El Antes Y El Después

La llamada a la oficina de la Bruja.

Scarlet pov:

-- ¿Qué pasó?

-- Estabas muy agitada ¿Qué estabas soñando?

-- Eh, nada ya ni me recuerdo. Volvamos a dormir. ¿Qué hora es?

-- Son las 3:00 de la madrugada. _______ dijo acomodándose para volver a dormir.

Nos acurrucados juntos y volvimos a dormir.

Cuando volví a sentir ya eran las 10:00 de la mañana y cuando busque a Sebastián ya no estaba a mi lado.

Salí del cuarto y me lo topé ayudando a la chef en la cocina.

-- Buenos días preciosa. ___ dijo

--  Buenos días.

-- El desayuno está casi listo, puedes sentarte y esperar.

__pasaron al rededor de 20 minutos___

-- ¡Listo!

-- ¡Ya era hora! ____ dije en son de broma.

Comimos y hablamos de muchas cosas, e incluso Renata, la chef nos acompañó a petición de Sebastián.

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En la noche:

La madre de Sebastián me llamo a si oficina, para hablar de algo urgente.

(Tocó la puerta) toc, toc, toc

-- Adelante ________ dijo

-- Buenas noches, ¿En qué le puedo ayudar?

-- Quería hablarte sobre el matrimonio, sabes...  Sebastián siempre ha sido una persona a quién solo le interesa el dinero, si te pidió casarte con él solo por la herencia puedes decírmelo, yo haré que todo sea justo para tí.  Si me dices toda la verdad no sólo tendrás una recompensa monetaria, si no que también tendrás su herencia.

-- ¿De qué está hablando? Perdone_______ dije asombrada.

-- Tal como escuchas, solo tienes que decirme la verdad.

-- Señora, con todo respeto.

-- Te dije que no me llamaras señora...

-- Señora, no estoy aquí por su absurdo dinero, si no por su "amado" hijo, yo lo amo y es mutuo,  por eso  nos vamos a casar.

-- Entonces, ¿No es por el dinero?

-- No, y si me disculpa, me retiro.

-- Aprobada. ______ dijo

-- ¿Perdón?

-- Sabes, si me decías que era solo por el dinero, te iba a sacar a patadas de mi casa, voy a confiar en tí, te confío a mi preciado hijo.  Eso sí, cuando se casen no tienen que tardar mucho en darme un nieto, no quiero que el pequeño me vea vieja.

Al escuchar estas palabras me empecé a reír por dentro, gracias a Dios pude controlarlo y no expresarlo a los cuatro vientos, como lo haría de costumbre. "Pero si vieja ya está" pensé.

Cuando salí de la oficina Sebastián estaba parado detrás de la puerta.

-- ¿Escuchaste todo?

-- Si, y sabes ahora no sólo me gustas, has logrado llegar hasta donde ninguna chica del planeta había llegado en mi corazón.

Cuando escuché esto estaba muy sonrojada, y creo que no lo pude disimular, ya que me cargó por la cintura y me llevó a la habitación.