capítulo 8

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Scott.

11 años atrás.

Mamá por fin preparo la lasaña de tres quesos que tanto me encanta, al terminar de comer me dirigí al patio trasero a jugar con Triss y Milton, mis vecinos y mejores amigos.

- Scott, deja de jugar un momento y ven, que quiero presentarte a alguien-.

- Si mamá, ya voy-. Conteste desde el patio trasero.-

Entre por la cocina y al llegar a la sala, observó a un hombre alto con cabello negro azabache, su ojos azules como el cielo, su presencia imponía terror, nervios...

- Scott Te presento a Marcos, él, este... Él...-

- Soy su novio y pronto vendré a vivir con ustedes, Scott. Que lindos ojos tienes, son tan parecidos a los mios-. Dijo aquel señor agachandose hasta estar a mi altura. Quiso poner sus manos en mi cabello, pero sus palabras anteriores crearon un enojo efervescente que me limita a amortiguar su presencia.

- No lo quiero, quiero que se valla, mamá dile que se vaya- contestes furioso acercándome a ella

- Scott mi niño calmate, escuchame por favor.- Dijo mi mamá tratando de calmarme y sali corriendo hacia el patio trasero-.

- Déjalo querida, ya se acostumbrará a mi cuando vivimos juntos.-

Paso el tiempo y un año después ya el vivía con nosotros. Mamá trabajaba de medio tiempo y teníque llegar a casa para los quehaceres y mantener la comodidad de Macos.

La incomodidad, tención y odio en la casa podían cortarse en el aire a filo de navaja, ya no aguantaba el abuso y la incredulidad de sus palabras al decir que "el género es igual en todo los sentidos". El gran hijo de perra utilizaba todos los anexos a su gusto.

Los días y meses pasaron hasta que la temporada del cierto de la ciudad ha Ia llegado; había quedado con Triss y Milton para ir juntis. Por la escuela y ayudar a mamá en la casa no me daba tiempo a salir con ellos. Tenia 18 años y penaba por la virginidad hasta de mis labios.

- Mamá saldré con Triss y Milton a la feria del circo, no regresaré tarde.- Le indique bajando las escaleras mientras el olor a pollo emergia y se esparcía por toda la casa.

- No vas a ningún lugar, ve a cambiarle las llantas al auto, las pinche y no las he cambiado.

Dijo Marcos con una caja de cervezas a su derecha, dos cajas de botellas vacías a su izquierda y serillos de cigarros en toda la alfombra mientras observaba el televisor.

- Bye mamá, te amo!- me despedí sin hacerle caso a lo ya ordenado. No le dirigía la palabra, así que ahora no seria la excepción-.

- Te dije que no irás a ningún lugar, ve al garage a cambiar las llantas, AHORA-. La rabia era notable en su tono de voz al igual que el alcohol en su sangre.

Con tres pasos agigantados ya de encontraba delante de mí.

- No eres mi papá para decirme que hacer o no, mi papá murió en la guerra cuando nací, tampoco eres quien me sustenta, sólo eres un vago arrimado que vive a cuesta de mi madre-.

Al terminar estas palabras sentí como mi espalda chocó de la pared y recibí un un puñetazo en mi mejilla, caí al suelo y sólo escuche los gritos de mamá diciéndole a Marcos que parará.

Patada tras patada. Sentía que mis pulmones no recibían aire hasta que él paro.

- No te acerques a él o hasta tu llevarás- Se dirigió hacia mi mamá cuando ella trato de acercarse a mi.-

- Algo más que decir hom-bre-si-to, no pareces tal hombre ahora, marica.- Me puse de pie como pude cuando me dio la espalda-

- Pues si, tengo algo que decirte- dije con dificultad, se voltio hacia mi y me miro con rabia- Eres un maldito malnacido-.

En ese instante saco una pistola de su espalda, apuntó hacia mi y sólo que me quedo esperar el balazo, escuche el arma sonar y cerré lo ojos pero, el disparo nunca lo sentí, abrí los ojos, y vi a mi mamá agonizando en mis pies con un disparo en su costado izquierdo.

- Mamá, mamá, mamá, por favor no, mamaaaaá, habla conmigo.- dije nervioso y llorando-.

- Por favor Scott, vete lejos de aquí, ese hombre podría ser capaz de matarte- Dijo agonizante- no dejes que esto te detenga. Recuerda que el rencor y el odio son los dos boletos de el tren que va directo al infierno. Jurame que ... no tomaras replesarias... Scott , juralo.-

- Te lo juro mamá - Dije entre llantos-.

- Te amo, mi pedasito de oro.- sus últimas palabras en un suspiro mientras Marcos escapaba por la puerta trasera.

Actualidad.

Ver a Hanna, es ver a ese desgraciado que mató a mi mamá, no puedo tenerla cerca, no puedo.

Se veía destrozada, pero, ¿qué podía hacer? Por culpa de su padre mi madre murio.
En un instante suena la puerta y Hanna se despega de ella cuidadosamente sin dejar de observarme, esos ojos café ya no tenían ese brillo de altivez que anteriormente solian tener, ahora solo denotan confusión, rabia, ira.

- ¿Scott? ¿Qué pasa?-. Pregunto Kansas al entrar con Kendall al departamento y observamos-.

Hanna me observó por última vez y salió corriendo empujando todo lo que estorbaba su camino.

Autora.

Wwwyyyyy... Esto va cada vez mejor.
Ahora entendemos la actitud de Scott y por que desde un principio trataba a Hanna de esa manera.
Estaré respondiendo sus comentarios, dejen sus votos y veremos hasta donde llegará está historia...

Nos leemos en un próximo capítulo.

¿Quién es él?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora