-¿Mochi? -sonrió- ¿acaso eres el tipo frío que usa ese tipo de sobrenombres?
-Soy el tipo frío que está perdido por un chico tierno y cálido, y con un cuerpo de infarto.
¶ O donde Jimin comenzó a utilizar lencería con la ventana abierta y la atenta...
-Yoongi.. -el menor intentó agarrar la mano del pálido, pero este lo rechazó- ¿puedes escucharme?
-Sólo bájate.. -el peli negro lo miró- buenas noches.
-Hyung.. por favor escúchame -le rogó, el mayor negó con la cabeza- ¡deja de ser así!
-¡¿Cómo quieres que sea?! -gritó.
Jimin abrió los labios intentando decir algo, pero no podía, el grito del mayor le había cortado las palabras por completo. Abrió la puerta y salió del auto con lágrimas en los ojos.
-Yo.. -el rubio intentó hablar- te amo.
Yoongi negó con la cabeza y empezó a manejar rápido alejándose de la casa de los abuelos de Park, y él empezó a llorar más fuerte, había empezado a preocuparse más.
Caminó lentamente hasta subir unas pequeñas escaleras y tomar asiento en una de ellas.
Abrazó sus rodilla y empezó a llorar otra vez.
Se odiaba, odiaba a las cosas malas que solían pasar, odiaba haber dicho algo pero aseguraba que si no le decía no podría seguir con él.
Miró la calle vacia a excepción de un par de vehículos estacionados, y sentía como todo pasaba por sus ojos, sentía incluso la mano de Min encima de la suya, pero nada era real, él se había ido y seguramente no iba a volver.
Se puso de pie tratándose de convencer de no volver a llorar, pero sólo porque no quería preocupar a su abuela a estas horas de la madrugada.
Entró sin hacer mucho ruido y se acostó en la cama con malos pensamientos, con lágrimas en sus ojos y el corazón roto, quizás arrepentido de haberle dicho al mayor lo que había pasado, quizás jamás habría pasado nada de esto, quizás estuviera en este momento besando sus labios y deseando que la noche fuese eterna entre sus brazos.
Pero no, estaba ahí, en la mitad de su cama pensando en las posibilidades de tenerlo de vuelta.
Abrazó su almohada y sus pensamientos fueron tan vagos que logró quedarse dormido.
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El rubio no era el único que sufría, por alguna razón su corazón dolía. Park Jimin, su pequeño, lo había traicionado de esta forma.. besando a otro en la fiesta de su mejor amigo.
A decir verdad, un beso no le parecía la gran cosa pero Jimin.. siempre se encargaba de mostrar su desconfianza hacia él, diciendo varias veces que algún día le iba a ser infiel.
Y no, no había sido él, había sido Park.
¿Quién iba a decirlo?
-¡Quiero matar al infeliz que lo besó! -golpeó la mesa, Chae-young abrió los ojos del susto, se le había quitado el sueño en cuento su amigo llegó a su casa hace uno par de minutos- cuando descubra quién es lo voy a golpear hasta que muera.
