palabras.
—Me cae bien.—le dije sin mucha importancia, y por más que fueran simples palabras por su expresión, pude notar que le dolieron bastante.
—¿Desde cuándo te cae bien alguien?.—me dijo más molesto. Yo me puse de pie.
—¿Y tu qué?. Te la pasas besuqueandote con esa estupida niña leyendo cómics y comiendo chocolates.—le grité moviendo mis manos, a veces era muy ridícula pero no me importaba, estaba bastante enojada para detenerme a pensar en lo que decía.
—¿Qué?. Yo no me besuqueo con nadie.—me dijo—Pero claro siempre es así, ¿no?.
—¿De qué hablas?.—le pregunté fastidiada de que no fuera al grano.
—¡Tu siempre puedes hacer lo que quieras y nadie te puede reclamar. Por mi quédate con ese idiota de Ron!.
—¡Al carajo, Carl!.—lo empujé y salí de ahí ignorando a Carol quien me preguntaba que había pasado.

—¿Aún están disponibles esas historietas?.—sonrió y me dejo pasar.
—Me alegra que hayas decidido venir.—dijo Ron animado. Como era costumbre se me pasó el tiempo con él platicando y demás.
—Ya me tengo que ir.—le dije.
—Espera...—me tomó de la mano y yo me tensé—Escucha...—se rascaba la nuca nervioso—Hay algo que debo decirte.
—¿Qué pasa?.—le dije soltándome de su agarre.
—Es que...me gustas.—y antes de que pudiera decirle algo ya tenía sus labios contra los míos.
—No vuelvas...a hacer eso.—le dije y salí de ahí rápidamente.

CARL
Estaba en el bosque, pensando en todo lo que habíamos pasado; desde el comienzo. Este lugar me estaba haciendo débil. Ellos no sabían lo que era sufrir. Estaba matando caminantes como sí eso arreglara algo.
—Véte, Enid.—le dije cuando noté su presencia.
—No voy a irme.
—¡Que te vayas!.—le grité.
—¿Qué demonios pasa contigo?.—me dijo bastante molesta por gritarle.
Los recuerdos de el día que mate a mi madre llegaron a mi mente—No lo entenderías.—dije recordándolo pero no solo eso sí no que por fin había caído en cuenta que ella, ni nadie nunca entendería por todo lo que he pasado, jamás podría estar con ella. Carajo soy un idiota. Caí en cuenta que la única que me conocía tal cual, que con la única con quién podía ser ser yo mismo sin miedo a que me deje o se alejara, era con Alex. Mierda, estoy enamorado de Alex. No sé en qué momento pero Enid ya no estaba. Volví a dentro y fui en busca de Alex, teníamos mucho que hablar.

Estaba en la sala pensando en cómo se lo diría, estaba bastante nervioso y Judith andaba por ahí.
Escuché el ruido de la puerta y luego la vi a ella, la azoto a propósito, quería que notara su presencia, la conocía.
—Alex.—la tome por los hombros.
—No quiero hablar contigo.—me dijo enfadad.
—Bueno, escúchame.—le dije sin soltarla, bufó y rodó los ojos, era tan linda. Carajo, concéntrate Carl—Mira, le he estado dando vueltas a un asunto, pero así exageradamente y creo que por fin tengo algo claro en la vida.
—A ver qué tonterías dices aquí con una menor presente.—y volteó a Judith.
—No seas tonta.—le dije soltando una pequeña risa, me miró con cara para que prosiguiese—Te quiero Alex...—se quedó pasmada ante mi confesión—...eres la persona más importante para mi. Si, están mi hermana, mi padre, Michonne y los demás, pero tú estás muy por encima. Estás en el primer lugar.—las palabras me salieron por si solas y me sorprendió.
Alex estaba callada pero en su expresión podía ver miedo, asombro y felicidad. Abrió la boca para decir algo cuando un disparo se escuchó.
—¡NO!.—se oyó decir a alguien y ella sin pensarlo salió corriendo.

Sangre, de Reg y Pete. Todos estaban inmóviles, llegue al lado de Alex y dirigí mi vista hacia mi padre, al parecer él había sido causante de una de las muertes, y ya sabíamos cual era.
—Rick...—dijo una no tan desconocida voz.

Aaay, que bello :3
Este capítulo me gusta mucho, jaja
Pd. Pasen a ver la otra novela que tengo de Peaky Blinders.
Kissy

TWD-Carl Grimes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora