|3| Nunca me doy por vencido

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TAEHYUNG.

Jungkook estaba en el comedor platicando con Mía, quién servía el vino mientras cenábamos. Me dieron ganas de golpear a mi amigo por hacer sonreír a la castaña, que al parecer es el único que logra hacerla reír.

— Espero que disfruten de la cena. —dice Mía para luego retirarse.

— Gracias. —hablamos los tres.

— ¡Parece que se fuera acabar el mundo con tanta agua! —comentó, Jimin.

— Sí, parece que si. —respondí deseando que no se acabará nunca la lluvia, realmente tenía esperanza en que Mía aceptará pasar una noche conmigo. Después de la cena cada uno de nosotros subimos a las habitaciones para descansar; pues nada teníamos que hacer. Sin embargo, no podía estar quieto.

MÍA

Después de limpiar todo la cocina y el comedor dejo listo para el desayuno de la mañana siguiente. Corroboró que todo este en orden en el piso de abajo antes de subir a mi habitación, pero como siempre me detuve en el estudio leyendo mi libro favorito.

— ¡Sabía que te encontraría acá! —apareció en la puerta, Taehyung.

— ¿Necesitas algo? —pregunté.

— ¡Sí, a ti! —responde acercándose.

— ¿En qué puedo ayudar? —insistí en la pregunta, sabiendo que él hablaba en doble sentido.

— Quiero pasar la noche contigo.

— ¿Perdona? —pregunte poniéndome de pie.

— Quiero pasar la noche contigo. —repite, pero ya frente a mí.

— Me alaga, pero no soy ese tipo de mujer. —le aclaro alejándome de él, pues sentía que en cualquier momento lo golpearía.

— Lo sé, pero puedo darte lo que quieras por una noche conmigo.

— Se equivoca, no necesito nada y le repito no soy de esa clase de mujer. —intento sonar tranquila. — ¡Que descanses! —camine hacia la salida del estudio.

— ¡Espera! —me detuvo poniéndose en mi camino. — De verdad, me gustas y creo que ambos somos adultos y podemos pasar un tiempo juntos.

— No, no quiero pasar tiempo con usted, ni siquiera lo conozco, con permiso. —estaba sonrojada por el enojo. — Me deja pasar.

— Nunca me doy por vencido, hasta que obtengo lo que quiero. —me advierte dejándome libre el paso. No respondí y salí del estudio para ir a mi habitación. Me sentía nerviosa y aunque recibí muchas propuestas antes y parecía que el joven Taehyung hablaba en serio. Sabía que no sería fácil hacerlo olvidar de su idea.


***


TAEHYUNG.

Al día siguiente dejo de llover; era bueno salir afuera a tomar un poco de aire fresco y sol. Cuando salgo escucho unas risas que provenían del lado de los corrales. Camino en esa dirección para saber quién era y me encuentro a Mía conversar con un hombre a caballo, que al parecer es de su agrado. Después de algunos minutos de ver esa escena tan fastidiosa, el caballero se va despidiéndose de ella.

— Parece que necesito de un caballo para que me hagas caso. —le dije cuando la veo que estaba entrando a la casa.

— No, necesitas más años. —me responde.

Tú eres, Mía. ©  | ᶜᵒᵐᵖˡᵉᵗᵃ ✔ |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora