-¿Mochi? -sonrió- ¿acaso eres el tipo frío que usa ese tipo de sobrenombres?
-Soy el tipo frío que está perdido por un chico tierno y cálido, y con un cuerpo de infarto.
¶ O donde Jimin comenzó a utilizar lencería con la ventana abierta y la atenta...
Jimin no tenía la menor idea de lo que sucedía, pero aún así obedeció, corrió escaleras arriba y en su mochila Jansport color turquesa colocó dos pares de jeans, dos remeras simples y ropa interior. Bajo, observó la sala totalmente desierta a excepción de su gatita Minnie que maullo al verlo, se acercó a ella y acarició su cabeza antes de salir. Cerró la puerta con llave para después colocarla bajo el tapete que expresaba "bienvenido" en color blanco.
Buscó a Yoongi con su mirada y luego sonrió al verlo sentado en su auto, esperándolo confiado y su sonrisa intacta mientras acomodaba el espejo retrovisor; corrió hasta el vehículo y después de que Jimin colocó su mochila en el baúl, se sentó en el asiento del copiloto.
—¿Tienes permiso? —preguntó, el rubio abrió los labios pero luego los cerró al no saber que responder— bueno, ve buscando una excusa para faltar a casa un día completo.
—Yoongi hyung —rió— ¿qué estás haciendo? ¿A donde me llevas?
—Tienes tantas ganas de mí como yo de ti... sólo cumplo nuestros propios deseos, bonito —miró sus labios, que apenas se notaba el color rosado natural.— Conocí a un par de personas ésta semana y entre ellas a una chica que tiene una casa a las afueras de la ciudad— Jimin sonrió, el peli-negro lo agarró de la nuca para traerlo más hacia él y juntaron sus labios.
—¿Y no hay nadie allí? —preguntó, no le gustaría acostarse con su vecino favorito y que los escucharán, sería vergonzoso.
—Sólo estaremos tú y yo —mordió su labio inferior.— Ayer pasé por una tienda bastante interesante.
Abrió una pequeña puerta al costado de la radio, sacando de ahí una doblada bolsa negra y se la entregó al menor, este lo miró serio por un momento y luego abrió la bolsa, dándose cuenta de que había lencería en ella.
—Dios.. —sacó feliz una de las bragas que era color rosita bebé, lo abrazó y le dio un beso en la mejilla— me gusta, no sé cómo agradecerte.
—Tú sabes cómo hacerlo.. —lo miró y ambos sonrieron.
—Yoonnie.. —Jimin pronunció con voz tierna, fingiendo inocencia, y tomó su mano para empezar a jugar con los dedos del mayor— ¿puedo tocarte?
Yoongi rió, sabía a donde quería llegar su bebé con todo esto, tomó la pequeña mano de Jimin y se la llevó a sus propios pantalones, ejerciendo una leve precisión en su entrepierna.
—Soy tuyo... —mordió su labio inferior, miró los ojos, y sacó su mano sobre la del menor— tócame.
Tragó saliva y empezó a tocar a Yoongi por encima de sus pantalones, comenzando con leves roces entre sus dedos y la tela.
—Ohh.. muy bien, bebé —sonrió de lado, encendió el auto y empezó a conducir.
El rubio lo hacía tímidamente al principio, estaba un poco apenado pero luego tomó un poco de confianza, pensando que sólo tenía que hacer lo que él quería que le hicieran. Pasó sus dedos por cada parte del mayor, haciendo que este soltara jadeos y gemidos graves, con cuidado metió su mano por debajo del boxer negro, y empezó a masturbarlo con algo de duda pero supo que lo estaba haciendo bien cuándo Yoongi levantó sus caderas por acto reflejo.
Jimin empezó a hacerlo lentamente, dando leves movimientos circulares en la punta de vez en cuando, recibiendo una mirada de necesidad del contrario.
—Maldición, si vas a tocarme no me hagas sufrir —mordió su labio inferior y pasó saliva por su garganta reseca; susurró— por favor.
Y eso fue justo lo que hizo, cada vez lo hacía más lento, cada vez lo tocaba menos, cada vez lo hacía sin ganas y sólo porque le gustaba torturarlo para escuchar a Yoongi pedir por más.
—Ahhh.. —se quejó con el ceño fruncido— estás siendo malditamente malo conmigo, sólo.. ¡Ah!
Jimin reía, pero no se dio cuenta de que pálido había desviado la carretera hasta que detuvo el vehículo y bajó, el menor lo miró desde adentro, ahora se sentía mal por lo que había hecho; preocupado salió del auto y fue junto a él.
—¿Estás bien?.. ¿estás molesto conmigo?—Yoongi soltó un suspiro, y ahora el menor estaba más nervioso— sólo quería jugar un poco y.. ¿que haces?
Yoongi lo tomó las caderas y lo hizo caminar de espaldas hasta que chocó con el capot del auto, de un movimiento lo giró y sólo un gemido por la sorpresa.
—¿Yoongi, qué haces?.. —se quejó al sentir sus pantalones abajo.
—Sólo quiero jugar contigo, bonito.. ahora—susurró a su oído, haciendo que el cabello de su nuca de erizara.
—Mierda... —susurró.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
