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El momento de tensión llegó, Jimin sintió cómo todo se quedaba quieto, como su mamá veía con asombro y cómo su papá había apretado los puños con rabia. Cerró los ojos y suspiró, nada había parado y la peor parte, es que seguía encima de Yoongi.

-Eres el pedazo de mierda más grande que ha pisado esta casa -empezó su padre, mirando los ojos de su hijo mientras apretaba los puños- eres una maldita decepción para mí, desearía haberte visto enterrado que verte en esta situación tan... asquerosa.

El rubio se sintió débil, pero a decir verdad, lo único que lo hacía mantener las fuerzas para seguir mirando con intensidad los oscuros ojos de su padre, era saber que su mano estaba entrelazada con la del mayor, dándole fuerzas.

-No voy a golpearte, sólo quiero que te vayas de aquí -soltó- no quiero volver a verte cerca de mí. Ya.. no eres mi hijo.

Jimin se puso de pie, sus manos temblaron un poco pero finalmente se puso enfrente de su padre.

-¿Sabes cuánto me importa todo eso que acabas de decir? -apretó sus labios- ¿por qué deberías estar decepcionado de alguien que no te importa? Más sencillo, ¿por qué debería importarme la opinión de alguien que no me importa a mí? -susurró-. No me importa nada, lo único que me hace sentir vivo es ese chico, el único que me hace sentir especial es él -señaló a Yoongi- y estoy agradecido con eso, porque me entiende y escucha, no como tú.

Sintió un golpe en su cara, haciéndolo girar completamente y que poco a poco su ojo se volviera más pequeño, soltó un jadeo por la ardiente marca roja que ahora dolorosamente estaba en su mejilla izquierda.

Yoongi se puso de pie rápidamente y tomó a su menor de los hombros. Sabía perfectamente que aquello era una discusión familiar y que no debía meterse, pero Jimin era suyo, su pareja, no iba a permitir que alguien lo golpeara.

El rubio intentó zafarse pero el pálido lo miró a los ojos, dándolo orden, pidiendo a silenciosas súplicas que no dijera ni una palabra pero su padre esta vez lo tomó por del cabello, y ni siquiera Yoongi pudo hacer nada. Escuchó uno, dos, tres golpes en el rostro del menor, no podía, la señora Park estaba a un lado, viendo como le pegaban a su hijo y ella no podía hacer nada.

El menor era fuerte, sonriente todo el tiempo, pero su mente estaba llena de negatividad y tristeza, aunque no demostrara debilidad, cada acto lo dañaba lentamente.

El señor Park lo seguía golpeando sin piedad, el rubio sintió un golpe en su estómago y empezó a toser fuertemente. Yoongi lo empujó, jamás había hecho tanta fuerza.

-¡Tú no te metas en esto! -el hombre gritó histérico, lo señaló- no eres nadie.

-No soy nadie, tiene razón -tomó la mano del menor- pero esta persona es mi todo y no voy a dejar que lo siga lastimando, maldito imbécil -negó con la cabeza-. Qué lástima que una persona que se veía tan inteligente e importante, resulte ser un completo ignorante -miró a la señora- y usted, él es su hijo, como madre debería aceptarlo y defenderlo.

Empezó a arrastrar a Jimin hasta afuera de su casa, pasando por encima de ambos adultos quienes se habían quedado en silencio ante las palabras del peli negro. Jimin se abrazó con fuerza al torso de su hyung y empezó a llorar con fuerza sobre su hombro.

-Yoonie.. -susurró- me duele el corazón.

Apretó los labios y lo abrazó más fuerte también, empezando a acariciar su espalda con suavidad.

Se separaron y Min no pudo evitar tener coraje al ver el rostro de su pequeño, tenía el ojo totalmente cerrado, su labio estaba hinchado y tenía un hematoma enorme en su mejilla izquierda. Lo volvió a abrazar

Can I eat ur ass? -YMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora