Huir.

66 10 11
                                    

El dolor es una de las emociones inherentes a nuestra existencia. Desde el momento en que nacemos, estamos expuestos a la inconsistencia que significa la vida en sí misma y a la frustración que surge a partir de la insatisfacción de nuestros deseos. Por lo tanto, saber cómo afrontar el dolor y seguir adelante es imprescindible.

~*~

Cuando Micaela se presentó delante de su hasta entonces, mejor amigo, le calló encima una lluvia de insultos de parte de un muy furioso Eric, a lo que ella contestó también muy alterada.

Buuuu, ahora si que se va a liaaar!!! Todo muy al estilo telenovela... Venga va, no interrumpo que ahora vas a ver el drama en trhee, two, one...:

-Micaela: ¿A ti que cojones te pasa tío? ¿Acaso quién te crees para hablarme así?

-Eric: Y tú maldita puta del tres al cuarto, ¿quién narices te piensas que eres para contarle nuestro secreto a todo el colegio?

Micaela no sabe que decir.

-Eric: Estás muerta para mí, Micaela.

-Micaela: Ay... Eric no seas así, mírate, no estás bien...

-Eric estalla: ¡Otra igual! ¡Mira te voy a decir una cosa Micaela... No me vengas con cuentos, AMIGA, porque si tú me defendiste no ha sido por mi bien, sino por tus celos, ¿Porque sabes qué? ¡Tú estás sola y amargada!

Micaela se quedó callada unos minutos intentando no romperse.

-Micaela (con la voz calmada, aunque rota por dentro): Eric, queridísimo amigo mío, quiero recordarte que he comenzado una relación con Andy, pero no te he dado de lado como has estado haciendo tú. Y sí me quisieras realmente como dices no me estarías haciendo daño de esta manera, porque yo solo quise protegerte. Pero, ¿sabes que te digo? Que aquí el único que esta solo eres tú, porque el único tío que se ha acercado a tí es hetero, y lo ha echo por el morbo de meterle la polla por el culo a un niñato, eso es único que ha visto en ti, ¿te queda claro? Alomejor quién tiene envidia de que yo tenga a mi lado a un chico que me respeta eres tú.

El duro discurso de Micaela dejó a Eric frío, tanto que hasta le temblaba todo el cuerpo, se sentía tan mal... El corazón se le había roto al darse cuenta de lo que le había echo a la persona que lo había apoyado en todo durante toda su vida. Cuando logró recuperar saliva, intentó decirle algo, pero no le salió nada.

En el fondo, Mica esperaba que su amigo de toda la vida se hubiera dado cuenta de todo y le pidiera que se quedara a su lado. Simplemente con eso, ella lo hubiera invitado a su casa para arreglar las cosas y volver a ser lo de antes, uña y carne, pero desgraciadamente eso no pasó. Ella estuvo esperando casi 2 minutos una respuesta, pero Eric estaba como congelado, ni se movía. Al ver que su amigo no reaccionó, Micaela solo pudo hacer una cosa, darse media vuelta y volver a casa. Justo en ese momento, ambos rompieron a llorar, pero ya era demasiado tarde.

El teléfono de Eric sonó, era su madre. Pero Eric no quería responder la llamada, él solamente miró la hora y vio que ya eran las 12 de la noche. Su cabeza era una montaña rusa, no sabía que hacer. A casa no quería volver, a casa de Mica menos y Adam era un desgraciado. ¿Después de eso qué? Ya no le quedaba nada.

En ese momento Eric, dejándose llevar por el dolor y la desesperación, pensó en una cosa: Tenía un buen dinero ahorrado para la universidad, y la universidad ya no le interesaba para nada. Él quería cambiar de vida, así que sacó un poco de dinero en un cajero y salió de ese maldito pueblo, con la música a tope de potencia y las ventanillas bajadas. Podía sentir cómo el viento desgarraba todo el dolor que tenía y lo sacaba afuera del coche, además, la música le daba fuerza, energía, vitalidad. Incluso esbozó una sonrisa al pensar de qué manera podía destruir a Adam.

Su corazón se fue recuperando durante el camino, pero esta vez no era de amor, o de tristeza, no. Su alma se estaba llenando de odio. Dirección a la capital, nuestro protagonista paró en frente de una gasolinera y vomitó. Y ya que estaba ahí, decidió pasarse a comprar una cocacola para reponerse de tanta droga.

Al aparcar en la gasolinera, vio una moto rosa solitaria, y una mujer histérica discutiendo con la empleada de la gasolinera.

-Desconocida: ¿Pues cómo va a ser que le has echado gasolina a mi princesita si no arranca?

-Empleada: Ay, señora, usted misma me ha visto cómo yo le llenaba el depósito. Si su moto no funciona, tendrá alguna avería. Usted me ha dicho que ha caminado unos 3 kilómetros con la moto parada. Eso ha podido afectar en algo su funcionamiento.

-Desconocida: ¡Ay Dios! ¿Y yo ahora que hago?

Cuando Eric salió de la tienda con la cocacola y un paquete de filipinos en su mano, la desconocida se quedó mirándolo y sonrió.

~*~

Esa desconocida era una prostituta, es más, era yo: Brittany Beltrán. Y ese día por fin conocí al chico que me ayudaría a salir de ese pozo de frialdad en el que estaba envuelta, y de pasó lo ayudé yo a él también.

Lo que me robaste. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora