Can I eat ur ass? -YM

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Yoongi sonrió nervioso, mientras que el rubio permanecía intacto en su lugar. 

—Em.. ¿puedes olvidar que dije eso? —Jimin asintió y le dio un leve golpe en la pierna para que continuara con su trabajo—. Ya habrá tiempo para conocernos, ¿porqué no eres malo conmigo? 

Lo sujetó de la cintura, se sentó cómodamente mientras Jimin se quejaba por la falta de contacto entre ambos cuerpos, y luego Yoongi le dio un tirón para que se sentara sobre sus regazo. 

—Vamos,  soy tuyo.. —acarició el suave cabello claro del contrario, y luego susurro— puedes hacer lo que quieras conmigo. 

—Yo.. —el menor sintió como el gran miembro se adentró en él, por acto reflejo apretó sus paredes anales, y ambos gimieron— yo sólo quiero tenerte.. —se sostuvo de los hombros del contrario y comenzó a saltar—. Ah! ¡duele! Maldita sea..

—Ve más despacio, cariño —Jimin mordió su labio inferior y obedeció, comenzando con movimientos circulares seguido de un vaivén lento, que casi lograba enmarcar cada vena de esa cálida longitud que lo invadía, y en cualquier momento se volvería loco. 

Con el pasar de los minutos el dolor fue reemplazado por el placer, su cabellera rubia se comenzaba a mojar de sudor en su frente por la velocidad en la que ahora saltaba, mientras que Yoongi no paraba de soltar graves gemidos mientras sujetaba y apretaba ese gran trasero; nunca antes había tenido un sexo tan placentero. 
Subió sus manos a las caderas de Jimin para comenzar a ayudarlo, subía y bajaba con más fuerza mientras observaba a su excitado chico que gemía complacido y razguñaba sus hombros.
 
Labios entre-abiertos, mejillas rojas, cabello alborotado, y esos gemidos que lo ponían en demasía. 

—Me voy a..venir —soltó con dificultad Jimin, el peli-negro llevó su mano al miembro del menor dándole un apretón en la punta para luego hacer un vaivén rápido, cuando sintió su mano ser manchada con una cálida esencia, la llevo a sus labios para degustarla. 

—Ahh.. solo aguanta un poco más —deslizó sus manos por la suave espalda hasta llegar al voluminoso trasero, Jimin comenzó a saltar mas rápido. Yoongi sonrió de lado, perfecto. 

Se vino dentro del menor y lo abrazó con fuerza, ambos soltaron un suspiro, estaban agotados. Yoongi llevo su cabeza hacia atrás, recostado en el asiento. 

—¿Te gustó? —preguntó el pálido con la respiración agitada. 

—Me encantó más porque lo estaba deseando desde hace días —apoyo su cabeza sobre el hombro del mayor.— Cumplí mi deseo, fue como lo imaginé y hasta mejor. 

—Por cierto, ¿cómo te llamas, bonito? —ambos rieron al mismo tiempo, el menor sacó el miembro de su interior para sentarse a su lado, lo miró a los ojos y le extendió la mano. 

—Jimin, Park Jimin —sonrió haciendo que sus ojos color miel se volvieran medias lunas. — ¿Tú cómo te llamas? 

Yoongi lo tomó del cuello para besarlo, y a pesar que el otro se sorprendió al principio, le siguió el beso. 

—Es ridículo que me quieras dar la mano después de todo lo que hicimos en el auto —sonrió de lado y dejó un casto beso sobre los belfos color carmín—. Me llamo Min Yoongi, pero para ti soy "el dueño de tus orgasmos". 

El menor mojo levemente sus labios, mirando al contrario, y tragó saliva. 

—Bésame de nuevo.. por favor —suplicó. 

Yoongi se acercó a su rostro, rozó sus narices e inició un lento beso mientras acariciaba el muslo del rubio, y éste entrelazaba sus dedos en la oscura cabellera. Sus lenguas empezaron a jugar entre sí hasta que el mayor mordió y tiró del belfo inferior. 

—¿Quieres comenzar otra ronda? 

—Quiero pero no puedo, lo siento. Mis padres llegan hoy, y debo estar en casa para recibirlos. 

—Es una lástima.. —susurró en el oído del menor, causando que los bellos de su nuca se erizaran—. Te extrañaré, Park Jimin. 

El recién nombrado se levantó de su asiento para buscar las bragas. Se arrodilló para buscarla debajo del asiento, recibiendo una nalgada antes de colocarsela. 

—Creo que pensare toda la noche en lo que pasó.

—Hazlo, así crecen tus ganas y la próxima vez será mejor que hoy.. —le guiño el ojo—. Yo haré lo mismo. 

—Sí —miró a todos lados por la ventanilla y el espejo retrovisor, al no ver a nadie abrió la puerta.— Pero no creo que mis ganas por ti crezcan más, realmente me gustas demasiado, bonito. 

—Y tu a mí, Yoongi —salió del auto. Corroborando que no había nadie en la cuadra, se giró y vio como el peli-negro no paraba de mirarlo.— Puedes tocar si quie-.. —se calló al sentir como le apretó el trasero, seguido de una nalgada— me gusta que seas así.

Agachó su cabeza para meterla en el auto, le dio un corto beso a Yoongi, y le dijo en un sutil murmuro:

—Soy tuyo, sólo piensa en eso. 

Jimin cerró la puerta del auto y con un poco de dificultad se fue corriendo hasta su casa. Yoongi se quedó como tonto pensando en lo que acababa de pasar mientras se mordió el labio inferior y veía la casa de su vecino. 

—Park Bonito Jimin, ¿qué me estas haciendo? —susurró para sí mismo.