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Jimin abrió los ojos lentamente, mientras sentía la mirada fría y mañanera de su novio sobre su cuerpo.

-Buenos días, mochi -susurró Yoongi, estaba a un lado, en la silla giratoria mientras tomaba una taza de café que su mamá le había preparado.

-¿Mochi? -sonrió- ¿acaso eres el tipo frío que usa ese tipo de sobrenombres?

El mayor dejó la taza a un lado, se acomodó el pantalón y se metió en la cama con su novio.

-Soy el tipo frío que está perdido por un chico tierno y cálido -lo abrazó-. Es inevitable no hacerlo si eres tú de quién se trata.

-Sabes cómo hacer que la persona permanezca enamorada de ti -sonrió- oye.. ¿Qué dijo tu mamá de mí?

-Le dije que estabas muy borracho y que no querías llegar a tu casa -apretó los labios y se sentó- pero creo que nos escuchó teniendo sexo.

Jimin se tapó la cara con ambas manos, y el pálido rió.

-Es bueno saber que ya le comenté sobre lo nuestro hace unos días.. -rió levemente- tenías que ver su cara cuando le dije que éramos novios, se puso muy feliz por nosotros.

-No la conozco, pero debe ser tan hermosa como tú -quitó sus manos del rostro, cuando la sensación de vergüenza iba desapareciendo, pero el color rosado en sus mejillas aún estaba presente- qué bueno que una mamá entienda a su hijo de esa forma, yo tengo un poco de miedo sobre decir que me gustas.

-Si es un problema, mantenlo en secreto -le pegó en la pierna- vamos, desayunemos para que puedas llegar a tu casa.

Jimin asintió, el peli negro salió de la habitación y lo dejó solo, pensando en que había hecho mal en no llegar a casa la noche anterior.. simplemente no pudo controlarse y no pensó en que había prometido no faltar a la casa otra vez.

Se puso de pie y abrió los ojos de golpe al recordar que estaba desnudo, miró a todos lados, buscando sus cosas, pero no estaban.

Miró los boxer de Yoongi y tomó una camisa y unos pantalones cortos que tardaron en entrar, si que era delgado su hyung.

Empezó a bajar las escaleras despacio, siempre que estaba con el mayor terminaba adolorido y esta vez no había sido la excepción.

Siguió la voz grave hasta que entró a la cocina, vio a la señora Min y sus mejillas estaban apunto de explotar de vergüenza, se escondió un poco detrás del mayor.

-Buenos días, Jimin -susurró la señora con una sonrisa en el rostro, sus ojos se volvieron pequeños, haciendo que el rubio mordiera su labio de lo nervioso que estaba.

-Buenos días -hizo una pequeña reverencia y volvió a meterse atrás del pálido, el cual empezó a reír y lo miró de pies a cabeza.

-¿Esa es mi ropa?

-Yoongi hyung, no sé dónde está mi ropa -susurró.

-Oh.. -la señora volvió a dirigirse a él- yo la puse a lavar, no quería que llegaras a casa con la ropa sucias.

El menor le dio una pequeña sonrisa y abrió los ojos de golpe, tragó saliva y juró que su cara iba a explotar de vergüenza.

Tomó a Yoongi por el brazo, casi clavando sus uñas en este.

-Auch.. ¿qué te pasa? -se quejó mientras sobana su propio brazo.

-Yoongi.. es que yo ayer me puse unas bragas rojas -se tapó el rostro- por Dios, ¿qué pensará tu mamá de mí?

Yoongi empezó a reír como loco, y el menor se cruzó de brazos indignado.

-No es gracioso -se quejó, haciendo un pequeño puchero.

Can I eat ur ass? -YMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora