26. Felicidad (Fin)

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«¡Corre, corre, corre!»

—¡Estúpido autobús!

Otra historia triste acerca del transporte público.

Se había descompuesto un par de cuadras antes de llegar al punto en que solía bajar para ir a la preparatoria.

Se encontraba corriendo con todas sus fuerzas, escuchaba los pocos objetos moviéndose de un lado a otro en su mochila. Y trataba de no abrir la boca por su respiración agitada.

Oh, ahí iba otro charco que debía saltar.

A pesar de todo, era un buen día, bastante agradable, limpio y despejado por las últimas lluvias, un clima templado se hacía presente.

Llegó a la preparatoria al fin, cruzando las puertas con prisa. Ya no había tantos alumnos, la mayoría se estaba dirigiendo a las aulas.

Mientras avanzaba con prisa logró ver a Jasper y Bismuto caminando juntos, ella les sonrió e hizo un ademán.

Era bueno llevarse bien con ellos sin ningún sentimiento supuestamente romántico de por medio.

Llegó a su edificio y subió las escaleras de inmediato, acomodando un poco su uniforme, cuando llegó al pasillo dio una pequeña mirada al aula de Peridot.

La joven platicaba alegremente con uno de sus compañeros, la ojiazul sonrió ligeramente y sin detener su marcha, unos segundos después ya se encontraba en la puerta de su aula.

Se asomó primero a los pupitres y luego hacia el escritorio, suspiró aliviada al ver que no había llegado el profesor.

Entró y rápidamente fue a su lugar, descolgándose la mochila y tomando asiento.

—Vaya, buenos días señorita Barnes —Leyla no quitó la vista de su libro.

—Hola —dijo agitada.

—Lindo día para llegar tarde, ¿eh?

Ahora sí la miró, con una sonrisa.

—Es día de examen, pero tienes suerte de que el maestro no haya llegado.

—Lo sé... creí que no llegaría a tiempo —rió.

La chica bostezó —Solo este examen y terminamos el semestre, qué rápido, ¿no?

—Definitivamente.

—¡Lo logré! —Mat llegó corriendo a su asiento.

Ambas chicas rieron negando con la cabeza.



Las últimas horas prácticamente estaban libres, muchos maestros ya no hacían nada o asistían a juntas.

Cuando Lapis Lazuli terminó su examen lo entregó a su profesor y se despidió discretamente de sus amigos, luego salió del aula ya con su mochila puesta.

Caminó sin prisa por el pasillo, echando un vistazo y admirando la preparatoria por última vez antes de comenzar las vacaciones de verano.

Estaba segura de que no iba a reprobar ninguna materia, así que no volvería hasta que empezara el siguiente curso.

Dio un profundo respiro y comenzó a bajar las escaleras, dispuesta a pasearse un poco. Como no encontró a nadie conocido decidió pasarse al área de la piscina.

Cuando llegó una gran sonrisa se dibujó en su rostro, no tardó en ir a sentarse en las gradas.

Veía hacia el agua pacífica.

Solo estaba ella en el lugar.

Siempre sentía nostalgia al terminar un semestre, pero esta vez era diferente. Aunque estaba feliz, había arreglado un par de cosas en los últimos meses.

¿Puedo amarte? | LapidotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora