CAPÍTULO 20

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Aprovecho mi primer día libre en semanas para hacer cosas cotidianas que usualmente no tengo tiempo de hacer, y las cuales Camila se encarga de hacer por mi. Me hago el desayuno y salgo a buscar el correo.

Reviso cada sobre, separando los que son importantes, los que voy a botar, los míos y los que son de Camila. No hay nada muy relevante, mas que un par de facturas de la clínica a nombre de Camila. Sé que lo que estoy por hacer esta mal en todos los sentidos, pero no puedo evitar sentir curiosidad y abro uno de los sobres para investigar de que se trata su contenido. Pero como bien dicen, el que busca encuentra y me arrepiento por completo de haber sido tan chismosa.

El papel que sostengo en mis manos es la factura de una prueba de embarazo a nombre de Camila. Me desespero buscando en los otros sobres los resultados de la prueba, pero no consigo nada, simplemente es el recibo de pago, sin otra cosa que pueda darme mucha información.

Boto todos los sobres del correo en el contenedor de basura de afuera, para evitar que Camila los vea y comienzo a inundar mi mente con preguntas. ¿Camila estaría embarazada? ¿Habría sido tan solo un susto? ¿Cuanto faltaba para que me dijese que quería el divorcio para irse con su amante? ¿Cuanto tiempo llevaría engañadome? ¿Camila estaba embarazada?

Me siento atrapada al no saber que hacer. ¿Liam sabía de todo esto? ¿Si llamaba a la clínica o iba hasta allá me darían los resultados de la prueba de Camila? ¿Si mostraba mi placa podría decir que era parte de una investigación?

Salgo de dudas, después de ser rechazada por la secretaria del laboratorio, quien me dice que necesita una orden emitida por el departamento de policía para poder darme acceso al expediente de Camila, y por supuesto que no hay manera en la que pueda obtener un documento de policía sin meterme en problemas.

Llego al restaurante de Ally y suspiro antes de entrar. Ella es la única persona en la que puedo refugiarme para saber que hacer con toda esta situación. Ally se sorprende al verme llegar y se aleja de sus empleados para venir a recibirme con un abrazo.

— ¿Vienes a comer?— Me pregunta alegre. Sacudo la cabeza sin saber exactamente si me siento con ánimos de comer—. Voy a pedir que te hagan algo de comer y vuelvo para que me cuentes lo que sea que te tiene así.

Sonrío levemente mientras Ally se va. Mi cara debe ser un poema en este momento, y ella me conoce lo suficiente como para saber que algo está pasando.

— Ya vine... Pedí ensalada de quinoa con salmón— me informa. Solo asiento. Sinceramente me da igual—. ¿Que pasa?

—¿Has hablado últimamente con Camila?

— No, la última vez que la vi fue el día que las visité... He estado bastante ocupada estos días.

— Camila me está siendo infiel— admito, bajando la cabeza—. Y tal vez esté embarazada.

Ally cubre su boca con sus manos y me mira con sorpresa. La miro con resignación. Se siente mucho mas real decirlo todo en voz alta.

— Yo... ¿Qué?— Pregunta aturdida—. ¿Cómo estas tan segura? ¿Hablaste con ella?

— Lleva meses actuando extraño. Hace todo lo que una persona que está siendo infiel haría— le digo—. Cuando nos acostamos parece un fantasma, siempre está nerviosa y parece que oculta algo, no deja ni que me acerque a su teléfono y desaparece de la nada en las noches.

— Esto debe ser un malentendido, sé que Camila nunca sería capaz de hacer eso— dice con seguridad—. ¿Ella te lo admitió?

— No, no he hablado con ella.

— Lauren, insisto en que ella no te haría eso... Una persona que pasa por tantas cosas contigo lo hace porque sinceramente te ama— me recuerda, con un tono de voz que casi me convence.

roses; camrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora