-¿Mochi? -sonrió- ¿acaso eres el tipo frío que usa ese tipo de sobrenombres?
-Soy el tipo frío que está perdido por un chico tierno y cálido, y con un cuerpo de infarto.
¶ O donde Jimin comenzó a utilizar lencería con la ventana abierta y la atenta...
Era viernes por la mañana, Jimin apretó sus labios y no lo resistió más, no podía no hablar con Jungkook.
—¡Hey! —gritó, estaban cerca de los casilleros así que todos lo miraron— ¡Jeon!
Caminó hasta estar cerca de él, su amigo no hizo ninguna expresión, pero la verdad es que había esperado esto toda la semana.
—¿Qué? —soltó seco.
—Te necesito.. —susurró— y eso es lo más homosexual que he dicho.
Se planteó un poco sobre eso y negó con la cabeza, sin duda era un tonto, él había dicho muchas cosas homosexuales en los últimos días.
—¿Qué más tienes que decir? —soltó. —Estoy a tres segundos de golpearte en la cara.
—Perdóname, ¿sí? Es sólo que han pasado muchas cosas, cosas que debes saber, Kookie.. ¿estás libre hoy en la noche?
—Supongo.. —lo miró a los ojos— me sorprende lo fácil que consigues las cosas.
—Ojalá todo fuera tan fácil como recuperar tu amistad —ambos empezaron a caminar.
—¿Recuperar? —rió— Jamás te dejaría, hermano nalgón.
—¿Puedo abrazarte? —preguntó, el castaño asintió y allí en medio de todos, se dieron un abrazo fuerte, un abrazo que les devolvió aquello que le faltaba a ambos.
—¿Cómo van las cosas en casa?
—Al principio, todo un desastre y... ¿tienes alguna clase importante?
—No.. —soltó y se cruzó de brazos— ¿a dónde vamos a ir?
—Una cafetería, tengo tantas cosas que contarte —suspiró— dime que sí, enserio es importante.
—Vamos —rodó los ojos fingiendo fastidio, la verdad es que estaba ansioso por saber que se traía el rubio— pero tú pagas todo.
—Sólo quiero que estés conmigo, ¿okay?
Y esa mañana salieron de la escuela y se fueron a una cafetería lejos de la escuela con la excusa de que Jimin tomaba unas pastillas especiales para la migraña y que justo en ese momento la tenía, Jungkook quedó como un héroe y el pequeño rubio como un idiota olvidadizo, y todo para poder hablar tranquilos.
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Yoongi, por otro lado, había dejado de pasarla mal en la universidad ya que había hablado con la directora y ella había aceptado que se había equivocado con respecto a los papeles. Después de todo, había resultado todo bien, el pálido llamó a su antigua escuela y resultó que había una pequeña confusión de nombres pero que finalmente todo estaba arreglado.
—¿Qué harás hoy? —preguntó aquel muchacho de cabellos alborotados y labios gruesos.
—Salir con la persona que me gusta está complicado —negó con la cabeza— ¿tienes planes?
