TAEHYUNG
Acompañó hasta los elevadores a Mía y cuando estamos dentro del ascensor su rostro es de aterrada.
— ¿Te da miedo los elevadores? —preguntó.
— Es la primera vez que subo uno; bueno la segunda. —dice con un leve sonrojo.
— ¿Nunca habías estado en un elevador, antes de hoy?
— No.
— Tranquila son muy seguros. —le menciono fascinado. Definitivamente quería saber todo de ella y siendo honesto no podía creer que no conociera los elevadores a la edad que tenía. ¿Qué otras cosas no conocerá?
Llegamos al Lobby y notó un suspiró de alivio de su parte, yo sólo sonrió detrás de ella, podría acostumbrarme a seguir sus pasos.
— ¿Pensarás en mi propuesta? —preguntó ya a su lado.
— Sí, de cualquier forma salgo perdiendo. —responde un tanto incómoda.
— Creo que es todo lo contrario, saldrás ganando y créeme que soy buena persona. —sonrió, abriendo la puerta de la empresa que da a la calle.
— ¡Gracias por recibirme!
— Es un placer, siento mucho que hayas esperado tanto, espero verte pronto. ¿Tienes en que irte?
— No hay problema, entiendo que estabas ocupado. Voy en taxi....
— No, de ninguna manera. —dije interrumpiéndola, a tiempo que le hago una seña a mi chófer. — Él es Xu Han mi chófer y te llevará a donde tú le digas.
— ¡Gracias! —dice con su hermosa sonrisa.
— Por nada Mía. —me despido y le ayudo con la puerta de la camioneta para que subiera; mi chófer amablemente la saluda, llevándola hasta su destino. Una vez que se fue, subo al último piso, directo a mi secretaria. — Que no se repita; si vuelve la haces pasar a mi oficina y me buscas en donde este ¿Está claro?
— Disculpe... es que usted...
— No me importa, ella no tiene por qué esperar ni un sólo minuto. —la interrumpí con mi última palabra y entro a la sala de juntas.
Cuando me siento a proseguir la junta, todos me estaban mirando.
— ¿Era Mía? —pregunta, Jimin.
— Si, ¿Dónde estábamos? —cambié de tema.
El resto de ese día la pase feliz, porque había vuelto a verla y en ese momento estaba rogando para que aceptará acompañarme a mis viajes.
MÍA.
Llegué al pueblo justo cuando oscurecía. El hotel estaba en repleto silencio, todos dormían y la única que me esperaba era Bada con la cena lista. Mientras estábamos cenando sentí la necesidad que debía compartir con alguien sobre lo sucedido con Taehyung, porque no podía aguantar más. Entonces decidí hablarlo con Bada y escuchar su consejo.
— ¿Cómo te fue en la ciudad mi niña? —pregunta Bada, seguramente vio que estaba ida de pensamientos.
— Necesito que me ayudes con algo.
— ¿Qué paso?
Le explicó la propuesta detenidamente y francamente me moría de vergüenza decirle básicamente que tenía que acostarme con él para recuperar mi propiedad. Pero no me quedaba otra opción, era eso o Taehyung de socio. Bada me escucha atentamente y con su experiencia me asegura que lo mejor es que debía ir con el joven empresario. Ella había visto como él me miraba y seguramente también vio el brillo en mis ojos.
No puedo evitar sonreí nostálgica en el momento que me dice que salga a disfrutar, que es una oportunidad única de conocer otros países, otras culturas, que ya fue suficiente de estar pendiente del hotel y que debía salir del pueblo y pensar en mí por lo menos una vez, sólo un poquito.
— Bada, te das cuenta lo que me estas diciendo, seré su acompañante. —respiré. — Eso quiere decir tener sexo con él.
— Si, me doy cuenta y no veo el problema. Te vendría muy bien un poco de sexo, ¿Hace cuánto que no lo haces? —se detuvo a observarme. — No me respondas. —menciona y no lo podía creer. Estoy sorprendida de que ella diga algo así y por supuesto sin contar el hecho que aún soy virgen. Me sentía cohibida hablar de todo ese tema con ella, bueno, en general con cualquiera.
Lo pensé por dos días y de la ansiedad no dejaba de mirar la hora del reloj que colgaba en la pared de mi estudio. Marcaba las nueve de la noche y las inseguridades de hacer una llamada a Taehyung, me paralizaba si era lo correcto. Segundo después de pensarlo; tomo el teléfono y marco el número que decía privado.
— ¿Mía? —escucho del otro lado de la línea la vos de él.
— Sí, ¿Cómo sabes que soy yo? —preguntó.
— Te investigue y guarde tú número en mi móvil, ¿Qué has decidido? Supongo que para eso me hablas. —se escucha ansioso.
— Acepto. —solté.
TAEHYUNG.
— ¿Qué aceptas? ¿Aceptas ser mi socia o aceptas ir de viaje conmigo? —preguntó, tratando de controlar mi felicidad.
— Ir contigo de viaje, prefiero eso antes que todo la vida verte. —hablo muy convencida.
— ¿Tan mal te caigo?
— No es eso, no estoy acostumbrada a que me sucedan este tipo de cosas. —suena sería del otro lado de la llamada.
— Te prometo que te va a encantar viajar conmigo y después de dos meses no me deberás nada, además no me volverás a ver si así lo decides.
— Está bien, ¿Qué es lo que tengo que hacer? ¿Cuándo tengo que irme contigo? —pregunta y le comento que la próxima semana empieza mis viajes. Le sugiero que venga desde esté lunes a la ciudad, para comprar todo lo que ella necesite; es más le propuse que no traiga nada, tenía en mente darle lo necesario para el viaje. Le pregunté si tenía pasaporte, aunque sabía la respuesta, era obvio que no, ya que me había dicho Haneul que Mía nunca salió del pueblo. Así que el lunes a primera hora había que tramitar los pasaportes.
La emoción de felicidad se ve reflejada en mi rostro, cuando cuelgo la llamada con ella. Ya estaba ansioso que llegue el dichoso lunes, solo para verla.
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Tú eres, Mía. © | ᶜᵒᵐᵖˡᵉᵗᵃ ✔ |
Romance❝ ¿Qué sucede cuando el joven empresario Taehyung se obsesiona con una mujer? Simple, todo; sin importar lo que tuviera que dar a cambió por una noche con la mujer más hermosa que jamás haya visto en su vida. Pero, ¿Será suficiente? Para entonces...