Cuando Eric tenía 7 años, era un chico risueño, aunque tímido. Quizá fuera porque siempre se sintió diferente al resto de los niños que jugaban a futbol, lucha libre o a los coches. A él siempre le gustaron más los juegos de chicas; la comba, las muñecas, jugar a papás y a mamás... Tan así era, que los niños siempre le hacían el vacío, y las chicas nunca querían compartir sus muñecas con un niño.
Un día, se encontraba en un parque que había junto a su casa y al que le gustaba ir, solía pasar horas allí sólo, lanzándose por el tobogán. Pero ese día, recibió un balonazo de unos niños, y comenzó a llorar. ¡Mariquita! le gritaban esos abusones, a lo que Eric respondía llorando aún más. Pero fue al recibir un empujón, cuando se acabaron los insultos. Una lluvia de piedras comenzó a caer sobre esos chicos, Eric miró hacia atrás confundido, y ahí estaba esa niña defendiéndolo. Mientras ella lanzaba piedras, los chicos salían corriendo. "Mariquitas seréis vosotros" dijo la niña mientras los abusones huían.
Y a partir de ese día Eric y Micaela se convirtieron en los mejores amigos. Jugaban juntos a las muñecas y a todo lo que querían, sin nunca juzgarse el uno al otro ni cuestionarse nada, y a medida que pasaron los años esa amistad se reforzó, y se juraron que siempre iba a ser así.
~*~
-Micaela: ¿Sí? Dígame.
-Eric (emocionado): Beba... Soy yo.
-Micaela: ¿Enano? (dijo sorprendida) ¡Al fin apareces!
-Eric: ¿Qué tal estás?
-Micaela: Súper bien, ¿y tú?
-Eric: Me alegro de que estés bien amiga, a mí me va genial.
-Micaela: Ya lo sé, súper modelo cañón jajaja. Estás triunfando eh, te veo en muchas revistas.
-Eric: Mica, yo te quería pedir perdón por tratarte en la forma que lo hice.
-Micaela: No te preocupes enano, los dos nos equivocamos...
-Eric: No, pero tú tenías razón sobre... Bueno, sobre lo que me decías.
-Micaela: Bueno, tú ahora simplemente piensa que tus padres están super bien, aunque todos te echamos mucho de menos.
-Eric: ¿Estás cuidando a mi madre?
-Micaela: Muchísimo, todas las semanas tomamos un café, y me da consejitos sobre el bebé que espero.
-Eric (sorprendido): ¿Cómo que un bebé? ¿Estás preñada?
-Micaela (muy contenta): ¡¡Siiii!! Y es de Andy Peters, nos va super genial.
-Eric: Me alegro mucho por tí, tía.
-Micaela: Gracias, pero tengo que colgar. Que sepas que me alegra mucho escuchar tu voz enano, y por mi parte, todo arreglado. ¿Este número de teléfono es tuyo?
-Eric: Sí, claro.
-Micaela: Está bien, lo guardaré. Un beso enorme enano.
-Eric: Adiós guapa, un beso. Te quiero.
-Micaela: Te quiero. (cuelga)
Eric esbozó una sonrisa, y conducía muy contento hacia el apartamento donde vivía conmigo. Al llegar allí me contó todo, tanto lo referente a Nathan, como lo de Micaela.
-Eric: Y eso es todo tía, estoy tan feliz de haber hablado así con Micaela. Aunque aún hay mucho que aclarar.
-Britt (cabizbaja): Yo me alegro por ti nene, de verdad.
-Eric: ¿Qué te pasa ya, dramática?
-Britt: Nada, ¿qué me va a pasar, dramático?
-Eric: Dramática eres tu, con esa cara de Bull Dog.
-Britt: Estúpido, ya sabes que no me gusta hablar de mis problemas personales. Hay que centrarse en nuestro plan contra esos cerdos de Brock y Nathan.
-Eric: Ya lo sé, pero yo te estoy ayudando. Sabes que puedes confiar en mí, y tampoco viene mal desahogarse de vez en cuando con un amigo, ¿no?
-Britt: Supongo que tienes razón. (sonreí)
-Eric: Espera que me ponga cómodo. (Se quita las zapatillas y se tira en el sofá) Tienes todo mi tiempo y atención, empieza.
~*~
Mientras yo le contaba al renacuajo mis dramas con Charles, en la empresa de Brock ocurre algo. Frank entraba en el despacho de Nathan de nuevo, insistiéndole al prometido de su jefe que dejase en paz a Eric, ya que no podía soportar tener que ocultarle a Brock que los vio apunto de besarse, a lo que Nathaniel le responde muy enfadado que se meta en sus asuntos. Le reclama que su trabajo es conducir y llevarlo a los sitios, no sacar suposiciones sobre supuestas infidelidades. Para terminar, Nathan le dice al chófer, Frank, que lo lleve a la dirección que averiguó el detective.
~*~
En el apartamento, cuando conté a Eric todo lo ocurrido con mi cliente, Charles, terminó muy sorprendido. "En el fondo te gusta", afirma nuestro protagonista, a lo que ella responde con un rotundo no.
Eric intentaba convencerme de que Chalie era un buen hombre, que me quería sinceramente. Y también me reprochó a que tuve un mal comportamiento con mi cliente, y me aconsejó que lo llamara para arreglar la situación.
Tras aconsejarme, sonó el timbre de la puerta. Algo muy extraño porque nunca tenemos visita, pero en ese instante, cuando Eric observó a través de la mirilla quien llamada, nos dimos cuenta que nuestra estrategia de venganza estaba apunto de cambiar.
-Eric (asustado): Es Nathan. (susurra)
-Britt: ¿Y qué hace aquí ese cabrón?
-Eric: No lo sé, pero es mejor hacer que no estamos.
-Nathan: Brittany, amiga mía, abre. Sé que vives aquí.
-Britt (enfadada): Eric, escondete en el cuarto.
-Eric: Pero...
-Britt: ¡Que te escondas he dicho!
Eric le hace caso, y ella abre la puerta, en ese momento entra Nathan sin pedir permiso, y observa con atención todo el salón con una sonrisa perturbadora en su rostro. Brittany cierra la puerta de un portazo.
-Britt: ¿Qué coño haces aquí?
CONTINUARÁ....
ESTÁS LEYENDO
Lo que me robaste.
أدب المراهقين*COMPLETA* Esta historia está narrada por una prostituta llamada Brittany, que cuenta la historia de un chaval llamado Eric y cómo le cambió la vida. En el momento en que ambos se conozcan, formarán una amistad y compartirán un objetivo en común, la...