capítulo 23

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Temari, Gaara y Sakura estaban viendo colores para el matrimonio, Sasori estaba en reuniones ya que con la sociedad que tiene con los Uchihas y asociados y con su suegro. Cada día Sakura se sorprendida como su futuro marido...
-estas tan ida Sakura, ¿ocurre algo?- pregunta Gaara.
-pues estaba pensando en lo afortunada que soy, estoy tan ansiosa por juntar mi vida a la de Sasori-kun...-respondió mientras que sonreía y miraba su anillo de compromiso.
-Sakura ven vamos a comer- le dijo Temari.
-tal vez tienes razón, vamos a comer- le respondió a Temari. Los tres fueron a un restaurante muy sencillo por el centro comercial.

Conversaron de muchos temas, y claro que la rubia le va a regalar a su amiga el servicio completo de estética para ese día.
-gracias, pero no debes hacer eso Temari. Ya es suficiente con que nos presten la casa para el matrimonio...-
-tu no digas nada, además ese día tienes que lucir como la protagonista- le respondió, haciendo que su hermano menor se miraran, para que con la mirada estuviese de acuerdo.
-Sakura, Temari tiene razón. Debes ser la protagonista ese día...- le habló Gaara.
-son muy amables conmigo y con Sasori-kun... Estaré muy agradecida de ustedes por mucho tiempo-
-Sakura a decir verdad. Somos nosotros hiciste que Gaara y nuestro papá se lograran hablar, lograste que se pusiera a estudiar. Eso no tiene paga- le habló Temari. Sakura sonrió y se dedicaron a conversar de otras cosas.

Sasori estaba en su oficina, había terminado una de las tantas juntas que tenía. Pero en su descanso vio unos zapatos que lo hizo pensar en Sakura... Unos tacones de diseñador, al ver esos tacones negros con bordados de flores de cerezo...
-Sakura...- murmuro. No lo resistió y se lo pidió, y claro que hizo el llamado a la misma tienda pidiendo que dejaran los tacones a una hora específica... Sin embargo, al decir su nombre le accedieron la petición. Ya se imaginaba el rostro de su novia, con ese brillo, con su sonrisa y claro que le pondría los zapatos como una princesa... Cuando estaba tan hipnotizado en su fantasía de su novia... Fue llamado a otra junta...
-bienvenido a la rutina Sasori- se dijo a si mismo. Comenzando hacer sus cosas con normalidad, aunque sus colegas lo felicitaban por su compromiso, por su bebé que venía en camino.

Todo era tan armonioso para la pareja, pero Sasuke vivía un infierno. Todo se volvió tan oscuro que todo hacia las cosas por inercia, todo lo hacia sin propósito... Hasta que vio a Karin en su consulta.
-Sasuke-kun, ven vamos por sexo salvaje- le hablo mientras se le insinuaba, tomando su mano y lo pasaba por su pierna que tocaba, el tacto no lograba provocarle nada, hasta que sintió esas bragas que debían ser tan finas, tan cortas que con la boca las rompía...
-Karin, no quiero hacerlo. No tengo ánimos- respondió Sasuke mientras se la sacaba de encima.
-¿por qué no?, ¿acaso la huérfana con suerte hizo algo?- le dijo. Sasuke detestaba que cualquier persona dijera algo acerca de Sakura.
-Sakura no es ninguna huérfana, y ella es mejor persona...-
-claro que es una maravillosa persona. Es una persona tan inteligente y trepadora que quedó embarazada de una de las personas más ricas del mundo y que mejor que tal vez llego a engañar a los Haruno Senju, ¿tanta era su necesidad de tener familia?- la mierda de palabras de Karin contra Sakura, que Sasuke no lo resistió y con una mirada de enojo, que sabia que si no se lograba controlar por su cuenta era capaz de golpearla.
-escucha bien Karin, Sakura no es ninguna trepadora, y menos engaño a los Haruno Senju, ella ha tenido todo ahora por su esfuerzo, además ya te lo dije no quiero verte y menos te voy aceptar que ofendas a Sakura-
En un momento, Karin comenzó a reír ganas y como si fuera un comediante quien le hablaba.
-¿tú?- decía mientras trataba de controlar sus carcajadas. Respiraba para lograr controlarse, pero Sasuke se lleno de cólera la calmo.
-¡No aceptaré que te rías de Sakura! ¡Ella es la mujer que más amo en el mundo!- le dijo, estaba rojo de rabia. Pero Karin puso su dedo en el pecho su uña larga adornada con piedras con brillo.
-tú no sabes amar, tú no sabes nada con respecto a los sentimientos solo sabes tener sexo y nada más. Te lo diré millones de veces. Tú y yo nos reímos, la humillamos tantas veces que tienes que darte cuenta de que no la mereces- se dio la vuelta y comenzó a salir del consultorio, pero en el umbral de la puerta -solo necesitas más tiempo ya estarás a mi lado rogándome sexo- la pelirroja tenía razón, no merecía que Sakura, pero la amaba tanto que daría cualquier cosa por estar a su lado.

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