Tú eres, Mía. © | ᶜᵒᵐᵖˡᵉᵗᵃ ✔ |

|21| Final

Narrador

—Te amo Mía. —susurró sobre sus labios antes de fundirse de nuevo en ella.

— ¡Te amo! —correspondió entre beso.

— Espera, aún falta algo. —dijo separándose de ella, para tomar su pantalón que había quedado al lado de ellos.

— ¿Qué es?

— Esto. —respondió sacando una caja de terciopelo de color azul marino antes de abrirla y mostrarle un precioso anillo de oro blanco con un diamante corte princesa. — Eres la única mujer que he a amado en toda mi vida, tal que no sabía cómo era amar a alguien, hasta que te encontré. Te amo hermosa. —declaró, mientras le ponía el anillo y Mía no podía evitar llorar.

— ¡Dios! También te amo. —dijo con lágrimas en sus ojos, abrazándose a él. — Te amo, nunca he amado a nadie más que a ti. —y sus labios fueran tomados por los de Taehyung, quién la tomó en brazos para entrar al yate. Él se sentó en uno de los sofás dejándola sobre él, sus manos recorrieron su cuerpo con maestría, dejo sus labios para poder respirar.

— ¿Lo recuerdas? —preguntó besando su cuello.

— Como si fuera ayer. —contesto ella, intentando respirar cuando los labios de Taehyung estaban sobre sus pechos. Sentía su cuerpo arder, como aquella vez en ese mismo lugar. Seguía sin poder compararlo con nada; siendo igual o más maravilloso como la tocaba, aunque está vez había algo diferente. Sí, estaban haciendo el amor con el padre de su hija y con el hombre de su vida, a quién amara para toda su vida. 

Taehyung dejó sus labios para besar su cuello, tomando su dura erección y entrar en ella. Volvieron hacer el amor en el mismo lugar donde inicio y confirmo su sentimientos. Taehyung se juro a sí mismo nunca separarse de ella, porque estaba seguro que de hacerlo, se moriría. 

— ¡Te amo! Mía te amo. —gruñó, sobre sus labios. — Estoy feliz de estar contigo. —declaró acariciando su espalda.

— Yo también, pero creo que tenemos que volver por, Young Mi. —le recordó mirándolo a los ojos.

— Es verdad, será mejor que nos demos un baño. —estuvo de acuerdo poniéndose de pie, aún con ella en brazos, quién solo sonrió y lo beso aferrándose a él. Camino hacia el exterior. 

— El baño está en la habitación. 

— Lo sé. —dijo sin detenerse caminando por la cubierta.

— ¡Oh, no! —exclamó dándose cuenta de las intenciones de él.

— ¡Oh sí! —dijo antes de brincar del Jet y sumergirse al agua con ella en brazos.

— ¡Oh por dios, Taehyung! —gritó Mía cuando salieron del agua.

— Hace mucho tiempo que quería hacer esto contigo. —dijo entre risas.

— ¡Estás loco! —exclamó antes de reírse.

— Y no soy tan aburrido.

— Así como eres, eres perfecto para mí. —menciono antes de besarlo. Estuvieron alrededor de veinte minutos en el mar, antes de volver al yate y darse un baño para regresar por la pequeña.

Posteriormente regresaron y juntos bajaron del Jate. Mía y Taehyung no pudieron evitar estar felices, que se reflejaba en sus rostros. A Liz no se le escapo el detalle del enorme anillo que traía puesto en sus dedos. Sin dudas sabían que su jefe por fin se había jugado y reconocido el amor que tenía por Mía.