|19| Una Oportunidad

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Narrador.

— ¿Tú me amas? —preguntó Mía, sin creer lo que escuchaba.

— Sí ¡Dios! —dijo fastidiado, pasando una de sus manos por su cabello. — No quería decírtelo así, estoy muriendo de celos de solo de pensar que tú podrías fijarte en ese idiota. —declaró, sintiendo que estaba a punto de volverse loco. 

El corazón de Mía se acelero al escucharlo, pero no iba a sonreír. Solo se puso sería y pensó hacerlo sufrir por comportarse como un niño berrinchudo.

—¿Estás celoso y por eso me estás diciendo lo que sientes? —lo miró a los ojos.

— No, sí, bueno sí y no ¡Dios! Mía no soy bueno con las palabras. Soy bueno para hacer negocios, no para decir lo que siento. —declaró Taehyung acercándose a ella.

— Entonces explícame lo que sientes como si fuera un negocio. —pidió intentando no sonreír.

— Tú no eres un negocio. Tú eres todo para mí. —dijo nervioso y esa sensación que estaba por perder el control. — Te he amado desde hace tiempo.

— ¿Desde cuándo? —quiso saber, Mía.

— Desde el viaje a San Sebastián. Solo de pensar en la idea de que el viaje estaba por terminarse, la angustia que sentía por no volverte a ver, por no volverte a besar, o después de que regresaste a tu pueblo, me estaba volviéndome loco y sinceramente no podía dormir, no podía pensar bien. —confesó. — Me arrepiento cada día de esa terrible mañana cuando te propuse que siguiéramos viéndonos. No quería insultarte, solo no sabía cómo decirte que me gustabas, más de lo que pretendía demostrar. 

— Ya me lo habías dicho. 

Él se quedo confundido cuando la escucho, porque era consciente que nunca tuvo el valor para sincerarse, como en ese momento. 

— ¿Cuándo? —pregunto. 

— Cuando llegamos a Londres. Habías bebido con tu primo y cuando te acostaste me dijiste que te gustaba y que me quedara contigo. Y al día siguiente te pregunte si recordabas y me dijiste que no.

Taehyung no podía creerlo. 

— Soy un idiota, siempre se me olvida lo que digo cuando bebo, pero te juro que te amaba desde entonces. No debí dejarte ir en ese momento, no debí reaccionar cómo lo hice cuando volviste aparecer, para decirme lo del embarazo y sé que no lo tome bien. No me esperaba la noticia; ni siquiera había procesado con la idea de haberte tenido y luego que me dejaste, estaba en shock ¡Dios! Debí casarme contigo ese día, debí decirte que estaba volviéndome loco por no tenerte a mi lado. —hablo tomando sus manos. — Lo siento mucho, siento mucho si te hice sufrir, no sé qué sientes por mí, pero te pido que me des una oportunidad. —rogo tomando el rostro de Mía, quién lo observo antes de sonreír de forma tímida; claro que ella sabía lo que sentía por él, podía verlo en sus ojos y en cómo reaccionaba su cuerpo cuando están juntos.

— Tengo que pensarlo, hemos pasado por demasiado. No sé si pueda estar con alguien como tú. —dijo sintiendo su corazón desbocado. Claro que quería estar con él, pero quería ponerlo a prueba, quería estar segura de que no se había declarado, solo por el arranque de celos.

— Lo sé, sé que hemos pasado por mucho, te juro que será diferente, si me das la oportunidad de conquistarte. No sé qué va a ser de mí si te vas, si te llevas a Young Mi, no creo volver a ser el mismo si se alejan de mí. —confesó preocupado.

— No vamos alejarnos de ti, vamos a ir contigo de viaje. —le contó acariciando su mejilla, pero el llanto de su hija, llamo su atención. — Debo ir a alimentarla a, Young Mi. 

Tú eres, Mía. ©  | ᶜᵒᵐᵖˡᵉᵗᵃ ✔ |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora