¡Flechazo!

Rival

—Me pregunto si será verdad — Emma solo caminaba distraída por el corredor, toda la charla que habían tenido en la reunión realmente la había dejado confundida.

¿Qué era el amor?, ¿cómo se sentía estar enamorado?

Esas preguntas le rondaban en la cabeza.

—Oye — La voz de una chica la detuvo de su reflexión — ¿Es verdad lo que dijiste? — Barbara estaba frente suyo.

—¿Qué cosa? — Preguntó Emma algo desubicada ya que no habían hablado las dos solas.

—Que no estas enamorada de ese chico — Emma parpadeó un par de veces.

—¿Te refieres a Ray? — La pelinegra asintió.

—La primera persona que yo vi fue a él — Explicó rápidamente —Las dos estábamos debajo de él, así que es lógico que también él fuera la primera persona que tu vieras — Emma cayó en cuenta que eso era verdad, la primera persona que ella vio cuando inhalo aquel gas había sido Ray, quien le había protegido.

—Yo no me siento distinta realmente — Emma se sinceró con la chica.

—Entonces, ¿no te molesta que me le acerque? — Emma no supo que responder en ese instante.

Bueno, si ella quería ser amiga de él, ¿quién era ella para impedirlo?

—Claro que no — Ella sonrió levemente —Seguramente Ray estará contento de hacer una nueva amiga —

En ese instante Barbara la acorralo frente a la pared con su brazo lo cual la asusto bastante.

—No, entiéndelo, no quiero ser su amiga — Emma solo le miró asustada, sintió como el puño de ella había quebrado la pared —Quiero ser su amante, y cuando lo sea, no dejaré que tú te le acerques a él — Su voz la había helado.

Y aquello no le había gustado para nada.

—¿Es enserio? —Emma la empujo para poner un poco de distancia, los chicos de Lambda si eran otra cosa — Ray y yo hemos sido amigos toda la vida, no puedes... —

—Exacto, amigos — Emma se sintió extrañamente inferior — No van a estar juntos para siempre, él conseguirá una novia, que espero ser yo, y con ella pasará el resto de su vida, no contigo — Barbara se dio media vuelta mientras Emma se quedaba viéndola alejarse —Si quieres pelear, estoy dispuesta a hacerlo, pero renuncia a él de una vez — Fue lo último que dijo antes de desaparecer por un corredor.

Y Emma solo miró el suelo, algo molesta por sus palabras, pero al mismo tiempo, sentía que el corazón le dolía bastante, porque quizás, ella tenía razón.