Taehyung despertó temprano sintiendo el cuerpo de Mía a su lado. Abrió los ojos, la observó por unos segundos, antes de acariciar con sus dedos dibujando su silueta. Luego beso uno de sus hombros, antes de salir de la cama para darse una ducha.
MÍA.
Me muevo en la cama cuidadosamente, sintiendo mi cuerpo adolorido y poco a poco abrí los ojos dándome cuenta que estaba sola; lo cual agradecí, porque no sabría que decirle a Taehyung. Me siento en la cama y de pronto siento un pinchazo en la entrepierna, recordando todo lo que sucedido la noche anterior.
No podía creer lo que había vivido, tenía muchas ganas de hablar con mi hermana y contarle todo está experiencia, ya que ella era la única que sabía de mi virginidad. Pero seguramente haría muchas preguntas, pues apenas había pasado dieciséis días de mi viaje y seguramente iba a querer saber más sobre el hombre con el que me acosté. No podía decirle de Taehyung; después de un mes y medio que faltaba no lo volvería ver.
Salí de la cama y note en las sabanas manchas de sangre, rápidamente saque las sabanas y lo lleve al lavadero que había junto a la cocina de yate. Me metí al baño y realice mi rutina de la mañana y me coloque otra bikini, ya que seguramente Liz iba aparecer en cualquier momento arrastrándome a la playa. Me puse un vestido sobre la bikini y salí de la habitación para ir a la cocina para desayunar. Sin embargo, cuando lo estaba haciendo, sentí que el yate se movía.
— Buenos días hermosa. —saluda Taehyung entrando a la cocina.
— Buenos días. —saludo y de inmediato mis mejillas mostraron un leve sonrojo. — ¿El yate se mueve?
— Ya no, ya hemos llegado. —respondió antes de darme un beso, fascinado seguramente con que me pudiera avergonzar después de lo sucedido anoche.
— ¿Descansaste?
— Sí, ¿A dónde hemos llegado?
— Al lugar dónde me gusta nadar. —comenta. — ¿Quieres desayunar? Muero de hambre.
— Sí quiero, ¿Dónde está Anabela la cocinera? —preguntó.
— Estamos solos, pero el desayuno esta listo.—dijo sonriendo mientras salíamos a la cubierta del yate.
— ¿Tú lo preparaste?
— Claro. —respondió sonriendo. — Hoy pasaremos el día aquí.
— ¿Aquí? Solo hay Mar. —observo a mi alrededor.
— Sí, es donde me gusta nadar, siempre visito San Sebastián y vengo aquí. —contesta. — ¿Sabes nadar?
— Sí, me encanta nadar en el río.
— Entonces te va a encantar nadar en el mar.
Desayunamos mientras me cuenta sobre sus viajes con sus padres, cuando él estaba pequeño y cómo fue que le enseñaron amar ese puerto. Por eso cada año que regresaba, se quedaba por más tiempo. Cuando terminamos de desayunar ambos limpiamos todo lo que habíamos ensuciado. Tiempo después me tumbo en una reposera un rato, deleitándome leyendo de un buen libro.
— ¿Qué lees? —se sienta a mi lado.
— Un libro de recetas españolas. —estaba boca abajo tomando sol. — ¿Está rica el agua?
— Sí mucha. —responde besando mi hombro. — ¿Vas a cocinar algo del libro? —acaricia mi espalda, deteniéndose en el nudo de mi bikini.
— Sí, cuando regresemos le preguntaré algunas dudas que tengo a, Anabela. ¿Qué haces? —pregunté alarmada, cuando desatada mi bikini.
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Tú eres, Mía. © | ᶜᵒᵐᵖˡᵉᵗᵃ ✔ |
Romance❝ ¿Qué sucede cuando el joven empresario Taehyung se obsesiona con una mujer? Simple, todo; sin importar lo que tuviera que dar a cambió por una noche con la mujer más hermosa que jamás haya visto en su vida. Pero, ¿Será suficiente? Para entonces...