W o l v e s

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ALEX
Después de lo que había pasado me alejé de ahí, necesitaba despejar mi mente, habían sido tantas cosas que no me dejaban en paz, quería estar sola.
Por lo menos papá había vuelto con Aarón y con el hombre loco que casi mata Rick aquella vez que fuimos a su antiguo barrio, Morgan era su nombre. Había pasado tanto tiempo de aquello, fue nuestra primer pelea de verdad, en la cual no participé pero igual me incluyo. Merle seguía vivo, Andrea, Hershel...

—Hola.—se escuchó la voz de mi padre y se sentó aún lado mío.
—¿Qué quieres?.—le pregunté.
—Vine a saber como te sientes y me contestas de la mierda.
—¿No es lo que tú haces?.—le dije acusándolo y soltó un gruñido.
—¿En serio crees que no me preocupo por ti?.—yo me alce de hombros—Bien, solo venía por eso—.se puso de pie y se marchó.
—Que bueno que ya estes aquí.—le dije alto para que me escuchara y él asintió.

Al día siguiente salí al bosque, era temprano así que nadie estaba despierto aún.
—Eres muy mal rastreador.—le dije a Carl apareciendo detrás de él y provocando que se asustara—Esas son pisadas de un caminante que me seguía y además haces mucho ruido, no has aprendido nada.
—Quizá necesite más clases.—dijo acercándose mi. ¿Y a este que le pasaba?.
—Si bueno, estando allá dentro jugando a la familia feliz no las vas a necesitar.—al ver su cara de desagrado le dije—Solo bromeo.
—¿Que haces aquí afuera tan temprano?.
—Si te lo digo vas a creer que estoy loca.
—Ya lo creo así que supongo que no importa.—dijo alzando los hombros. Lo miré feo y ambos reímos un poco.
—Es que...estando aquí afuera no me olvido de los peligros qué hay. No me olvido de todo lo que hemos pasado. No quiero hacerlo. Allá dentro me siento encerrada, controlada y lo odio.—le dije—Ven.—y extendí mi mano para que la tomara.

—Woow.—dijo al ver a el lugar al que lo lleve—¿Cómo lo encontraste?.
—Bueno no eres el único que sale, mini Grimes.—le dije molesta recordándolo junto a Enid.
Ya lo había pensado bien, al carajo toda esa mierda de qué querer a alguien te hace débil, yo quería a Carl mas de lo debido y no me importaba. Desde aquel día en que le dispararon y conocimos a los Greene sabía que no iba a ser tan fácil sacarlo de mi vida.
—Alex...—no sé en qué momento pero ya estaba a centímetros de mí y desaparecí la distancia que quedaba, besándolo como se supone había leído que debía ser.

No habíamos puesto un nombre a lo que teníamos, pero nos escabullíamos para besarnos y besarnos por horas hasta que nuestros labios dolían; sin que nadie lo supiera por supuesto. Poco a poco íbamos mejorando nuestra técnica. Todo el tiempo estábamos juntos. Compartíamos secretos, comíamos los chocolates que nos robábamos de la cocina de Carol. Habíamos hecho un pequeño espacio para nosotros, afuera en el bosque y solíamos estar ahí todo el tiempo, leyendo historietas o lo que sea que se nos ocurriera. Si, actuábamos como dos estupidos niños enamorados, pero me hacía feliz y creo que nunca había estado tan feliz en toda mi vida.

Después de lo de Reg, Deanna se vino a abajo y todo Alexandria también, por suerte Rick supo manejar su papel de líder suplente y las cosas poco a poco iban cambiando para beneficio de nosotros y Alexandria no tardaría a estar bajo su mando.

Estaba sentada en el pequeño kiosko, analizando si la idea de tener lo que sea que fuese con Carl era correcto, odiaba pensarlo pero si algún día llegaba a pasarle algo yo no lo soportaría, era esa una de las razones por las que odiaba encariñarme con los demás, aunque ya era demasiado tarde para con los de mi grupo, pero con Carl sobrepasaba los límites.
—Hey, hola.—dijo Maggie sentándose a mi lado.
—Hola.—le dije jugando con mis manos.
—¿Dónde te habías metido?.—preguntó.
—En ningún lado.—le dije alzando mis hombros.
—Has estado muy alejada últimamente. Sabes que puedes contarme lo que sea, soy tu amiga. A veces necesitamos hablar con los demás.—apreciaba su preocupación pero prefería no decirle nada.
—Estoy bien.—le dije amablemente.
—No tienes que estarlo todo el tiempo.—me dijo dándome una sonrisa cálida y alejándose.
—Oye, espera.—le dije nerviosa y olvidando lo que pensé hace segundos.
—¿Qué pasa?.
—¿Cómo...cómo fue que...supiste que amabas a Glenn?.—ella se sentó a mi lado de nuevo.
—Porque me preocupaba más él que yo misma.—oh mierda, pensé—¿Qué pasa con Carl?.
—¿Eh?.—le dije saliendo de mi trance—Con Carl...nada...es solo que...yo...creo que lo amo.
—Lo veía venir.—me dijo.
—¿Qué?. ¿Cómo?.—pregunté intrigada.
—Cariño, han crecido juntos, no conocen a muchos de su edad; casi a nadie de hecho, así que es normal. No necesariamente puede ser amor, quizá es solo porque están creciendo y necesitan saber lo que se siente, pero si sigues sintiendo lo mismo por Carl después de conocer a Ron, será mejor que hables con él.—y se fue dejándome ahí de nuevo, pensando en que carajo debía hacer.

•••

Después de pasar unos meses en paz descubrimos una nueva amenaza. Una horda de caminantes merodeando cerca de Alexandria. Eran miles y se había armado un plan para acabarlos. Después de tener a Rick encerrado y votar por si debía irse o no ahora estaba lidereando el plan con el que se acabaría a la horda.

—Hola.—le dije a Ron pero él pasó de largo—Lamento lo de tu padre.—se detuvo.
—¿En serio lo sientes?.—me preguntó.
—Si por supuesto, pero no por eso significa que no esté de acuerdo con todas las cosas que Rick dijo.
—Lo sabía, eres igual a ellos.—me dijo despectivamente y se fue.
Lo entendía, ahora me odiaba pero yo no iba a dejar a mi grupo y mucho menos a Carl, mucho menos ahora.

Entré a la casa, Carol estaba allí preparando galletas, típico en ella.
—Carl está arriba.—me dijo de forma burlona.
—Bieeen.—le dije haciéndome la despistada.
—Hola.—le dije.
—Hola.—me sonrió iba a acercarse cuando se empezaron a oír disparos y bajamos corriendo.
—Quédense y cuiden a Judith.—nos dijo Carol saliendo de la casa con su arma.
Estábamos con nuestras armas y aún no sabíamos muy bien que era lo que pasaba. Se escucharon ruidos en la puerta y nos pusimos en posición de ataque.
—Carajo niña. ¿Por que no tocaste?.—le dije molesta a Enid.
—Porque tengo esto.—me dio las llaves.
—¿Viste algo?.—le dijo Carl y yo lo miré feo, ¿por qué le hablaba?.
—Solo son gente.—dijo ella—Vengo a despedirme.
—Adiós.—le dije.
—No te vas a ir.—le dijo Carl. De acuerdo, ya me estaba enojando—Vigila la puerta de atrás. Nadie va a entrar aquí. Cuidaremos de Judith.—habló decidido.

Estaba mirando por la ventana cuando vi que a Ron lo estaban persiguiendo.
—¡RON!.—grité y salí a ayudarlo.
—¡NO, ALEX!.—escuché a Carl detrás mío. Él le disparó al sujeto que lo perseguía y le dio en la pierna haciendo que cayera.
—¡ENTRA A LA CASA, RON!.—le gritaba pero no me hacía caso.
—No me mates por favor.—le decía el tipo a Carl, quién se acercaba con el arma en alto. Cuando él estuvo lo suficientemente cerca lo tomó de la pierna.
—¡CARL!.—levanté mi arma pero no podía dispararle porque mini Grimes se interponía. Mierda muévete, Carl.
Le dispare al sujeto en la cabeza y corrí hacia allá—¿Estas bien?.—pregunté tomando su cara.
—Si.—me respondió y se volteó a Ron—Entra Ron. Podemos mantenerte a salvo.—pero él volteó a la casa y vio a Enid y luego miró nuestras manos entrelazadas, que no sé en qué momento ocurrió.
—No.—dijo y sin más se fue.
—¡Ron!.—gritamos los tres al mismo tiempo.
—Carl, Alex, entren.—gritó Enid.
Ojalá llegue vivo a su casa, pensé.

Murió muchísima gente y era su culpa, eran débiles y no había quién los protegiera pues Rick, papá, Michonne, Glenn y los demás estaban fuera y el plan de alejar a los caminantes se había complicado también, pues el ruido del camión que habían provocado "los lobos" atrajo a todos los caminantes hacia Alexandria.
Y ahora nos enfrentábamos a un problema mayor.

TWD-Carl Grimes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora