-¿Mochi? -sonrió- ¿acaso eres el tipo frío que usa ese tipo de sobrenombres?
-Soy el tipo frío que está perdido por un chico tierno y cálido, y con un cuerpo de infarto.
¶ O donde Jimin comenzó a utilizar lencería con la ventana abierta y la atenta...
Yoongi tenía una de sus manos al volante y la otra en el suave cabello del menor, soltaba un gemido grave de vez en cuando y no había podido dejar de morder su labio en todo el camino.
—¡Ah! ¿Esto es legal? —preguntó Jimin sacando por un momento la gran longitud de su boca, el peli-negro lo miró a los ojos y rió.
—¿Cuantos años tienes? —preguntó.
—Dieciocho... —susurró bajito.
—Yo tengo veinte, es decir, un menor de edad me está haciendo sexo oral —rió— sigue bonito, que nada de lo que estamos haciendo lo es.
—Mierda —volvió a meter el miembro del mayor en su boca, subió y bajó su cabeza repetidas veces hasta que sintió las caderas de Yoongi levantarse del asiento y luego como su boca era llenada con sus cálidos fluidos.
No lo pensó dos veces, cerró los ojos y tragó, para luego sentir los labios del mayor en los suyos.
—¿Sabes qué debería ser ilegal? —puso la mano en el cuello de Jimin y la bajó lentamente por la espalda—. Que tengas ropa puesta.
—¿Me la quitó? —soltó, Yoongi mordió su labio inferior.
—Ya llegamos.. —susurró, detuvo el auto, puso el freno, y sin poder resistir más, se lanzó en los labios del menor—. Eres tan jodidamente accesible, pequeño.
—Es porque estoy dispuesto a hacer lo que me digas, cualquier cosa, con la única condición de que la voy a pasar bien —volvieron a besarse— quiero que me hagas un lío justo ahora —pasó su mano por sus pantalones, creando una pequeña fricción entre su entrepierna y la tela, jadeo en respuesta—. Necesito ayuda, estoy muy caliente desde que me monté a tu auto.
—¿En que te ayudo, bonito? —ante tal pregunta, Jimin había cerrado sus ojos y había echado su cuello a un lado dejando a la vista un chupón que anteriormente fue hecho por el mayor— ¿quieres que te dé un par de besos?
—Quiero que me folles tan duro que no podré caminar por varios días —sonrió haciendo una eyesmile, éste tipo de situaciones es donde el pálido se preguntaba: ¿cómo puede ser tan tierno y sexy a la vez?
—Eres un maldito.. —lo tomó de la camisa y volvió a besarlo— tú lo pediste, tú lo tendrás.. ¡bájate rápido!
Ambos bajaron del auto, sacaron sus cosas y se encontraron en un gran portón color blanco, el menor sintió las manos de Yoongi en sus caderas y lo miró.
—¿Algún día acabará todo esto? —preguntó, pero sabia que tal vez no le gustaría la respuesta.
—Seguramente, pero no aún —vio la tristeza reflejada en sus ojos y besó su frente, tal vez no debió ser sincero—¿Quieres descansar.. o simplemente quieres seguir?
—Quiero seguir —rió— ya habrá tiempo para descansar en la noche.
—Como quieras —el mayor le soltó un nalgazo y rió.
Lo único que miraba Jimin durante todo el pequeño trayecto hacia la puerta fue a su mayor, vio cómo sacó del bolsillo delantero del pantalon unas llaves y como luchó un poco con la cerradura, rió un poco tratando de disimular; a excepción del incómodo ambiente en la que estaba hace unos minutos atrás, la estaba pasando tan bien con aquel chico.
Entraron a la casa, era bastante grande, lujosa y casi no había paredes que estuvieran dividiendo las partes de la casa, todo era tan claro debido a que todo estaba rodeado de cristales. Miró todos y cada uno de los cuadros, miró las decoraciones:
—¿Por qué alguien con una casa tan linda no la usaría? —se preguntó, se podia notar que no la utilizaban mucho, estaba deshabitada; Yoongi dejó la mochila del menor en el sofá y lo abrazó por la espalda.
—Este día nosotros le daremos un buen uso —el rubio sonrió y se giró.
El mayor miró a detalle su rostro, dándose cuenta lo perfecto que era el chico que tenía en frente.
—¿Que? ¿Por qué me miras así, tengo algo en la cara?
—Eres tan hermoso... —el rubio miró al suelo y luego volvió su vista a los labios del pálido— de verdad, no estoy bromeando, me arriesgo a decir que no entiendo por qué estás haciendo todo esto conmigo.
—Porque también creo que eres hermoso —lo abrazó por el cuello, y susurro en su oído— pienso que eres muy.. no lo sé, simplemente todo de ti me gusta.
—¿Todo? —preguntó curioso, sujetando las caderas del pequeño, y acercandolo más a su cuerpo.
—Creo que no hay una parte de tu cuerpo que no me guste, Min Yoongi —mordió su labio y los juntó con los del mayor— no quiero que este día se acabe nunca.
—Se acabará, pero haré todo para que no lo olvides —besó la punta de la nariz del menor y deslizó sus manos hasta los muslos traseros del menor y éste saltó a la cintura del azabache.
—Se siente raro que me cargues —Jimin arrecostó su cabeza en el hombro del mayor—me siento como un bebé.
—Eres mi bebé—sonrió—.. pero después de hacértelo muy duro, no puedo tratarte como un bebé si sé que estás apunto de usar una bragas para mí.
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