CAPÍTULO 3

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— La idea de mi hermana teniendo sexo contigo es simplemente repugnante— comenta Liam, mientras se limpia la boca tras haber comido un bocado de su hamburguesa de queso—, pero eso es lo que les hace falta a ustedes dos.

— No todo se soluciona con sexo— le digo.

— Pero ayuda a liberar tensiones y a que sus almas vuelvan a conectarse, o cualquiera de esas mierdas que dicen las personas enamoradas.

Ruedo los ojos y niego con la cabeza. Como están las cosas con Camila sé que cualquier intento de tener un contacto íntimo va a resultar en fracaso y no va a solucionar ninguno de nuestros problemas.

— Anda, yo te cubro por el resto de la tarde. Ve al spa, compra algo de lencería y un par de velas— me sugiere, dándome unas palmaditas en el hombro.

— ¿Qué pasó con el hermano protector que me advirtió que si le tocaba un pelo a su hermanita iba a cortarme todos los dedos de las manos? —Pregunto con burla.

Camila y yo nos conocimos a causa de Liam, y desde el inicio el me dejó en claro que su hermana era terreno prohibido y que nunca debía traspasar los límites si quería seguir con vida. Pero él no contaba con que la misma persona con la que su hermanita quería estar, supiese dos estilos diferentes de artes marciales y como apuñalar a alguien con una cuchara.

— Bueno, te vi disparándole al objetivo seis veces seguidas sin fallar y como que entendí que eras la indicada para Camila.

— Ah, no, lo que pasa es que tú me tienes miedo.

Liam pone los ojos en blanco.

Y ambos nos quedamos en silencio mientras seguimos saboreando nuestro almuerzo. Hace un día precioso y es ideal para sentarse a comer en una de las mesas de afuera, sin embargo, aprecio mucho el aire acondicionado y prefiero disfrutar del clima dentro de un edificio.

Ha sido un día bastante tranquilo. Al despertar, Camila estaba en la cocina preparando el desayuno. Me hizo dos sándwiches de queso y me dio otros dos para que se los mandara a su hermano. Hablamos un poco sobre temas banales y nos despedimos con un beso en los labios, pero la tensión entre nosotras seguía estando en el ambiente. Sin embargo, ninguna de las dos se atrevió a hablar sobre el elefante que estaba en la habitación. En la comisaría, el sargento nos había reunido a todos para darnos los nombres de un par de personas a las que debíamos buscar para interrogarlos.

Liam y yo habíamos hablado con las tres personas que se nos habían sido asignadas, y todo lo que habíamos obtenido había sido una amante del pasado, una madre soltera devastada por la muerte de quien alguna vez fue su pareja y un hombre que había trabajado como chofer de la víctima por un par de años. Pero nada de información contundente o que nos diera alguna pista.

La conclusión del día, es que al asesino le encantaba burlarse de nosotros y cada vez estamos un paso más cerca de estar dos pasos lejos de él.

Decido seguir el consejo de mi compañero y me subo a mi auto luego de terminar de comer para ir al centro comercial y comprar un par de cosas que podría necesitar para la noche. Velas, chocolates y un nuevo conjunto de lencería de encaje negra.

Todo esta noche se trata de demostrarle a Camila que aunque a veces esté ausente por el trabajo, no voy a irme a ningún lado y que ella siempre va a ser mi prioridad número uno. Quiero que me desee, que me mire con los ojos cargados de lujuria, pero más que nada, quiero que recordemos el amor que nos tenemos y la razón por la que ella decidió pedirme matrimonio casi tres años atrás.

Llego a casa pasadas las cuatro de la tarde y dejo las bolsas con las cosas que compré en el sillón de la sala. Enciendo el aire acondicionado y pongo un poco de música para distraerme mientras preparo todo.

roses; camrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora