A l e x y C a r l

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No apto para menores de 18.
Pd. Escuchar la canción de multimedia—Forever Young by Alphaville.

ALEX
Había pasado tanta mierda en tampoco tiempo, había una guerra en camino, todos estaban con lo ánimos por el suelo, no hablaba con muchos, me limitaba a pasar el rato con Carl y besarnos más de la cuenta, evitaba a todos, tenía un mal presentimiento, me sentía mal, andaba de un lado para otro y algo no me dejaba en paz.
Ya era de noche estaba sentada en mi cama, apunto de irme a dormir.
—¿¡Qué haces aquí?!.—le dije a Carl quien entraba como si nada a mi cuarto.
—Es que tu papá está afuera y yo...no sé quise entrar a verte.
—Estás loco.—le dije y se alzó de hombros lanzándose a mi cama. Estuvimos charlando sobre todo lo que había pasado en estas últimas semanas.

—Carl...—le dije cuando lo tenía casi encima de mi.
—Yo...traje esto.—me dijo sin quitarse de mi, mostrándome los condones que habíamos conseguido en la farmacia, su respiración era agitada y estaba temblando.
Nos empezamos a besar, sin dejar de temblar, estaba casi segura de lo que pasaría a continuación.
—Te amo.—dijo en un susurro.
—Yo a ti.
Aquí estábamos, besándonos, un par de inexpertos, descubriendo todo por cuenta propia, por impulsos que te llevaban a más y más, por lecturas baratas que explicaban lo que era el sexo pero no como se sentía en realidad ni como se hacía.
Quito mi playera y empezó a tocar mis espalda con su manos, me tensé al notar que paró en mis cicatrices y él también se detuvo.
—¿Qué es...?.—yo agaché la mirada—¿Quién te hizo esto Alex?.—me preguntó molesto alzando mi cara.
—No todos tuvimos una linda infancia Carl.
—Alex...—no sabía que decir.
—Mi abuelo fue el primer hombre que odie. Le hizo esto a mi tío Merle, a papá y...no quiero hablar de ellos ahora.—me quedé callada—No quiero hablar de eso ahora.
—Conmigo no te pasará nada, yo voy a protegerte.—me prometió y yo estúpidamente le creí.

No podía dejar de temblar, estaba apunto de quitarme el sujetador y yo solo cubría mi cuerpo, él solo estaba en sus bóxers.
—Alex...yo.—me decía igual de nervioso.
—Cállate.—y lo besé, podríamos morir mañana y yo amaba demasiado a Carl para no hacerlo como mínimo una vez con él.

—¿Cómo se supone que debo...—me decía el tratando de adivinar que hacer.
—Solo ponte...—no podía verlo a los ojos, ni mucho menos ahí abajo, jamás había visto cosa igual, él me veía como si viera a lo más hermoso de su vida y eso solo me hacía sentir más intimidada.
—Deja de verme.—le decía.
—Es que...no puedo.

—Mieeerda.—grité cuando lo sentí dentro de mi.
—¿Qué?. ¿Que pasó?.—me dijo asustado.
—Nada, solo continúa con lo tuyo.

Y fue así como ambos descubrimos lo que era amarse más allá de unas simples palabras, recordaría este momento por el resto de mi vida, recordaría a Carl por el resto de mi vida.

TWD-Carl Grimes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora