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Jimin no sabía en qué tipo de lugar estaba o lo que iba a pasar, sólo no quería soltar la mano del mayor hasta el final de la noche.
Llegaron todos a una gran mesa roja, donde había al rededor de diez personas tomando tragos y algunas con sus celulares y cigarros en las manos.

-¡Yoongi! -uno de los chicos se puso de pie- No puedo creer que estás aquí.

-Min -sonrió- aquí me tienes.

-ahhh.. -el chico miró las manos entrelazadas de los chicos y rió en tono burlón- ¿no sabes quién está aquí? -Yoongi lo miró confundido- Suran.

Bajó un poco el rostro y asintió.

-Me ha dicho que estaba esperando verte por aquí -sonrió- ¿cómo te llamas, hermoso?

El rubio miró a ese chico, tenía una sonrisa en el rostro, sus ojos podían llevarte a pensar que era un ángel pero sus palabras demostraban lo contrario.

-Jimin -mordió su labio, nervioso ¿tu cómo te llamas?

-Hoseok -le guiñó el ojo.

Jimin estaba incómodo pues ese chico no dejaba de mirarlo y el pálido era consiente de eso. Yoongi soltó su mano y sintió un vacío enorme

-¿Quieres un trago? -tomó la botella de la mesa, le dio una pequeña copa e hizo una mueca de desagrado- me siento raro ahora.

-¿Estás bien?- se acercó al peli negro -¿han sido las luces?

-Seguro.. -bebió de la botella.

Puso la bebida sobre la mesada, tomó ambas manos del pequeño rubio y se acercó hasta dejar un beso en sus labios.

-¿Dónde está Jungkook? -soltó mirando a todos lados.

-Con Namjoon -se acercó demasiado a su menor- no te preocupes, él estará bien.

Aunque en el fondo sabía que Namjoon no era una buena influencia, que quizás ya le había brindado drogas y alcohol, que de seguro, ya estaban metidos en un baño; su amigo era así.

-¿Bailamos? -Min empezó a arrastrarlo hasta la mitad del lugar, donde todos estaban moviéndose al compás de la música.

-No sé bailar.. -río un poco avergonzado.

-Entonces baila para mí.. de la misma forma que lo hiciste ese día, bonito -le susurró en el oído.

Sonrió y caminó delante de él, para empezar a bailar al ritmo lento, mientras miraba los ojos del mayor, quien había empezado a sonreír.

-¿Sabes? -Jimin se acercó a Yoongi- eres la proporción perfecta, lo que toda persona merece vivir.

-¿Por qué eres tan lindo?

-Porque lo mereces -besó su pálida mejilla- perdón por no ser el mejor bailarín -ambos rieron, complices del pequeño recuerdo que les vino a la mente- pero aun así quiero complacerte.

-Me sorprende -Yoongi empezó a bailar, el menor lo siguió- eres un maldito experto con las caderas. 

Jimin le pegó en el brazo y siguieron bailando, disfrutando del momento que se les había permitido vivir juntos.
El peli negro se veía tan feliz, pero por dentro sólo podía pensar en Suran, había pasado tanto tiempo desde la última vez que la vio, pero parecía que el destino quería verlo jodido.

Desde que él y ella habían tenido un amorío, para ser sincero, el mejor que había tenido en todos sus años en su ciudad. Finalmente había escapado de todo aquello y se le hacía difícil creer que ella estaba cerca de él otra vez.
Miró a Jimin y, mierda, ¿porqué se sentía de esa forma? Tenía a lo mejor en sus manos justo ahora, no quería más nada.

Can I eat ur ass? -YMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora